'Celeste’: una oportuna y reconfortante serie pro sistema
Movistar Plus vuelve a estrenar serie española. En este caso una comedia dramática, sobria y pequeña, de seis episodios de media hora. En ellos Sara Santano, inspectora a punto de jubilarse, recibe el encargo de probar que la exitosa cantante Celeste ha residido en España el año anterior y, por tanto, debe al fisco más de veinte millones de euros.
Carmen Machi protagoniza este título y vuelve a mostrar que es una actriz mágica que no te acabas. En esta ocasión interpreta a una mujer aparentemente gris, modosa, a la que la viudedad ha empequeñecido el mundo aún más.
Una heroína del Estado
Bajo su rigor y sequedad late una heroína del sistema. Una servidora del Estado que lucha contra los poderosos para hacer justicia fiscal. Sus perseguidos son más ricos, más populares y más sexis que ella.
“La gente nos odia. La gente prefiere encontrarse un bulto en la ingle antes que una carta de hacienda en el buzón”, le dice un colega a su personaje en un momento del guion. Y esa verdad que todos conocemos a fuerza de oír comentarios una y otra vez es la que da su interés a la serie.
Tenaz investigadora
Cómo no reirle la gracia a Lola Flores cuando pedía una pesetilla a cada español para saldar su deuda con hacienda. Pues aquí se ofrece una reivindicación del otro lado del conflicto. De una funcionaria tenaz que a veces como mosquita muerta y otras como intrépida detective quiere recuperar para el país lo que le ha sido robado.
El guion está firmado por Daniel Castro, Oriol Puig Playà y Diego San José, el creador de Celeste. San José también es autor de muchas de las comedias más conocidas de las últimas décadas. En colaboraciones con Borja Cobeaga escribió Pagafantas, en 2009, y más tarde Ocho apellidos vascos y su secuela en Cataluña, entre otros trabajos.
Ha participado en equipos televisivos de comedias en El intermedio, La noche de José Mota, Vaya semanita o Qué vida mas triste y ha creado para televisión las sucesivas Vota Juan, Vamos Juan y Venga Juan con Juan Cavestany.
Serie hecha a medida de Carmen Machi
En entrevista a El cine en la SER ha explicado que esta vez ha querido bajar mucho la comedia para contar la historia en la clave de seriedad que demandaba. Su protagonista se ha adaptado a la edad de Carmen Machi, porque lo que tenía claro desde antes de tener la idea es que la quería a ella.
Tras coincidir en Ocho apellidos vascos y ver a la intérprete en teatro fue precisamente la mezcla de comedia y drama que borda la madrileña la que le inspiró el tono que finalmente ha acabado teniendo esta serie.
Una serie de espías con una pizca de comedia
En plató, tanto al reparto como a la directora, Elena Trapé, a veces les costaba no tirar a la comedia más pura y recordar la consigna de San José, la serie era como la película Zodiac con el IRPF, un policiaco serio en el que se desarrolla una investigación. Incluso una serie de espías.
San José está particularmente orgulloso de haberse permitido hacer la serie en este tono. Según él una comedia “en la que haya melancolía o haya dolor es un lujo para el personaje”. Hace unos años, para las cadenas, comedia era equivalente a chistes, pero ha llegado a un estatus en el que puede proponer géneros más híbridos.
“Para mi la libertad no está en los presupuestos ni en los temas. Se habla menos del tono. Para mi el tono es lo que la libertad te permite experimentar” afirma el guionista.
Tono y tema
Tono y tema. Porque destaca también su cada vez mayor preferencia por nuestra realidad nacional como asunto central. “Llegas a cierta edad y revisas lo que has hecho y yo donde más a gusto me he sentido es cuando he hablado de España” afirma al respecto.
Hijo de funcionario, San José ha querido utilizar su comedia para reivindicar lo público. “Hay una falta absoluta de conciencia fiscal en España” lamenta. Y la achaca tanto a la izquierda como a la derecha patriota, algo incongruente para ambos bandos. “Si no pagas tus impuestos ni eres de izquierda ni eres patriota” concluye.
Humor que trata de algo
San José necesita para motivarse que tras la peripecia de su guion haya algún subtexto con enjundia. “Al final es un año y medio de mi vida más o menos lo que dedico. O me importa lo que digo o qué pereza de trabajo” reconoce, añadiendo que muchas comedias pecan de no tratar de nada.
Este compromiso con lo que cuenta traspasa la pantalla y emociona este homenaje a los buenos servidores públicos que hacen más por nuestra sociedad que una gloria deportiva o musical y nunca ven su labor reconocida a una escala popular.
La heroicidad no brilla, puede ser gris
Celeste apenas trata de Celeste, la artista, la diva, la millonaria. “Me siento mucho más cómodo en lugares grises, en lugares con gotelé” explica el creador de la serie, que no dudó un momento quien era la estrella de su duelo entre dos mujeres.
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Además, afirma que confía mucho en los héroes que son odiados al principio. Y es cierto que ofrecen un recorrido de crecimiento mucho mayor. Eso sí, su tesis a favor de contribuir al sistema común de bienestar no impide que haga inteligentes a los personajes que tienen otra opinión. San José ha querido dotarles de razones convincentes. De esas que si te encuentras en la vida real tienes que admitir que están bien argumentadas y tienen su parte de verdad.
Un reparto engrasado
Machi es el centro de la serie, pero está muy bien acompañada. En cada una de sus facetas tiene un personaje que le da la réplica. Todos esos intérpretes están estupendos. Manolo Solo como fotógrafo, Clara Sans como una versión de la propia Carmen Machi de joven, Aixa Villagrán como su hija y Antonio Durán como el viejo colega con una vida profesional en común.
Celeste es una gozada, se ve con gusto, se hace corta, interesa todo el tiempo e incluso despierta el apetito para hacer un policíaco de inspectores de hacienda. Parece mentira que habiendo series de detectives aficionados, profesionales, forenses o mentalistas no exista aún una de quienes siguen el rastro del dinero.