Gafas con receta: más de 760.000 niños con pobreza visual se beneficiarían de la medida que estudia Sanidad
Gafas y lentillas cubiertas por la Seguridad Social. Es la última propuesta del Ministerio de Sanidad, anunciada el pasado viernes por Mónica García en una comparecencia en el Congreso de los Diputados. Salvo que se llevará a cabo "a lo largo de la legislatura", no dio más detalles. Ni cuántos fondos supondrá, ni cómo se decidirá a quién beneficiará ni, previsiblemente, a cuántas personas lo hará. Pero sí hay datos que explican que la medida resolvería un problema que es real. Y que sufren más de seis millones de personas en España.
La medida no es nueva. El debate había surgido en otras ocasiones y el acuerdo que alcanzaron el PSOE y Sumar y que permitió reeditar el Gobierno de coalición ya lo incluía entre sus páginas. Ahí, en concreto, se mencionaba que se propondría "un programa específico de ayuda directa para la compra de gafas y lentillas a menores de 18 años para familias con menos recursos". Ahora se desconoce si concretamente esa será la medida de Sanidad, pero aun así desde el sector lo celebran. "Valoramos esta iniciativa de forma muy positiva porque ahora no hay cobertura de ningún tipo en este ámbito", explica desde el otro lado del teléfono Elisenda Ibáñez, coordinadora de la asociación profesional Visión y Vida.
A su juicio, la propuesta debería ser unánime: gafas y lentillas en la cartera de la Seguridad Social para todos. Sin distinción. Ahora bien, "si hay que priorizar, lógicamente que se haga por renta", añade. Porque según sus datos hay más de seis millones de personas que sufren lo que han bautizado como pobreza visual. ¿Y qué es eso? La propia asociación la define como "la imposibilidad que tiene la persona de adquirir aquellos equipamientos ópticos que necesita para alcanzar una visión adecuada". Por ejemplo, en 2015, un estudio poblacional llevado a cabo por ellos mismos desveló que la crisis económica de 2008 provocó que el número de visitas al profesional de la visión se redujera un 25%. Además, el 10% de los que lo hicieron y recibieron una prescripción para el cambio de gafas o lentillas retrasó su compra. Y si no lo hizo, el 90% invirtió, como mínimo, un 10% menos. Eso es pobreza visual.
Y está extendida por toda España. Aunque no por igual en todo el territorio. En 2021 realizaron una Radiografía de la pobreza visual infantil en España que fue clarificadora y que situó a Andalucía a la cabeza del problema, con más de un millón y medio de personas en riesgo de sufrir este tipo de pobreza. Las estimaciones las realizaron basándose en la tasa de pobreza de la población en general y cruzando este dato con el de personas que necesitan gafas o lentillas.
Así, concluyeron que hasta 760.000 menores podrían encontrarse en esta situación. Además, habría hasta un 31% de pequeños y pequeñas con problemas de salud visual no resueltos. Es decir, o bien no corregidos con lentes o, directamente, ni siquiera diagnosticados. Y eso es peligroso porque, como recuerda Ibáñez, hasta uno de cada tres casos de fracaso escolar se asocian a una mala visión del alumnado. Y éste cada vez ve peor.
El pasado mes de noviembre la asociación reveló que la miopía magna (es decir, la que presenta más de seis dioptrías) ha pasado de afectar al 1,3% de los adolescentes al 8,2% en solo cinco años. Los mismos en los que los jóvenes, de media, han visto aumentada su graduación en dos dioptrías.
"Los niños tienen que beneficiarse de la medida, pero desde Visión y Vida la haríamos extensible a toda la familia observando su nivel de renta", incide Ibáñez.
Porque la pobreza visual podría ir a más. Según el Libro blanco de la visión en España 2023, los precios medios de los productos ópticos crecieron, en 2022, un 1,62% con respecto al año anterior. De media, los importes se situaron, concretamente, en 61,65 euros por producto, una cifra que en 2019 estaba en 56,72 euros. Y es que el Índice de Precios al Consumo (IPC) también ha crecido en el sector. En diciembre de 2022, por ejemplo, la inflación para gafas graduadas y lentes de contacto se incrementó un 5,3% con respecto al mismo mes del año anterior, cuando ya previamente había crecido un 1,3%.
A pesar de ello —o precisamente por los elevados precios—, también según el mismo informe, nuestro país es el que menos gasta en estos productos si lo comparamos con otros de nuestro entorno. Mientras que aquí la inversión media es de 39,90 euros, en Italia es de 52,33, en Alemania de 77,57 y en Francia de 105,82.
Algunas prestaciones, pero no una cobertura completa
Pero hay algo en lo que sí coinciden. Ningún país incluye en su sanidad pública la cobertura completa de la salud visual. "No hay ni un sólo lugar que lo cubra 100%", explica Ibáñez. Sí hay medidas, como la que en Francia permite renovar las gafas cada dos años de manera gratuita a los mayores de 16 o la que en Alemania habilita el reembolso de lo gastado en estos productos para menores de 18 años o para mayores de edad que tengan una discapacidad visual considerada grave. "Hay ayudas, pero nada más", lamenta Ibáñez.
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De eso también hay ejemplos en España. Como explica la asociación en su Radiografía, el Ayuntamiento de València firmó un acuerdo con el Colegio de Ópticos-Optometristas autonómico para ofrecer un sistema de ayudas, por medio de Servicios Sociales, a toos los ciudadanos que las soliciten para la renovación de gafas, lentes de contacto y audífonos. Concretamente, la medida contemplaba "una ayuda de 108 euros por unas gafas monofocales, el doble si se requiere compensación para distancia próxima y lejana, 300 euros para gafas progresivas, 400 euros para productos de baja visión, 80 euros para las monturas de gafas y 200 euros para el caso de las lentes de contacto", explica el documento de Visión y Vida.
"Pero tampoco sabemos si se puso correctamente en marcha o ha funcionado", señala la coordinadora. En su opinión, si no se hace es por una cuestión de fondos. "Sinceramente creo que es un tema de recursos, de que no llega la financiación para todo", lamenta.
Desde Visión y Vida no obstante han llegado a presentar hasta tres proposiciones no de ley para que la salud visual esté cubierta por la Seguridad Social. Una llegó a ser aprobada por unanimidad en el Congreso de los Diputados. Otra fue presentada en el Parlament de Cataluña. "Todos los grupos mostraron interés. Pero ya está, se quedó ahí, nunca ha pasado nada más", lamenta. Ahora, señala, están "muy ilusionados" con la posibilidad de que el debate, al fin, se cierre.