No son más listos, tienen más dinero: PISA insiste en que el código postal determina las notas en clase

Archivo - Varios niños caminan a la salida del colegio.

El entorno influye. El barrio, la vivienda, el nivel de estudios de los progenitores o sus condiciones laborales determinan, y mucho, el futuro de cada uno. Y cada vez hay más evidencias que así lo demuestran. La última, el Informe PISA 2022 presentado este martes por el Ministerio de Educación. El documento, que analiza el rendimiento de los estudiantes de entre 15 y 16 años de 37 países de la OCDE y de otros 43 estados asociados, revela, otra vez, que las condiciones socioeconómicas tienen una importancia fundamental en el rendimiento académico. Y lo hace con una conclusión muy clara: el alumnado de centros privados obtiene mejores resultados que el de los públicos, pero hasta que se igualan sus circunstancias. Cuando eso se hace, el rendimiento de los segundos aumenta, y el de los primeros disminuye. Dicho de otro modo: no es el colegio, son las oportunidades que cada uno ya lleva guardadas en su mochila cuando sale de casa.

Pasa en matemáticas, pasa en lectura y pasa en ciencias, las tres áreas troncales cuyos resultados se han publicado este martes después de un trabajo de campo realizado durante todo 2022 —en un principio se iba a realizar en 2021, pero la pandemia obligo a aplazarlo—. Pero no sólo eso. También pasa en el resto de los países de nuestro entorno, aunque en menor medida. En España, el rendimiento en matemáticas está 35 puntos por debajo en las escuelas públicas (462 puntos) que en las privadas (497); en lectura, el alumnado de la pública obtiene 32 puntos menos (464) que el de la privada (496); y en ciencias, la diferencia por su parte se sitúa en 32 puntos (los centros públicos obtienen 474 y los privados 506 puntos).

La cosa cambia cuando se descuenta, explica el informe, el impacto del Índice Social, Económico y Cultural (ISEC). ¿Qué es? Pues como explica el propio Informe PISA, es una "puntuación compuesta que combina en una sola la información de tres componentes: el nivel educativo más alto de los padres, el estatus ocupacional más alto de los padres y las posesiones del hogar". Se hace así porque, como recuerda el documento, "los estudiantes cuyos padres tienen niveles más altos de educación y trabajos más prestigiosos y mejor remunerados se benefician de privilegios económicos, sociales y culturales. Esto les facilita tener éxito en la escuela en comparación con los estudiantes de familias con niveles educativos más bajos o que se ven afectados por el desempleo crónico, trabajos mal remunerados o pobreza", continúa el informe.

Teniendo esto en cuenta, y descontando ese índice, sentencia la investigación, "se puede ver que el rendimiento estimado en los centros públicos aumenta, mientras que el de los centros privados disminuye, es decir, las diferencias entre las puntuaciones medias estimadas de centros públicos y privados se reducen en todos los casos". En otras palabras: si se igualan las condiciones externas a lo meramente académico, las notas del alumnado más vulnerable no se diferencian tanto del socioeconómicamente más favorecido.

En cualquier caso, el Ministerio de Educación destaca en nota de prensa que "el 12% del alumnado español procedente de un entorno socioeconómico desfavorecido logra alcanzar el mayor nivel de rendimiento, una cifra por encima de la media OCDE". Y celebra también que el efecto desigual del ISEC es reducido. En este sentido, el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, aseguró que "la distancia entre alumnado favorecido y vulnerable no es tan importante en nuestro país", aunque provoca igualmente "preocupación". "Ningún sistema educativo es de calidad mientras existan las distancias en el alumnado por nivel socioeconómico, por origen o por género", lamentó.

Lucas Gortázar, director de Educación de EsadeEcPol, amplía no obstante la preocupación más allá del Informe PISA. "Nosotros siempre enmendamos ese mensaje positivo de que la distancia no es tan grande. La relación entre el origen social y lo que progresas en el sistema no se ve en un examen", critica. Hay que ir más allá. Y analizar la tasa de abandono. O la de repetición. "Es muy importante ampliar la definición de éxito educativo. Quienes sufren paro juvenil o dejan los estudios de manera temprana son los que provienen de un entorno más desfavorecido. Decir que España es un país equitativo sólo por el Informe PISA es poco serio", lamenta.

Diferencias por origen y género

Pero también hay otra manera de observar el peso del entorno en el rendimiento: atendiendo al origen. Como recoge el Informe, "en todas las competencias el rendimiento del alumnado nativo es significativamente mejor que el del alumnado inmigrante". Pasa en la OCDE, en la Unión Europea y en España, donde la diferencia es de 33 puntos en matemáticas, de 32 en lectura y 36 en ciencias.

No es casualidad. Dentro del alumnado vulnerable este es, quizás, el más desfavorecido. Sufren las peores condiciones, y también van a la pública. Un estudio de 2020 cifró, de hecho, en un 66% el porcentaje de estudiantes de origen inmigrante que se escolariza en los dos cuartiles inferiores de renta.

Daniel Salinas, analista senior de PISA, apuntó no obstante en rueda de prensa que otras de las explicaciones de estas diferencias radican en el idioma. "Una de las barreras a las que se enfrentan estos alumnos es que la mitad de ellos aproximadamente hablan en el hogar una lengua distinta a la de la escuela", indicó.

Y ya no es sólo el origen, sino también el género. Porque todavía hay diferencias entre alumnos y alumnas. Y es la de siempre: ellas obtienen mejores resultados en lectura, pero peores en matemáticas y ciencias. Obtienen, en concreto, 25 puntos más que sus compañeros, mientros que estos las superan en en diez en matemáticas y en tan sólo cinco en ciencias, donde las diferencias ni siquiera existen en el resto de países de la OCDE ni de la Unión Europea. Ahí, sí que se mantienen en matemáticas y lectura.

El efecto covid: caída "sin precedentes" del rendimiento

Más allá de las desigualdades, hay una conclusión clara. Y tampoco es positiva. La explica la fecha de trabajo de campo: año 2022, primer año de nueva normalidad completa. Se esperaba que este Informe PISA mostrase qué efecto había tenido el confinamiento por covid, y se esperaba también que éste no fuera en ningún caso positivo. Y así ha sido. "España ha caído en una magnitud que yo esperaba", dice Gortázar. Salinas, por su parte, aseguró que "no tiene precedentes".

En 2015, en matemáticas, por ejemplo, el alumnado español obtuvo 485 puntos, una cifra que ahora ha descendido hasta los 473; en lectura, los estudiantes han pasado de 495 puntos a 474; y en ciencias, de 492 a 485. La bajada ha sido global. Y si la comparación se realiza con el año 2018, es todavía peor. Como desglosó Salinas, desde la última edición del Informe PISA el descenso ha sido de 10 puntos, aunque la tendencia ya se podía observar desde hace una década. Aun así, la directora general de Evaluación y Cooperación Territorial, Mónica Domínguez, celebró que la caída no ha sido tan drástica como en el resto de países de nuestro entorno. Se sitúa, de hecho, en la misma línea, ya que la media de los resultados de todos los países examinados es de 472 en Matemáticas (15 puntos menos respecto a 2018); 476 en Lectura (10 puntos menos respecto a 2018); y 485 en Ciencia (2 puntos menos respecto a 2018).

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Pero, ¿por qué ha ocurrido esto? La principal hipótesis es el efecto del covid. El propio informe lo indica: "Si bien en el periodo 2012-2018 se puede observar una cierta tendencia descendente, llama poderosamente la atención la acusada bajada que se ha producido entre 2018 y 2022. Probablemente la primera hipótesis que surja para explicar tal desplome sea la de atribuir a la pandemia y a sus efectos derivados (confinamiento, cierre de centros educativos, etc.) el origen del mismo".

Gortázar, en cambio, se pregunta si no habrá nada más allá. "Yo me planteó si detrás de esta caída sin precedentes no habrá algo más, como la salud mental o el efecto de las pantallas", dice.

En esa línea, PISA también incluye en su informe los efectos en la salud emocional del alumnado de la pandemia y el confinamiento. Un 31% de los españoles se sintió solo, un 44% sintió ansiedad por las tareas y un 61% echó de menos las actividades físicas y deportivas de su centro educativo. "En general, un porcentaje elevado del alumnado de los países tomados en cuenta para este informe declara haberse visto afectado socioemocionalmente por el cierre de los centros educativos, lo que corrobora el papel de estos no solo como espacio físico capital en el proceso de aprendizaje, sino como lugar clave en el desarrollo afectivo del alumnado", sentencia el documento.

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