La cosa va de memoria: 13 años sin Amy Winehouse y la inmortalidad del activista antifascista Julien Terzics

Pancarta en homenaje a Julien Terzics, batería del grupo francés 'Brigada Flores Magon', este pasado julio en Vallecas.

La cultura nos alimenta todo el año, no solo en verano, pero como es ahora cuando (con suerte) tenemos más ratos desordenados que dedicarnos a nosotros mismos, es cuando podemos aprovechar para disfrutar de todo aquello que nos pasó por delante y no pudimos atrapar durante el resto del año. Buen momento para intentar ver aquella película, retomar aquella serie, prestar atención a cualquier cosa que en su momento nos llamó la atención pero de largo pasó.

Es por ello que la redacción de infoLibre aprovecha estas semanas de veranoLibre para recomendar a nuestros lectores diversas obras culturales con las que pasar un buen lapso, en absoluto rutinario, puede quizás que en solitario, aunque siempre perfectamente acompañado. Porque no hay soledad cuando uno se sumerge en cualquiera de los títulos que de primera mano nos aconseja Sabela Rodríguez Álvarez poniendo sus títulos negro sobre blanco. Veamos.

Un libro: Ya casi no me acuerdo, Clara Morales

Fue en un cumpleaños de Clara cuando mi madre me mandó un recado: pregúntale que para cuándo el libro. Acababa de dejar infoLibre y ya echábamos de menos leerla. El caso es que fue entonces cuando me dijo que efectivamente estaba en ello. Tiempo después, un día cualquiera, nos llegó un mensaje por un grupo de whatsapp. Era una imagen de la que sería la portada de su primer libro. Sé que no es esta la sección ‘presume de tu amiga’, pero me permitirán la licencia. Ya casi no me acuerdo (Tránsito, 2024) gira en torno a trece relatos atravesados por la memoria, un susurro pausado y con acento del sur sobre el apremio de recuperar las voces que han sido desplazadas a los márgenes –unos márgenes que, por cierto, son en realidad el centro de las mayorías–. Es el placer compartido de quien disfruta cincelando relatos y es el compromiso inserto en las luchas colectivas. Es goce y es militancia, a partes iguales. Y no se preocupen, yo le diré a mi madre que cuando intuya un segundo libro, nos dé el aviso.

Una película: Amy, Asif Kapadia

El pasado 23J no sólo hizo un año de las elecciones generales: se cumplieron trece desde que Amy Winehouse fuera encontrada muerta en su apartamento. La cosa va de memoria. Este año llegó a las salas de cine un biopic que no ha cosechado prácticamente ningún elogio. Las malas críticas [aquí la de infoLibre] parecen sugerir que mejor no, mejor optar por otra dirección. Así que por suerte para todos tenemos el documental Amy. La chica detrás del nombre. La cinta de Asif Kapadia, disponible en Movistar+ y Amazon Prime, aproxima al espectador a la vida de la compositora británica, portadora de un talento inconmensurable, quien era ya en vida el preámbulo de un fantasma completamente derrotado que sólo halló consuelo en la música. Conmueve la fragilidad de una chavala que nunca llegaría a cumplir los treinta, pero sobre todo desgarra la banalización de la enfermedad –la bulimia, la depresión y en último término la adicción a las drogas, convertidas en espectáculo–, la crueldad de la industria y la ferocidad que imponen las ansias de lucro, cueste lo que cueste.

Un disco: Inmortels, de Brigada Flores Magon

Detrás del nombre de Brigada Flores Magon, hay un grupo de amigos franceses. La banda homenajea al anarquista mexicano, precursor intelectual de la revolución en el país a principios del siglo pasado. El nombre de Brigada Flores Magon estaba estampado en el cartel de las fiestas autogestionadas de Vallecas que este año celebraban su XX aniversario. Los galos tendrían que haber pisado el barrio madrileño este verano, pero nunca llegaron a hacerlo. Julien Terzics, el batería, perdería la vida pocos días antes de forma repentina. Julien no sólo era músico en Brigada Flores Magon, era también un militante comprometido que se convertiría en un símbolo del movimiento antifascista del París de los ochenta. Su historia, en parte recogida en el documental Antifa, chasseurs de skins, ha marcado a generaciones fuera y dentro de las fronteras, como se encarga de recordar en este artículo Irene Zugasti. Hace un par de semanas, en un parque de Vallecas, se levantaba una pancarta que rezaba '¡Julien presente!' Días después, la banda anunciaba su despedida. “Tú decías que nadie es irremplazable. Pues sí, en realidad tú lo eres”. Hoy, nada mejor que escuchar su último disco: Inmortels.

Una serie: Big boys

Perdón, me está quedando un pelín triste, lo sé. Vamos con algo de humor. Me topé hace unos meses, casi por casualidad, con la serie Big Boys, dirigida por Jim Archer. Si algo me movió a sumergirme en el primer capítulo, fue ver en su cartel al actor Dylan Llewellyn, uno de los protagonistas de Derry Girls –efectivamente, estoy colando sibilinamente otra recomendación–. Éxito asegurado. En seis capítulos de unos veinte minutos, la serie acompaña a dos jóvenes recién aterrizados en la universidad y abocados a moverse torpemente por un mundo en el que se sienten un poco intrusos. Dos temporadas de absoluto humor británico, una visión tierna y honesta sobre sexualidad, amistad y familia, que no pretende esquivar la crudeza que acarrean asuntos como la pérdida. La encontrarán en Filmin. Y una recomendación: mejor, en versión original.

Un podcast: Blum

De Alcalá Norte a Los Planetas: por qué quiero un pisito en la 'calle Elfo' como 'Segundo premio'

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Aunque soy más asidua a los podcast vinculados de alguna manera a la actualidad, reconozco que el verano me sabe a ficción sonora. Escuché este podcast hace cosa de un año y me acompañó cada mañana, puntualmente, en todos los paseos con mi perro por el parque. Se trata de Blum, un podcast creado por Carmen Pacheco y Manuel Bartual que narra la historia de una periodista detrás de un misterio que es en realidad doble: el que gira en torno a Ursula Blum, una pintora vanguardista suiza del siglo XX; y el que atañe a Clara Pastor, una estudiante de Historia del Arte que dedica su tesis a la pintora y que desaparece en extrañas circunstancias antes de poder terminarla.

Un extra: Non saímos do lixo

Es curiosa la velocidad con la que se ha quedado desfasado el concepto de videoblog, pero como la cosa va de memoria, es de justicia recordar que fue así como se fraguó Non saímos do lixo. Este conjunto de piezas audiovisuales en clave de humor nació de la mano del proyecto gallego independiente Komunikando, allá por 2010 y con Novedades Carminha como telón de fondo. Después de un periodo de ausencia –condenando a su público a ver en bucle los vídeos ya publicados–, sus creadores han decidido volver cobijados esta vez bajo el paraguas de las redes sociales. Si se preguntan ustedes qué es eso de la retranca gallega, pónganse alguno de los capítulos de Non saímos do lixo. Les dejo con uno: Asesores de Feijóo. La cosa promete.

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