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Russian Red: "La industria musical ha cambiado mucho, es un lugar mucho más amable y femenino"

Lourdes Hernández (Russian Red).

Lourdes Hernández (Madrid, 1985) regresa con nuevo disco después de diez años. Esa es la noticia a remarcar. Volverme a enamorar (Sonido Muchacho, 2024), que verá la luz el 23 de febrero, marca la resurrección de Russian Red, alter ego musical con el que la artista se convirtió sin pretenderlo realmente en figura fundamental de la música española de principios de siglo con álbumes tan celebrados como I love your glasses (2008), Fuerteventura (2011) y Agent Cooper (2014). Sin embargo, ante la presión de una gira internacional y un océano de expectativas, el rojo intenso del pintalabios se fue borrando hasta desaparecer por completo inesperadamente con una mudanza de Madrid a Los Ángeles sin billete de vuelta, dejándonos como último canto del cisne un álbum, Karaoke (2017), en el que literalmente cantaba sus canciones favoritas para este tipo de garitos. La separación entre la persona y el personaje llegó a ser tal que ella misma ve en este renacer algo milagroso, casi místico, tal y como reconoce a infoLibre.

Hola, Lourdes, una década después. ¿Qué es esto de Volverme a enamorar?

¡Hola! Volverme a enamorar es un disco que voy a sacar después de diez años sin sacar ninguno y estoy muy emocionada. Habla de ese proceso de volverse a enamorar, que era una cosa que yo no sabía que necesitaba la cantante en mí. Es algo que el proceso de hacer el disco me ha ido descubriendo poco a poco, de manera que el título hace un poco homenaje a esa revelación. Además, realmente no creo que haya nadie que esté en la inopia de volverse a enamorar. Me gusta que el disco ponga eso de manifiesto.

Diez años sin un disco entero original. ¿Necesitabas volver a enamorarte de hacer las canciones?

Yo siento que en la música siempre, y en general con el arte, no puedo hablar de nada que no me esté pasando, o que no esté atravesando, o que no me esté generando una urgencia. Todo radica en una experiencia personal y lo que me gusta de este momento nuevo en el que me siento como cantante es que hay una posibilidad también de disociar un poco las experiencias personales que alimentan el proyecto artístico y que no tienen que acaparar toda mi vida. La acaparan un poco, evidentemente, pero no del todo. 

¿Russian Red solo está viva en el enamoramiento? ¿Esa es la clave de este disco?

Sí. Totalmente. Y me gusta mucho el personaje de la cantante que canta canciones de amor porque no sabe hacer otra cosa. Estoy con el volumen muy subido de eso de cara a presentar el proyecto, el personaje y los conciertos. Supongo que desde que me he dedicado también a ser actriz –en la película Ramona (2023) y la serie de Netflix Un cuento perfecto (2023)– he entendido el valor de los personajes que todos tenemos y la cosa chula que es poder vivirlos, subirles y bajarles el volumen... Para mí, el proceso de este disco y cómo me lo estoy tomando siento que tiene mucho que ver con esa experiencia artística.

Siento que cuando era pequeña me inventé un poco Russian Red para poder serlo ahora, no tanto antes. Siento como si entonces me hubiera inventado a Russian Red y hacía canciones, pero yo no entendía el papel ni el valor que jugaba Russian Red en mi vida

¿Ha tenido que ver esa separación del personaje en tu vuelta? Pienso que quizás con 20 años tú eras Russian Red y eso era todo de cara al público y para ti también, mientras que ahora que ya vamos teniendo una edad ya sabes que está Lourdes y está Russian Red, y esa una forma de aprender a saber enfocar las cosas más sanamente.

Sí, claro, más sanamente. O más organizadamente. Yo siento que cuando era pequeña me inventé un poco Russian Red para poder serlo ahora, no tanto antes. Siento como si entonces me hubiera inventado a Russian Red y hacía canciones, pero yo no entendía el papel ni el valor que jugaba Russian Red en mi vida porque se lo comía todo. Me podría perfectamente haber llamado Lourdes y punto, no había necesidad de un pseudónimo porque no estaba haciendo uso de ese pseudónimo. No había límites entre Lourdes y Russian Red, cuando me preguntaban yo respondía que era la misma cosa (risa). Pero tiene mucho más sentido hoy, siento que si no hubiera tenido una carrera musical en el pasado es un movimiento que habría hecho ahora porque tiene más sentido hoy que entonces.

El disco son ocho canciones y veinte minutos. Es corto, aunque es un disco como concepto por sonido y temática.

La verdad es que sí es corto. Pero tiene todo el peso de un disco por muy corto que sea. Yo llevo diez años fuera de la industria musical y el hecho de hacer un disco se me tenía que revelar de una manera casi espiritual para sacarlo. Ahora que lo estoy haciendo y que estoy presentándolo tiene todo el sentido que lo haya hecho, pero antes de hacerlo no tenía ningún sentido para mí hacer un disco. No lo tenía. Yo tenía mi vida empaquetada, llevaba diez años sin hacer música y, claro, me faltaba algo como muy grande, pero no lo tenía nada identificado (risas). A lo mejor es una cosa muy obvia, pero yo no tenía nada identificado que me faltaba esa parte de mí.

Evidentemente, el cuerpo envejece, pero hay un estado mental en el que yo veo que estoy cerca de los cuarenta y me siento más joven que nunca. Me siento súper joven en el sentido de estar conectada con la vida, de tener ganas de hacer cosas...

¿Cómo ha sido entonces el proceso de este disco?

Como al principio no había ninguna intención de hacer ningún disco, quedábamos –con Luis Sanso Luichiboy (Cupido) y Carlos René– de una manera totalmente distendida los domingos de resaca a hacer canciones y pasar el rato. Todo empezó grabando una versión de Enrique Iglesias y ahí ya fuimos quedando más. Fue algo menos de un año, yo entre Madrid y Los Ángeles. Ha sido un proceso muy guay porque el disco nos lo hemos encontrado.

Te he leído en Instagram una frase: el mejor antídoto contra el envejecimiento es volverse a enamorar de una misma. También puede ser estar enamorada constantemente, ¿no?

Es que es un estado mental. Evidentemente, el cuerpo envejece, pero hay un estado mental en el que yo veo que estoy cerca de los cuarenta y me siento más joven que nunca. Me siento súper joven en el sentido de estar conectada con la vida, de tener ganas de hacer cosas... Son momentos, pero siento que tiene mucho que ver con el enamoramiento. Cuando eres joven, como tienes toda una vida por delante que puede ir en cualquier dirección y no tienes la vida empaquetada y te puedes enamorar de cualquiera, hay como una especie de pulsión por la vida por la que yo creo que se define la juventud. Y eso lo perdemos cuando nos hacemos mayores porque parte de hacer la vida es ir empaquetándola poco a poco, y es ahí cuando pierdes esa falta de definición de las cosas. Y yo siento que la falta de definición es muy importante. También el drama bien llevado. Creo que un poquito de drama está bien siempre.

Creo que nadie puede realmente representar la voz del artista mejor que el artista, y tampoco estoy yo tan ocupada ahora mismo, ni pretendo estarlo, como para que mi carrera se coma mi vida, porque de eso también he aprendido

Escuchando este disco me viene a la cabeza la Lolita de Nabokov camino de cumplir cuarenta años.

Me encanta. Me siento súper Lolita (risas). Ya en serio, sí que me parece difícil hacer una reivindicación de esa ingenuidad, de ese componente casi adolescente. Es que yo creo que la adolescencia nos marca muchísimo y en gran medida tiene que ver con cómo vivimos el amor. Bueno, el enamoramiento, que al final es un espejismo. Nos conocemos a través del enamoramiento y las cosas que vivimos se nos quedan grabadas para siempre. Reconectar con eso me parece una fuente de inspiración. Me parece difícil para las mujeres a veces a una determinada edad reivindicar esa naivete. Yo me siento una mujer súper hecha y súper empoderada, pero hay una parte de mí a la que le encanta también jugar a no saber nada en la vida un poco.

Diez años después vuelves con Sonido Muchacho, un sello independiente con una forma muy trabajar muy diferente a la que conociste hace diez años con las multinacionales.

Es una maravilla y estoy súper contenta con todo eso: la forma que tienen de trabajar, el equipo de gente motivada y joven que trabaja muy bien. Estoy muy contenta con haber caído en tan buenas manos, francamente. Y además, como ahora no tengo mánager, estoy comunicándome todo el rato con todos los equipos, muy de jefa, y me encanta porque a la gente en realidad le gusta trabajar con el artista y siento una motivación muy guay. Además, creo que nadie puede realmente representar la voz del artista mejor que el artista, y tampoco estoy yo tan ocupada ahora mismo, ni pretendo estarlo, como para que mi carrera se coma mi vida, porque de eso también he aprendido. Siento que es una cosa muy positiva estar comunicándome yo con todas las partes del proceso, porque es algo muy artesanal y tengo la sensación de que la gente la pone más cariño.

Es que por muy bien que te vaya en una multinacional eres uno más entre otros también importantes. Ahora que puedes escoger, esta elección es volver con tus propias normas también.

Yo siento que hay como más cuidadito con todo. A todo el mundo le interesa la parte estética y todo el mundo entiende eso, mientras que en las multinacionales hay mucha gente a la que no necesariamente le interesa la parte estética, y eso que es la parte sobre la que están haciendo industria. 

Era una época distinta en la que había muchos más tíos en la música y donde me sentía bastante sola y poco arropada en ese sentido. Pero también por una mentalidad generalizada que había en la sociedad que ha ido cambiando

Diez años son muchos años ya y por aquí ha cambiado todo mucho en la escena musical española. Todo el mundo te veía como pionera en un momento en el que casi no había chicas solistas. ¿Cómo encaja Russian Red ahora en 2024?

De pionera también (risas). La verdad es que tienes toda la razón. Siento que la industria es súper diferente, que hay un montón de proyectos de mujeres. De hecho, siento que es lo más candente, lo que más me llega o lo que desde luego más me interesa ahora mismo. Ha cambiado mucho la industria musical y ahora me parece un lugar mucho más amable y femenino. En ese sentido lo veo muy positivo. También es verdad que a veces me digo '¿qué pinto yo aquí ahora?' (risas). Me pregunto si este disco se va a entender o va a calar, pero también siento que aunque no venga de pionera, sí traigo un mensaje un poco de pionera, sobre todo teniendo en cuenta que no tengo veinte años y estoy haciendo un disco sobre el amor.

Has dicho que la industria musical ha cambiado mucho. ¿Tú la sentiste muy machista o tóxica y por eso tu primera etapa acabó como acabó abruptamente?

Yo creo que en realidad toda mi lucha con mi carrera era interna. Evidentemente, sí, era una época distinta en la que había muchos más tíos en la música y donde me sentía bastante sola y poco arropada en ese sentido. Pero también por una mentalidad generalizada que había en la sociedad que ha ido cambiando. Pero para mí era una lucha más interna.

Me he dado cuenta de que realmente en España sí que tuve bastante calado, más de lo que yo pensaba. Y esto lo he entendido a mi vuelta. Que era más relevante de lo que yo me he querido también creer

¿Te sentirías incómoda si toda esta nueva generación de chicas que ha venido después y a las que sin querer abriste camino te nombraran como referente?

No, qué va, me haría una ilusión tremenda. Para serte completamente sincera, ahora estoy entre Madrid y Los Ángeles, pero llevaba como ocho años sin moverme de allí y cuando volví aquí me había olvidado de mí misma en ese sentido. Yo me había olvidado de Russian Red y vivía en un contexto donde Russian Red no existía para nada, no había ni un solo vestigio, unos CD en un garaje y ya está. Cuando volví, una cosa que me conmovió mucho y me pareció fascinante es que había gente que me reconocía y se me acercaba para decir 'me encanta tu música' o 'yo perdí la virginidad con Cigarettes'. De repente la gente me decía cosas cuando a mí se me había olvidado que yo había jugado un papel equis en un momento dado en sus vidas. Tengo ahora muchas amigas que son bastante más jóvenes que yo y al principio me decían que yo era una referente para ellas, pero en aquel entonces mi lucha era interna. Yo tenía una carrera musical, pero tenía que solucionar muchas cosas a nivel interno que la carrera me estaba distrayendo de solucionarlas hasta que ya no me pudo distraer más. Y a pesar de haber estado en Sony, yo he sido siempre muy independiente y no siento que mi música tuviera el calado de otras cantantes o bandas, pero me he dado cuenta de que no, de que realmente en España sí que tuve bastante calado, más de lo que yo pensaba. Y esto lo he entendido a mi vuelta, que era más relevante de lo que yo me he querido también creer.

Es que tuviste un pico de popularidad muy alto, en el que incluso te viste un poco en el ojo del huracán por manifestarte políticamente y decir que preferías la derecha a la izquierda. ¿Cómo recuerdas aquello? Hace ya más de una década de aquello pero escuchando este disco se me ocurre que quizás la política sea lo contrario a estar enamorada.

Uf, pues sí, seguramente. Me parece una buena forma de plantearlo. El tema de la política siempre levanta heridas y es absolutamente normal. Yo en realidad soy una persona muy poco política, pero siento que para mucha gente es muy importante y se identifican muy fuerte con sus opiniones políticas, lo cual les define absolutamente y les cuesta ver que pueda haber una conversación con respecto de algo.

Volvamos al presente y a la música. Es probable que esa sensación de que tuviste más calado del que eras consciente se incremente cuando empieces la gira de presentación. Conocemos las fechas pero, ¿nos puedes anticipar algo más?

Son en teatros y van a tener dos actos, va a haber como una performance del disco nuevo bastante bonita y un poco con tintes de acto psicomágico. No quiero revelar mucho sobre la dinámica del concierto, pero para mí es importante comunicar que solo hay siete conciertos de este tipo en España y que llevo una banda increíble con la batería de Hinds, Ander; Tere, de Ganges, que además va a telonear todos los conciertos; a Luigi, que es con quien he hecho el disco, y Álex de Lucas.

Yo siento que he tenido éxito profesional y que no pude valorarlo ni disfrutarlo porque yo no sentía un éxito personal. Creo que para que todo el éxito de puertas para afuera sea duradero tiene que estar arraigado en una sensación de éxito personal

Cuando una empieza a tocar un instrumento imagina un tipo de éxito inalcanzable. ¿Qué es el éxito para la Lourdes de 2024?

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La conversación sobre el éxito me parece súper interesante, la verdad, porque tiene muchas capas. Es lo típico que se dice, pero es verdad, porque el éxito personal es el más importante para mí. Yo siento que he tenido éxito profesional y que no pude valorarlo ni disfrutarlo porque yo no sentía un éxito personal. Creo que para que todo el éxito de puertas para afuera sea duradero tiene que estar arraigado en una sensación de éxito personal. Tiene que estar alineado. Por eso ahora me siento mucho más exitosa que antes a nivel interno.

¿Esto puede hacer que no tengamos que esperar otros diez años para el siguiente disco?

Eso seguro, porque hay otro disco que compuse antes que este que está inédito y que está esperando su momento.

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