Acorralado por su partido, con las encuestas en contra y los donantes a la fuga: las claves de la renuncia de Biden

Joe Biden, durante una conferencia de prensa en el ámbito del 75º aniversario de la OTAN.

Justine Brabant | Lénaïg Bredoux (Mediapart)

”En interés de mi partido y de mi país". Con estas palabras anunció el domingo 21 de julio el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que no optará a un segundo mandato en las elecciones presidenciales de otoño frente a Donald Trump.

En una carta al pueblo estadounidense, el demócrata de 81 años decía: “Servir como presidente ha sido el gran honor de mi vida. Y aunque mi intención era buscar la reelección, creo que lo mejor para mi partido y mi país es que me haga a un lado y me centre únicamente en cumplir con mis obligaciones durante el resto de mi mandato”.

Promete explicar su decisión en un discurso esta misma semana y rinde homenaje a “todos los que han trabajado tan duro por su reelección”. El único nombre mencionado fue el de la vicepresidenta Kamala Harris, “una compañera tan maravillosa”, a la que apoya para retomar la nominación demócrata. “Quiero ofrecer todo mi apoyo y respaldo a Kamala para que sea la candidata de nuestro partido este año”, dijo en un segundo mensaje. 

”Me siento honrado de contar con el apoyo del presidente y mi intención es ganar esta nominación”, dijo la vicepresidenta en un comunicado. “Haré todo lo que esté en mi mano para unir al Partido Demócrata –y unir a nuestra nación– para derrotar a Donald Trump y su agenda extremista (...). Tenemos 107 días hasta el día de las elecciones. Juntos, lucharemos. Y juntos, ganaremos”, añadió.

Kamala Harris “sería la opción más preferible”, declaró recientemente a Mediapart el politólogo e historiador Tristan Cabello. La naturaleza de su papel como vicepresidenta es sustituir al presidente en caso de problemas. El procedimiento también sería el más sencillo: como ya está en las papeletas, no hay necesidad de empezar la financiación desde cero: ya se han recaudado 91 millones de euros.

Pero políticamente, la vicepresidenta dista mucho de ser unánime: es ciertamente “legítima”, pero “aún no ha conseguido desmarcarse de sus funciones y tener una especie de carisma e influencia presidenciales”, señala Alexis Pichard, investigador de la Universidad de París-Nanterre. 

No obstante, su aura ha ido creciendo a lo largo de su mandato, durante el cual la exsenadora por California se ha posicionado firmemente a favor de la protección del derecho al aborto, haciéndose popular entre el público en general, y entre los jóvenes en particular.

Actuaciones catastróficas

La retirada de Biden es a la vez una sorpresa y una decisión lógica. Cada vez eran más las voces en su partido que instaban al actual presidente de Estados Unidos a dejar la carrera. Sobre todo desde el desastroso debate televisado del 27 de junio. El Jefe de Estado se mostró muy débil, incapaz de terminar ciertas frases, lo que suscitó numerosas y acuciantes preguntas sobre su estado de salud y su capacidad para gobernar.

En las semanas siguientes, su equipo de campaña se dedicó a tranquilizar a la población y a descartar con firmeza la idea de un cambio en los planes de los demócratas para la carrera presidencial. Misión medianamente cumplida: en una rueda de prensa supuestamente destinada a demostrar al mundo que su debate fue un fiasco pasajero, Biden confundió al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky con el presidente ruso Vladimir Putin, y luego a su vicepresidenta Kamala Harris con Donald Trump.

En segundo lugar, el anuncio de que tendría que retirarse de la campaña durante varios días a causa del covid llegó en el peor momento posible: justo cuando Donald Trump se estrenaba, triunfante, como candidato republicano, pocos días después de sobrevivir a un intento de asesinato.

Tres factores parecen haber convencido finalmente a Joe Biden para abandonar: las dudas expresadas por Nancy Pelosi, la antigua presidenta de la Cámara de Representantes, que tiene fama de ser leal a Joe Biden; nuevos sondeos desfavorables; y el boicot a su candidatura por parte de los principales donantes del Partido Demócrata, que anunciaron que no seguirían aportando fondos mientras Biden fuera el candidato del partido.

Cada vez más llamadas a la retirada

Al parecer, Nancy Pelosi trabajó entre bastidores para mostrar a Joe Biden y a su equipo que las perspectivas de victoria se alejaban, presentándoles una batería de encuestas desfavorables y presentando sus análisis de la dinámica de la campaña –a expresidenta de la Cámara de Representantes está considerada una de las mejores estrategas del Partido Demócrata–.

El viernes 19 de julio, la idea se estaba concretando lo suficiente como para que los asesores de Joe Biden estuvieran “discutiendo, entre otros detalles, el mejor momento para un anuncio si el presidente decidía renunciar a un segundo mandato”, informó The New York Times.

El día anterior, el candidato a la reelección había recibido nuevas llamadas a retirarse de la carrera por parte del senador demócrata por Montana Jon Tester y del demócrata electo a la Cámara de Representantes por California Jim Costa.

Estas llamadas siguieron a las de dos pesos pesados demócratas en la Cámara de Representantes, Adam B. Schiff (elegido por California) y Jamie Raskin (elegido por Maryland). En total, varias docenas de congresistas demócratas habían pedido públicamente a Joe Biden que se retirara en las últimas semanas.

”Tengo el corazón encogido, pero creo que es hora de que [Joe Biden] pase la antorcha a una nueva generación”. dijo también el domingo el senador independiente Joe Manchin. Y añadió: “Estoy preocupado por la salud y el bienestar del presidente”.

Aún eran más los que habían expresado su preocupación en privado, entre ellos el expresidente Barack Obama –quien, según The Washington Post, consideraba que Joe Biden debía “cuestionarse seriamente la viabilidad de su candidatura”– y los líderes de los dos grupos demócratas en el Congreso (Chuck Schumer y Hakeem Jeffries).

La deserción de los donantes

A este movimiento de desautorización entre los representantes electos, que temían no sólo que los demócratas perdieran la Casa Blanca sino también las dos cámaras del Parlamento estadounidense en las elecciones de noviembre, se unió la deserción de varios donantes importantes del partido.

”El apoyo de los principales donantes a Joe Biden se desploma”, rezaba el dramático titular de The New York Times del 18 de julio. Según varias fuentes con acceso al estado de las finanzas de la campaña demócrata entrevistadas por el diario norteamericano, “el apoyo de los principales donantes del partido” para el mes de julio iba “camino de caer a la mitad” en comparación con el mes anterior si Biden seguía en la carrera, pasando de 50 millones de dólares a menos de 25 millones.

Entre los grandes donantes que han advertido que dejarán de dar dinero al Partido Demócrata mientras esté representado por Joe Biden se encuentra el actor y productor George Clooney. “No ganaremos en noviembre con este presidente. Además, no ganaremos la Cámara de Representantes y perderemos el Senado. No es sólo mi opinión, es la opinión de todos los senadores, congresistas y gobernadores con los que he hablado en privado. Todos y cada uno de ellos, independientemente de lo que digan públicamente”, escribió Clooney el 10 de julio en un mordaz artículo de opinión titulado Me encanta Joe Biden, pero necesitamos un nuevo candidato.

”¿Será complicado? La democracia es complicada. Pero, ¿daría energía a nuestro partido y despertaría a los votantes que, mucho antes del debate de junio [un desastre para Joe Biden - nota del editor], ya habían perdido el interés por el tema? Desde luego”, prosiguió el actor.

La virulenta reacción de Trump

El domingo, las reacciones republicanas fueron tan virulentas como el discurso de Donald Trump en la clausura de su convención, el jueves 18 de julio. “El corrupto Joe Biden no era apto para presentarse a presidente, y ciertamente no es apto para servir, ¡y nunca lo ha sido! Sólo llegó al cargo de presidente a base de mentiras, noticias falsas y sin salir de su escondite. Todos a su alrededor, incluidos su médico y los medios de comunicación, sabían que no estaba en condiciones de ser presidente, y no lo estaba”, despotricó Trump en su red social Truth Social. 

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Richard Hudson, jefe de campaña del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, calificó la retirada de Joe Biden de “escándalo de proporciones históricas”. “Nuestro presidente está incapacitado, los demócratas lo sabían y mintieron al pueblo estadounidense para ocultarlo. Los votantes no perdonarán ni olvidarán esta traición definitiva a su confianza”, dijo, según la CNN.

”Si el presidente no está mentalmente capacitado para hacer campaña, tampoco lo está para tener los códigos nucleares. Todos los demócratas de la Cámara de Representantes deben responder ahora a la pregunta: ¿está el presidente capacitado para seguir en el cargo hasta el final?”. Biden dejó claro el domingo que ahora pretende concentrarse en su tarea como presidente hasta el final de su mandato.

La convención que decidirá el candidato presidencial demócrata se celebrará del 19 al 22 de agosto en Chicago.

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