El rey critica la falta de "coordinación" en la dana sin mencionar la prevención y la gestión en las horas clave
Felipe VI fue testigo de la indignación social por la respuesta ante la dana durante su visita a Paiporta el pasado 3 de noviembre. Ese día, decenas de personas lanzaron barro y objetos a la comitiva de autoridades, de la que también formaban parte el presidente del Gobierno y el de la Generalitat Valenciana. Este martes, el rey ha aprovechado su mensaje de Navidad para mostrar empatía con los valencianos por la "frustración" que le mostraron y por la "demanda de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones", en la respuesta a la catástrofe que dejó 223 víctimas mortales en esa comunidad. El discurso, sin embargo, ha obviado cualquier referencia a la prevención y a la gestión del desastre en sus horas críticas. La máxima dirección de la respuesta de las administraciones correspondió en todo momento al presidente de la Generalitat Valencia, Carlos Mazón, desaparecido en las primeras horas de la riada.
El monarca ha dedicado la mayor parte de su discurso a esa tragedia, de la que ha ensalzado la "solidaridad en el sentido más puro" de vecinos, voluntarios, ONG y empresas. También de las Fuerzas Armadas, las de seguridad y los equipos de protección civil y bomberos. "La ayuda y la colaboración de todos está propiciando que, poco a poco, las más de 800.000 personas afectadas recuperen paulatinamente en su vida cierto grado de normalidad", ha dicho. El rey, que además de visitar Paiporta a los pocos días del desastre natural se desplazó el pasado domingo por sorpresa a la localidad de Catarroja, ha mostrado su empatía con "la frustración, el dolor, la impaciencia" y "las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones". "Todas esas emociones, las que conmueven y reconfortan y las que duelen y apenan, surgen de una misma raíz: la conciencia del bien común, la expresión del bien común o la exigencia del bien común", ha asegurado.
El discurso, sin embargo, no ha hecho referencia a la prevención de la desgracia ni a su gestión durante sus primeras horas, un período clave para paliar al máximo los daños materiales y las pérdidas humanas. El Gobierno de Carlos Mazón (PP) desmanteló buena parte de la estructura de respuesta ante las emergencias puesta en marcha por su antecesor en el cargo, el socialista Ximo Puig. El presidente valenciano, además, permaneció desaparecido cuando el agua arrasaba ya varias localidades del oeste y el sur de la provincia de València quedándose a las puertas de la capital. El mensaje masivo de la Generalitat a móviles avisando del peligro no llegó hasta las 20.15 del 29 de octubre pese a que la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar llevaban desde primera hora de la mañana lanzando alertas. La coordinación de todos los medios -estatales, autonómicos, provinciales y locales- a la que monarca se ha referido en el discurso, correspondía a Mazón, la máxima autoridad.
"Serenidad" frente a la "atronadora" contienda política
Defender la democracia, los derechos humanos y el gran pacto de convivencia que supone la Constitución de 1978, exige "cultivar el espíritu de consenso" que dio lugar a esa norma fundamental y el "diálogo" para preservarla. Felipe VI ha aprovechado su alocución para reclamar "serenidad" a los partidos ante una contienda política "legítima, pero en ocasiones atronadora". El rey ha hecho referencia a la crispación aludiendo también al "clima en el que se desarrolla con frecuencia" el "debate público" y ha llamado a "todas las instituciones" y "todas las administraciones públicas" a reflejar "con claridad" en sus discursos y su gestión política "la noción del bien común" y "el consenso en torno a lo esencial", todo ello "por encima de las eventuales divergencias y desencuentros". Lo deben hacer, según el monarca, "para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido".
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En pleno choque entre las comunidades autónomas y el Estado por la acogida de los menores inmigrantes que ha desbordado a los servicios sociales de Canarias y Ceuta, el rey ha marcado distancia con las posiciones defendidas desde algunos sectores del PP así como por Vox. "Sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente, que son sociedades abiertas e interconectadas", ha manifestado Felipe VI que también ha avisado de que "sin la gestión adecuada", el fenómeno migratorio puede "derivar en tensiones que erosionen la cohesión social". Acto seguido ha subrayado "el esfuerzo de integración", que según el monarca "corresponde a todos", así como "el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia y civismo, y el reconocimiento de la dignidad que todo ser humano merece". "La manera en la que seamos capaces de abordar la inmigración (...) dirá mucho en el futuro sobre nuestros principios y la calidad de nuestra democracia", ha concluido.
Cuestionamiento del derecho internacional
El mensaje también ha incluido referencias al problema de la vivienda, "sobre todo entre los más jóvenes", y ha pedido una reflexión a "todos los actores" para llegar a soluciones que faciliten el acceso a esta "en condiciones asumibles". En el plano internacional, Felipe VI ha criticado el cuestionamiento del derecho internacional y la negación de la universalidad de los derechos humanos, aunque sin recoger ejemplos como la invasión rusa de Ucrania -que va camino de cumplir tres años- ni las matanzas del ejército israelí contra la población de Palestina, Estado que España reconoció el pasado mayo y al que sí nombró el pasado 11 de diciembre en su alocución ante el Parlamento italiano. "Cuando llegue el silencio de las armas, España e Italia seguiremos compartiendo la visión de dos Estados, Israel y Palestina, conviviendo uno junto a otro en paz y en seguridad", dijo entonces. En Roma, el rey también se refirió a la memoria democrática, ausente esta Nochebuena: "Somos dos países", afirmó en referencia a Italia y España, "con clara conciencia del pasado, en particular del que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura".
En su tradicional mensaje navideño, el monarca sí ha destacado "los desafíos globales de nuestro tiempo", como "las crisis climáticas y medioambientales, las pandemias, la transición energética o el comercio y la escasez de los recursos naturales" y ha defendido el "multilateralismo" para afrontarlos. "Vemos también", ha avisado, "cómo se llega a discutir la misma validez de la democracia como sistema de gobierno". Y frente a las críticas catastrofistas de la oposición al Ejecutivo, ha calificado de "prometedor" el comportamiento de la economía "en términos, entre otros, de crecimiento, empleo o exportaciones" y "el nivel general de nuestro bienestar social". El Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y la OCDE han pronosticado un avance del 3% para España en 2024 frente a un 0,8% de media para toda la eurozona.