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Alejo Stivel: "Me gasté en drogas dos pisos buenos de tres dormitorios, salón y quizás garaje y piscina"

Alejo Stivel en su piso de Madrid

Alejo Stivel (1959) creció en la Argentina del regreso de Perón y la dictadura militar, emprendiendo viaje al exilio español junto a su madre en 1977. Nada más llegar formó la banda Tequila, que arrasó a finales de los setenta y principios de los ochenta, poniendo color a un país en blanco y negro que ansiaba dejar atrás al larguísimo franquismo.

Tras disolverse el grupo, fue productor de dos centenares de discos, entre ellos 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina. En 2008 Tequila volvió a los escenarios, con varias giras desde entonces hasta ahora. En la actualidad, Alejo compagina su carrera como cantante en solitario con su propio programa de radio en RockFM y, mientras tanto, saca tiempo para contarnos su vida en Yo debería estar muerto (Espasa), unas memorias rítmicas, desenfrenadas y, por encima de todo, honestas. Recibe a infoLibre en su piso del barrio de Prosperidad, el mismo en el que se instaló con su madre al llegar desde Argentina y que considera algo así como su refugio contra el mundo.

Aseguras que deberías estar muerto. ¿Eso es lo menos que se puede esperar de una estrella del rock de los primeros ochenta?

Muere joven y deja un bonito cadáver (risas). Mi cadáver no va a ser tan bonito, por suerte, me voy escaqueando, voy gambeteando a la parca. Soy un sobreviviente serial. Supongo que todo el mundo tiene momentos donde pudo haber estado cerca de morir, pero a mí me parece que me pasó más veces de lo normal, se me acumularon. No sé si tengo algún ángel protector que me rescata cuando la cosa se pone complicada.

Con este tipo de libros siempre sorprende la capacidad que tienen los músicos para recordar a pesar de los excesos. ¿Cómo es posible?

Yo tengo una memoria pésima desde siempre. Pero cuando te metes en el túnel del tiempo una cosa te lleva a la otra y de alguna manera van apareciendo los recuerdos. También hablando con amigos puedes fomentarlo un poco. Yo era escéptico, pero van apareciendo recuerdos y al final se juntan suficientes historias para armar un libro de memorias. En un momento pensé en llamarlo Las desmemorias de Alejo Stivel (risas), pero estoy contento porque recuperé muchos recuerdos que estaban en la caja fuerte bajo llave en un proceso bastante terapéutico incluso.

Vayamos al principio, a tu infancia en Argentina, en un ambiente muy cultural por las amistades tus padres. ¿Fue aquel aprendizaje esencial en tu vida?

En la infancia es donde se cimenta todo lo que va a pasar después. Somos un producto primariamente de la infancia y luego se suma todo lo que vas pasando. Todas las conversaciones que oía pesaban más que todo el arte posible al que tuve acceso, escuchando por las noches medio dormido en el sofá a gente brillante que cortaba el bacalao en la cultura y la política. Ahí se hablaba de todo y me entraba por un oído y no me salía por otro. Eran mucha gente de la cultura argentina como Rodolfo Walsh, un tipo que escribió una carta abierta a la dictadura militar y al día siguiente fue asesinado en plena calle. O María Elena Walsh, probablemente la más importante cantautora de la música popular argentina. A pesar de mi juventud, entablé más más relación con Julio Cortázar, pero por mi casa pasaron también Benedetti o García Márquez y actores como Federico Luppi o Norma Aleandro.

Y ya con esa base, entra el rocanrol.

Sí. El rock actuó como lanza de lucha contra unos adultos, mi madre y mi padre, contra los que en realidad no tenía que luchar porque eran muy modernos, progres y bohemios. Pero de alguna manera sí me sirvió para reafirmarme como individuo y no seguir un mandato familiar. El rocanrol me llevó a tener una personalidad completamente independiente.

Llega la dictadura militar de Videla, asesinan y hacen desaparecer a personas de tu entorno, familiares y amigos, así que no queda más remedio que el exilio.

El exilio no es una experiencia agradable porque te quita todo y te deja como una especie de astronauta flotando en el universo. Ahora quizás los exilios deben ser un poquito más suaves porque las redes hacen que uno tenga amigos en cualquier lugar y pueda investigar un país desde la lejanía antes de llegar.

Fue el momento justo, el lugar justo y el producto justo que hacia falta. Tequila era lo que la gente podía necesitar sin saber que lo estaba necesitando

Llegas a España y montas Tequila con Ariel Rot, con quien ya traías amistad desde Argentina. ¿Fue Tequila el grupo que desvirgó a España? Desde luego, le disteis color a un país que salía del blanco y negro de la dictadura.

Absolutamente. Fue el momento justo, el lugar justo y el producto justo que hacia falta. Era lo que la gente podía necesitar sin saber que lo estaba necesitando. Un cúmulo de cosas mágicas que no se podía haber dado mejor de como se dio. Además, era muy difícil que alguien de España pudiera hacerlo, porque estaban las mentes muy cerradas y a nadie se le hubiera ocurrido una propuesta como la nuestra. Viniendo de fuera trajimos esa visión tan fresca que también ayudó a que otra gente después abriera su mente y siguiera ese camino.

¿La actitud de Tequila puso su granito de arena para que España dejara atrás al franquismo?

Yo creo que sí. Aportó ese punto de liberación.

¿Te gastaste en drogas el precio de dos pisos buenos en una zona buena de Madrid?

Dos pisos buenos de tres dormitorios, salón y probablemente con plaza de garaje y quizás también piscina (risas). Bueno, es lo que había que hacer y no me arrepiento. Exprimí todo al máximo como si fuera una naranja y la saqué hasta la última gota.

Hasta que un día dices 'hasta aquí hemos llegado'.

Así es. A mí no me gusta hacer apología de las drogas. Yo cuento mi experiencia, pero desde luego que son malas. Vivíamos en otra época con otro tipo de información y además uno veía que sus ídolos estaban consumiendo, triunfando, tocando y sacando discos buenísimos, con lo cual te decías que igual no era tan malo drogarse. Ahora se ve todo desde otro ángulo. Pero sí, llegó un día en el que dije 'se acabó'.

Después de Tequila pasé del BMW al bonobús, lo cual es una bonita lección. Porque la inconsistencia económica, siempre que no te falte un techo y para comer, te ayuda a relativizar

Cuentas en el libro que recorristeis España en furgoneta, igual más de 400.000 kilómetros de pueblo en pueblo pero solo un susto en aquellas carreteras mucho peores. Hace poco reaparecía Supersubmarina, que tuvieron peor suerte. ¿La carretera es la peor enemiga de los músicos?

Es enemiga pero también una buena amiga porque te lleva hasta el lugar donde vas a tocar, pero hay que tenerle muchísimo respeto y saber parar a descansar cuando no se puede más. 

¿La música te llevó más lejos de donde nunca soñaste?

Sí. Yo nunca soñé viajar por todas las ciudades y pueblos de España, no sé si quedará algún lugar donde no haya ido. También me ha llevado a lugares emocionales donde no sabía que podía llegar. La música es el mejor medio de transporte para las emociones y las experiencias.

Tequila se acaba y te ves a ti mismo como una estrella de rock en decadencia a los 25 años. Pasaste tu época oscura y cumpliste eso de que los emprendedores se tienen que arruinar tres veces en la vida. ¿Cómo se lleva ese cambio?

Esa es la estadística que dicen, sí (risas). Después de Tequila pasé del BMW al bonobús, lo cual es una bonita lección. Porque la inconsistencia económica, siempre que no te falte un techo y para comer, te ayuda a relativizar. Hay gente que va detrás del dinero de una manera enfermiza y siempre quiere más pero tiene una vida súper infeliz. Una racha así te hace valorar mucho las cosas y consigue que tu felicidad y tu bienestar no dependa del dinero, siempre, como digo, teniendo las necesidades mínimas cubiertas. 

Pasas esa época loca de no dejar de salir y casi sin querer te metes a producir discos, más de 250 a los que hay que sumar los jingles. Después de poner color a España con Tequila, quince años después le pones banda sonora con exitazos de Joaquín Sabina, M Clan, El Canto del Loco, La Oreja de Van Gogh... desde las sombras, como productor. ¿Eres consciente de la influencia que has tenido en la música popular de este país los últimos cuarenta años?

Es que me oculté a conciencia. Pegaba el pelotazo un disco de los que hacía y me negaba a todo tipo de promoción, fue un ocultamiento activo y estuve años sin que nadie me viera la cara. Hasta que una noche tuve que ir a recibir un premio para Tequila porque me insistieron muchísimo, y me dio pánico escénico y no pude ni articular palabra.

Produjiste el disco más exitoso de Sabina, 19 días y 500 noches, y le animaste a cantar con su voz al natural, lo cual fue un shock. También trabajaste, de una manera más informal, con el ídolo argentino Charly García. Así que aquí va la pregunta: ¿Joaquín Sabina o Charly García?

No, no, me niego a esa propuesta (risas). Para mí, en lo que es la música popular en español del último medio siglo, los cuatro pilares son Sabina, Serrat, Silvio Rodríguez y Charly García. Esos son los cuatro creadores más importantes que ha habido y solo con ellos puedes armar la historia de la música en español desde los años sesenta hasta hoy.

¿Nadie esperaba el gran éxito de 19 días y 500 noches?

Sabina estaba en un momento muy malo justo antes de que yo apareciera, pero por alguna razón celestial pasó de ese momento de incertidumbre a otro en el que se inspiró muchísimo. Obviamente el mérito es mayoritariamente suyo, pero yo tengo mi pequeña parte por cómo le lleve a otra forma de expresarse. Tuve esa suerte increíble que hoy vuelve a aparecer, porque este viernes saco un single con Sabina, con quien he vuelto a grabar mi canción Yo era un animal. Coincide justo con la salida del libro, el destino otra vez jugó a mi favor (risas).

Yo soy idealista por naturaleza y me despierto optimista, pero según voy leyendo los periódicos me voy convirtiendo en pesimista

Hablas también en el libro de política, del ser humano, de la sociedad, de este loco mundo. Te declaras de izquierdas idealista y optimista pesimista. ¿Qué significa eso?

Yo soy idealista por naturaleza y me despierto optimista, pero según voy leyendo los periódicos me voy convirtiendo en pesimista. Fui educado con los ideales de la justicia social, de la igualdad, el reparto justo de los beneficios... marxismo casi, podríamos decir. Pero, lamentablemente, salvo excepciones, veo que la cosa no va para adelante, porque en vez de haber más justicia social cada vez hay más brecha social. Los ricos cada vez son más ricos y no solo los pobres son más pobres, sino que la clase media es más pobre. Ahora en España estamos en un buen momento económico con dos millones de parados cuando hace cinco años había siete millones, lo cual es increíble. Tenemos la inflación más baja de Europa. Bueno, ojalá la mayoría de la gente se dé cuenta de esto y continuemos por este camino. Miro el planeta y veo que España es casi una especie de oasis en comparación con Argentina, Italia o Estados Unidos. También creo que el poder económico impone un limite para las mejoras sociales, por eso los presidentes tienen un poder limitado para hacer ciertas cosas, porque hay un punto donde es muy difícil cambiar el reparto de la riqueza.

¿Qué sientes cuando ves lo que está pasando en Palestina?

Es terrible y me afecta de cerca porque soy judío. Lo que está haciendo Netanyahu no es tan diferente de lo que hizo Franco por ejemplo, que también mató a muchos niños y creó una guerra con un millón de muertos. Ni tan diferente de lo que hizo Estados Unidos en Irak, donde mató a un millón de personas, de las cuales 800.000 eran civiles. Hay que parar esta locura y conseguir la paz como sea. Hay que sentarse a hablar, si es que es posible, porque creo que tanto Netanyahu como Hamás están cómodos en la confrontación porque su hábitat es la guerra. Pero yo no tengo la solución, desde luego que no.

El rocanrol te mantiene joven por dentro, por lo que es mejor que el bótox, que solo te estira y te deforma la cara

¿Qué te ha enseñado superar un cáncer?

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No me ha enseñado nada, estoy muy contento de haberlo superado y espero que sea definitivo. Me siento bien, con energía, voy a hacer una gira por salas de toda España a partir de otoño, con paradas en el Teatro Barceló de Madrid el 21 de noviembre y el 28 de noviembre en el Luz de Gas de Barcelona. Con el cáncer lo pasé mal, pero ahora estoy bien. Eso sí, yo no soy de la idea de que necesariamente se aprende algo de pasarlo mal, la verdad es que prefiero pasarlo bien y no pasa nada si no aprendo (risas). Prefiero pasarlo bien y ser un ignorante que no aprende nada. Hay quien sostiene que el sufrimiento es bueno para la creatividad, pero Cortázar es una de las personas más felices que conocí en mi vida y también la más creativa.

¿Qué sigue significando para Alejo Stivel a cantar en 2024 canciones de Tequila o de la época que sea?

Yo tengo canciones de discos actuales y luego están las de Tequila, compuestas por un niño, o un par de adolescentes, con una temática que poco tiene que ver con mi vida ahora. Si digo "un día en el colegio es un muermo total", resulta que no piso un colegio desde hace 45 años (risas). Pero yo digo que el rocanrol te mantiene joven por dentro, por lo que es mejor que el bótox, que solo te estira y te deforma la cara. El público que viene a los conciertos firma el pacto de no tener edad durante un rato. Creo que es una bonita premisa para una fiesta eso de olvidarse de la realidad, escapar de las hipotecas durante un par de horas y pensemos que no hay problemas en la vida. Eso es lo que yo propongo.

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