Educación y aborto cero, hoy día
Ahora que estamos al comienzo del curso escolar, desde las Escuelas Infantiles hasta la Universidad y pasado ya este último tan tórrido verano, que esperamos no nos haya secado demasiado la mollera a más de uno, nos metemos de lleno en la instrucción, que sí puede gozar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, la Educación, por su parte, no goza de unas merecidas vacaciones, aunque se hayan relajado los resortes que siempre la mantienen en vilo y a favor de una buena convivencia de toda la ciudadanía.
No obstante, hemos podido saber, según las noticias que nos han facilitado, durante este verano, que los defectos y huecos de una buena educación, incluida la afectiva y sexual, nos produce pesadillas, porque no hemos aprovechado precisamente las luces de una verdadera Educación.
Hace algo más de diez años, pudimos leer en un periódico digital: malaka.es, de nuestra provincia, diez artículos que nos proponían Educación y aborto cero.
No sabemos cómo se vuelve, o mejor dicho, se sigue en las andadas de los asesinatos machistas, ya sean directamente sobre las mujeres o sobre sus hijos, vicariamente.
Entonces se nos insistía en que una verdadera Educación afectiva y sexual nos llevaría al aborto cero, pero no que un aborto cero nos llevaría a una verdadera educación afectiva y sexual motu proprio.
Durante este interregno educativo, tan característico de este país, hemos podido asistir, a una gran cantidad de diatribas y hasta de bulos mediáticos, incluso de una cierta presión judicial, que nos mostraba la cara oculta de la llamada ley del sí es sí, que tenía, si no más audiencia y más sentencias a su favor, sí más presión mediática de los casos revisados, lo que creaba un ambiente de derribo de la Ley y de la expulsión de sus promotores, cuando una ley es una obra del Parlamento, con su poder legislativo, que es lo que necesita para poder echar a andar. Luego, una vez que se pudo conseguir orillar a los promotores primeros de la ley, ya parecía que la ley no era tan mala, dura lex, sed lex, porque estaba claro que ya no hacía ninguna falta tener que demonizar a sus promotores, porque ya se había conseguido el principal objetivo de la contienda que consistía en su defenestración perpetua no revisable.
Marilyn Monroe ya nos dijo una vez, siendo joven todavía, pues parece ser que no quiso ser mayor que muchos de nuestros políticos, que “lo que las mujeres quieren es admirar a un hombre, no educarlo”.
Nos encontramos que las mujeres ya no quieren ser las segundas madres del hombre, sino que se conforman con ser sus compañeras
Después de muchos años, nos encontramos que las mujeres ya no quieren ser las segundas madres del hombre, sino que se conforman con ser sus compañeras. Para ello ya están saliendo leyes que pueden favorecer esta educación del hombre. Sin embargo, como el supremacismo masculino, por decirlo finamente, tarda en ceder, hoy ya hay mujeres que con la inseminación artificial pueden ser madres sin pasar por la vicaría ni por el registro civil de parejas de hecho. Incluso ya todo el mundo conoce casos de amigas que se ponen de acuerdo, incluso cada una por su lado, en ser madres y seguir su amistad, ya diferente, como nuevas madres y viejas amigas.
Ya sabemos que los hijos y las hijas necesitan mucho tiempo y cuidado y bastante tiene una mujer, hoy en día, para conducir y acompañar en su vida a su prole, como para tener que acompañar, conducir y educar a su hombre.
Es más, puede pasar que un bebé, con su seguimiento médico, tras una inseminación artificial, no tenga más remedio que nacer por cesárea. Así, sin alarmar a nadie con chismes televisivos o cotilleos mediáticos o supuestos bíblicos, hoy día una mujer puede incluso ser virgen antes del alumbramiento, en el alumbramiento y después del alumbramiento.
Ahora queremos recordar que en el artículo de Educación y aborto cero (3), publicado el 12 de enero del 2014, se nos citaba a Fátima Mernissi, nacida en Fez (Marruecos), doctora en Sociología y Premio Príncipe de Asturias de la Letras (2003), que afirmaba que La Educación de las mujeres es el contraceptivo más eficaz para reducir su fecundidad. Visto lo visto, las mujeres parecen más fáciles de educar afectivamente que los hombres, que suponen no necesitar de dicha educación.
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Jose María Barrionuevo Gil es socio de infoLibre.