Peor nota en matemáticas y más probabilidad de repetir: el alumnado migrante, cada vez más segregado
Los malos resultados de Cataluña en el Informe PISA presentado la semana pasada se deben a una "sobrerrepresentación" del alumnado migrante en la muestra analizada. Lo dijo el secretario de Políticas Educativas de la Generalitat, Ignasi Garcia Plata, pocos minutos después de que se hiciera público el documento que constataba una caída generalizada del rendimiento en la comunidad: de 38 puntos en lectura, de 15 en ciencias y de 24 en matemáticas. La polémica desatada por la explicación hizo que el Ejecutivo matizara: el Departamento de Educación aseguró que tiene "confianza completa en la calidad y rigor de las pruebas". Y que trabajará para resolver el "problema" del retroceso académico. Sin embargo, detrás de la polémica subyace una realidad: el alumnado migrante tiene peores resultados que el nativo. Y la brecha es cada vez mayor.
Así lo certifica el estudio Todo lo que debes saber de PISA 2022 sobre equidad, publicado este martes por EsadeEcPol y Save The Children. No es una explicación "xenófoba", como la calificó el PP, sino basada en que la segregación sigue siendo el elefante en la habitación de la educación en nuestro país.
La investigación, realizada por Lucía Cobreros y Lucas Gortazar, es clara: el origen influye, bastante, en el rendimiento académico. Como explica la autora en conversación con infoLibre, el estudio analiza tres aspectos: el rendimiento en matemáticas, la probabilidad de repetir curso y la segregación. Y en todos el alumnado migrante sale perdiendo.
En primer lugar, un alumno o alumna migrante obtiene, de media, 32,5 puntos menos en matemáticas que uno de origen nacional, aunque estos, en el último Informe PISA, han visto reducido su rendimiento en mayor medida. Sin embargo, lo más llamativo no está ahí. Como señala la investigación, la brecha se reduce hasta 6,6 puntos si se descuenta el efecto de la desigualdad económica entre ambos grupos. Porque este factor es vital para entender el éxito o el fracaso académico. En todos los ciclos. Quienes proceden de entornos más humildes tienen menos oportunidades. Siempre. "El mayor problema de equidad está relacionado con el nivel socioeconómico y no tanto con el origen", señala Carmela del Moral, responsable de políticas de infancia de Save The Children.
El esquema se reproduce en todas las autonomías, aunque la que peor parada sale es País Vasco. Allí, el alumnado nativo obtiene, de media, hasta 69,7 puntos más en esta materia que el migrante. Descontando el efecto del nivel socioeconómico, incluso, el dato es abrumador: entre y uno y otro existe una diferencia de 35,2 puntos.
¿Y qué pasa con Cataluña? Se encuentra por encima de la media: 42,6 puntos de diferencia sin descontar el factor socioeconómico; 5,1 si se tiene en cuenta. En la otra cara de la moneda se encuentran Andalucía y Canarias, donde la distancia en el primer caso es de 3,5 y 4,3 puntos, respectivamente. En el segundo caso ni siquiera existe: los migrantes sacan, de hecho, mejores notas de media. "Es lógico que en aquellas zonas geográficas donde hay zonas metropolitanas con mayor diversidad poblacional haya más diferencias", explica Del Moral.
Por tanto, la conclusión está clara: no es una cuestión de origen, sino de dinero. "El origen es determinante, sobre todo, cuando hay condiciones socioeconómicas desfavorables detrás", explica la experta de Save The Children. Se ve claro si se pone en contexto con más estadísticas. Según las últimas cifras del Ministerio de Educación —publicadas el pasado mes de septiembre—, el alumnado migrante ha crecido un 29,6% en la última década en todos los niveles, aunque el mayor ha ocurrido en Primaria, donde el incremento ha sido de un 48% desde el curso 2012-2013 al 2022-2023.
Pero ahora hay que hacerse la pregunta fundamental: ¿quién ha absorbido todo ese crecimiento? La escuela pública. Y también son datos oficiales del Departamento de Pilar Alegría. Estos centros escolarizan al 67% de todo el alumnado, y el 77,3% de él es extranjero, una cifra que desciende hasta el 15,4% en el caso de la concertada (donde estudia el 24,8% del total) y al 7,3% en el de la privada (en la que estudian el 8,2%). Ocurre, dice Del Moral, porque estas últimas, estén o no sostenidas por fondos públicos, tienen la capacidad de elegir a su alumnado. ¿Cómo? Elevando su coste con cuotas irregulares o decidiendo en qué zonas de qué ciudades realizar su actividad.
Así se selecciona al alumnado y el más vulnerable termina, únicamente, en la pública, donde tiene, volviendo al principio de nuevo, más probabilidades de tener un peor rendimiento académico.
Y este es el segundo aspecto que, precisamente, analiza el estudio de EsadeEcPol y Save The Children. Según revelan sus autores, repetir curso hasta es 1,9 veces más probable para un alumno o alumna migrante. Y da igual que sea de primera o segunda generación —es decir, que haya nacido en otro país o que sus padres lo hayan hecho. "Resulta curioso que el nivel socioeconómico, en este caso, no influye", explica Cobreros. Es decir, da igual de dónde se venga. Aquí influye el origen. Y pasa, de nuevo, en todas las autonomías. Y en casi todas en mayor medida que en 2018, año en el que se presentó el anterior Informe PISA.
Aun así hay excepciones: en Galicia, Aragón y Comunitat Valenciana era entonces más probable que el alumnado migrante repitiera. Por el contrario destacan Extremadura, Castilla y León y Murcia, donde se ha producido "un empeoramiento muy notable del indicador".
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¿Por qué ocurre? Según Cobreros, no hay ningún argumento que explique claramente por qué el alumnado migrante repite más, independientemente de dónde venga, aunque cree que podría estar relacionado con el hecho de que "España es el cuarto país de la OCDE con más niveles de repetición", algo que ni expertos ni organismos internacionales aconsejan. De hecho, la propia organización Save The Children puso de relieve —en su informe Repetir no es aprender— que el coste de esta herramienta durante el curso 2019-2020, cuando repitieron 234.500 estudiantes, se elevó a 1.441 millones de euros, lo que supone un 6,2% del gasto público en Primario y Secundaria. "El equivalente al presupuesto de educación de todas las islas Canarias", ejemplificaron.
Pero no es sólo por el impacto económico, sino también por el educativo. Lo dijo hasta la comisaria europea responsable de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, en el informe Equidad en la educación escolar en Europa. Estructuras, políticas y rendimiento escolar [disponible en este enlace] , confeccionado por el grupo Eurydice de la Comisión Europea en 2020: existen razones "para esperar que las repeticiones puedan tener un impacto negativo" a la hora de "ampliar la brecha" entre el alumnado.
Y así se llega al tercer factor estudiado por Cobreros y Gortazar: la segregación del alumnado migrante, aunque en línea con la que se produce en la media de la OCDE y de la Unión Europea, ha aumentado considerablemente desde 2018. Y aquí sí que Cataluña es una de las peor paradas: si en España el grado se sitúa en 0,161, en la comunidad la cifra asciende a 0,231. "Es, además, la comunidad que más ha aumentado sus niveles de segregación", explica la autora de la investigación. Aun así, es País Vasco la que se lleva la medalla de oro: su nivel se encuentra en el 0,231, los mismos niveles que se registran en países como Bélgica o Dinamarca.