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Begoña Gómez cambia de estrategia en un caso con mil frentes abiertos que se van desinflando

El PSOE sale a la ofensiva: lleva su mensaje de progreso y "voto útil" a medios de comunicación hostiles

Sánchez y Montero, en Ferraz

“¿Me está diciendo que el que acabó con ETA fue el Partido Socialista?”. “Mi Gobierno. Sí, mi Gobierno. Lo digo. Bajo mi Gobierno se terminó ETA. Se entregó ETA. Sí, lo digo y lo afirmo. Y lo sé. Seguramente, permítame que a estas alturas ya de los años que han pasado, creo que puedo ser la persona que más datos tenga, que más información atesore y que más conozca. Sí, fue bajo mi Gobierno, en una doble estrategia. Por supuesto, de autoridad democrática y de acción política, donde el diálogo y la palabra tuvieron que ver cuando ETA se entregó. Oiga, podrán decir lo que quieran, pero en la historia constará así”. A no ser que ahora se intenten borrar los hechos más evidentes de la historia, Sí, pasó con mi Gobierno. No pasó con el Gobierno de Aznar”.

Estas palabras se sucedían el martes a primera hora. De esta manera respondió José Luis Rodríguez Zapatero a Carlos Herrera en la cadena COPE y confrontó el marco que durante toda la campaña electoral habían impuesto las derechas política y mediática sobre EH Bildu y la desaparecida banda terrorista para desgastar al PSOE por sus pactos en el Congreso de los Diputados. La intervención del expresidente del Gobierno se hizo viral entre los progresistas y unánimemente el partido la aplaudió. Ministros y altos cargos la compartieron sin cesar en sus redes, además de muchos militantes. Y también cundió esa sensación de orgullo socialista en un momento clave para el 23J. De parar, además, todos los bulos y medias verdades.

La izquierda ha notado las consecuencias durante este 28M, contabilizadas en pérdida de votos y especialmente de poder institucional, de la campaña lanzada por las derechas bajo ese lema de “derogar el sanchismo”. Y especialmente la variante que resultó de gran movilización del electorado conservador frente a una menor participación de los progresistas. Marcando la agenda principalmente los temas que zarandearon el PP y Vox.

Defender sus políticas y recuperar electorado

Esto ha evidenciado también una evolución en la estrategia del PSOE: una defensa más contundente de su acción, vender con contundencia lo que ha hecho en el Gobierno y la marcha de la economía ante el marco impuesto por PP y Vox. Combatir directamente con argumentos y no dejar todo el campo a las derechas. Se traduce asimismo mediáticamente con la participación en medios que han sido hostiles o críticos durante estos años y en los que apenas hay voces que den la réplica a los mantras que se vienen repitiendo contra la coalición.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizará este lunes una entrevista en Onda Cero con Carlos Alsina después de años sin haber concedido una a esa emisora. El periodista lo anunció en directo de esta manera: “Cuatro años después entrevistaremos en este programa a Pedro Sánchez. Haga usted de caerse de espaldas, espérese que se lo repito. El próximo lunes a las 9 de la mañana en este programa, cuatro años después, entrevistaremos al presidente del Gobierno. Bienvenido sea. Bienvenido sea un trato equitativo hacia las radios de este país y las audiencias plurales”.

Fuentes de Ferraz explican que no descartan también ir a otros espacios como El Hormiguero, con Pablo Motos, o El Programa de Ana Rosa y recuerdan que a Carlos Alsina sí han ido en muchas ocasiones ministros del Ejecutivo. La idea de los socialistas es contrastar muchas de las cosas que se dicen “con alegría” y que el presidente pueda rebatir.

Por ejemplo, ante las acusaciones sobre pactos con EH Bildu, la intención del también secretario general del partido es explicar por qué se ha contado con sus votos en medidas concretas. Su intención es remarcar lo que se ha hecho para sacar adelante leyes sociales y y poder conversar “cara a cara” con los conductores de esos programas, que editorializan en muchas ocasiones.

Asimismo, poner sobre la palestra su modelo de sociedad y contrastar con lo que se está viendo en los pactos entre el Partido Popular y Vox. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana donde el documento programático de la derecha y de la extrema derecha habla de “violencia intrafamiliar” y no de violencia machista, además de no haber referencias al cambio climático.

Una campaña diferente

En la pasada campaña electoral se apostó principalmente por el formato de mítines y con anuncios con medidas con mucho carácter social. Pero no dio el fruto esperado, mientras que las derechas, sin propuestas, se centraron en desgastar al presidente del Gobierno, con la intención de deshumanizarlo con estrategias probadas con éxito en EEUU con Donald Trump y en Brasil con Jair Bolsonaro. 

Esta campaña para los socialistas será distinta. No se renunciará a grandes mítines y actos con el presidente (una prueba es este sábado en la localidad talismán de Dos Hermanas, en Sevilla). Pero también será muy mediática, uno de los grandes fuertes precisamente del presidente del Gobierno. Desde que convocó las elecciones anticipadas, el jefe del Ejecutivo va “a por todas”, como dijeron en su entorno desde aquellas horas.

El análisis que hacen los socialistas es que, a pesar de la gran pérdida de poder institucional, los datos reflejan que se puede conservar La Moncloa. Los socialistas se quedaron a tres puntos del Partido Popular en las municipales, una vez que los populares consiguieron engullir todo el espacio de Cs. La gran batalla es, como señalan en Ferraz, la movilización. El ministro de Cultura y Deporte y ‘número dos’ del PSC en la lista por Barcelona, Miquel Iceta, explicó en una entrevista en infoLibre que es “objetivamente” posible ganar estas generales si el electorado de izquierdas vuelve a participar como suele hacer en otras ocasiones. 

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Por lo tanto, se trata también de hacer llegar al mensaje a esta “mayoría social”, como repiten en el PSOE. Uno de los objetivos es precisamente atraer a ese “voto útil” en torno a las siglas de los socialistas. Esto va, como inciden constantemente, de avanzar o retroceder con un Gobierno del PP y Vox. Por lo que el sufragio más seguro para frenar a las derechas es la plancha socialista, repiten, porque en muchas circunscripciones el tercero puede tener muchos votos pero no sacar luego escaño en la Carrera de San Jerónimo.

En esta estrategia de abarcar el máximo de votos juega un papel fundamental la vicepresidenta primera y titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Ella no va en las listas, pero es un gran puntal. “Nosotros tenemos a Nadia y ellos no tienen a nadie”, decía Sánchez ante el Comité Federal en materia económica. Esa transversalidad también quiere mostrarla en los medios y esta semana acudió a una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero, donde también fue la semana anterior la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, que ostenta el ‘número dos’ de Pedro Sánchez en la lista del PSOE por Madrid para estas elecciones generales. Otro de los puntales del equipo socialista, la ‘número dos’ del partido y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también concedió una entrevista a El Programa de Ana Rosa la semana pasada, un espacio muy crítico con las políticas del Gobierno.

En Ferraz y en La Moncloa entienden que el debate en los medios y los cara a cara electorales les pueden beneficiar, ya que tienen argumentos y un planteamiento que puede tocar la tecla del votante progresista y de centro: ¿avanzar o retroceder? Los socialistas plantearon al PP seis enfrentamientos directos entre Sánchez y Núñez Feijóo, pero el Partido Popular rechaza la opción y no quiere quemar a su líder.

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