Ha querido el calendario que lo nuevo de Pedro Almodóvar llegue a los cines este viernes, justo cuando los candidatos a las elecciones autonómicas y municipales estén cerrando sus campañas en la noche del viernes y se preparen para reflexionar un poquito durante el sábado previo al 28M. Hablamos de Extraña forma de vida, un western en el que Ethan Hawke y Pedro Pascal son dos cowboys que tuvieron una relación oculta siendo jóvenes, una pasión que se reaviva al reencontrarse 25 años después en una noche de placer que el espectador tiene que imaginarse, pues el corazón de la historia es la discusión mientras se visten a la mañana siguiente.
Un argumento que, en pleno siglo XXI, sigue resultando molesto para los sectores más retrógrados y conservadores de nuestra sociedad, de esos que en cada cita electoral acuden a votar como guardianes de la decencia y las buenas costumbres. "A mí también me molestan ellos y, sin embargo, convivo con ellos", replica Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1949) en un encuentro con un reducido grupo de medios, infoLibre entre ellos, en las oficinas de la productora El Deseo en Madrid.
"Desgraciadamente, yo creo que una película no tiene el poder de hacer cambiar a nadie de ideología y mucho menos de hacer cambiar un voto", plantea ante la coincidencia de su nueva película, un cortometraje de apenas treinta minutos de temática homoerótica, con la cita en las urnas en este ambiente de crispación y confrontación aparentemente generalizado. "El cine es importantísimo para el ser humano, pero en otras dimensiones de la vida. Comparado con la responsabilidad del momento que vive un país, no podemos cambiar casi nada, aunque sí podemos mandarte un mensaje que te sirva como una medicina", concede.
Y aún prosigue: "Yo soy votante de izquierdas, voy a votar a la izquierda y me llevo las manos a la cabeza cada vez que la derecha y la ultraderecha abren la boca. En esto me siento muy infantil y pueril, porque no puedo creer que se digan cosas tan evidentemente falsas, tan desafortunadas y, sobre todo, con ese tono. Porque en ninguna profesión del mundo se habla de un modo tan feroz como se hace en la política actual española. Si esa crispación llega a la calle es peor todavía porque tenemos que convivir. Que la crispación brutal del parlamento llegue al ciudadano da mucho miedo. Eso es como cuando alguna vez ha venido alguna señora de Serrano y me ha increpado, que yo le digo 'usted y yo vivimos en la misma ciudad y tenemos que convivir'. No la voy a tratar de convencer, pero tenemos que convivir".
Reto a todo aquel que haya sido educado en un colegio religioso a que piense de verdad en lo que veía, porque no es posible que solo yo viera cosas y solo a mí me contaran los compañeros lo que pasaba
Tras aclarar que esto último sucedió coincidiendo con el estreno en 2004 de La mala educación, afirma que la temática de aquella película era mucho más fuerte de lo que puede ser Extraña forma de vida, aprovechando de paso para lamentar que el Defensor del Pueblo no termine de "solucionar" el "problema tremendo" de los abusos en la Iglesia: "Este es un asunto que me preocupa muchísimo porque el Defensor del Pueblo no puede contar con que la Iglesia le va a ayudar, ya que lo único que ha hecho ha sido trasladar al sacerdote a otro colegio y multiplicar los abusos. Reto a todo aquel que haya sido educado en un colegio religioso a que piense de verdad en lo que veía, porque no es posible que solo yo viera cosas y solo a mí me contaran los compañeros lo que pasaba. Es un problema descomunal".
A sus 73 años, el cineasta manchego afirma que, en cualquier caso, él escribe lo que quiere escribir porque considera "atroz lo políticamente correcto". Y es que, según subraya, "por definición, cuando uno se sienta ante un ordenador está obligado a ser políticamente incorrecto", más que nada porque cuando se pone a escribir de cualquier cosa, por "liviana que sea, a alguien le va a molestar". "Pero no puede ser que esa persona se ofenda y que eso se convierta en una verdadera dictadura para los creadores", argumenta, antes de añadir: "Yo no siento esa dictadura pero, claro, mucha gente me pregunta sobre eso cuando se ponen mis películas en televisión, como Entre tinieblas (1983). Yo sería capaz de hacerlas ahora, pero probablemente no se hubieran estrenado".
La calle cambió tanto en Madrid en los ochenta que los de derechas se acojonaron y se ocultaron porque no sabían qué iba a ocurrir con este país. Ahí estaban muy callados, pero ahora mismo tienen un altavoz que recoge todo lo que dicen
En esta línea, compara el momento actual con "esa gran universidad que era el Rockola y sus aledaños en plena explosión de libertades en los años ochenta", concluyendo que, sin ser "nostálgico, claro que ha habido una merma democrática visible, tangible y palpable". "Eso no quiere decir que el país entero haya vuelto atrás", aclara, al tiempo que recuerda cómo en aquella época "la calle cambió tanto en Madrid que los de derechas se acojonaron y se ocultaron en el último rincón de sus grandes mansiones porque no sabían qué iba a ocurrir con este país". "Ahí estaban muy callados, y ahora mismo tienen un altavoz que recoge todo lo que dicen y esa es una gran diferencia", apostilla.
Entre los avances en clave social destaca que le parece "enriquecedor" que la gente joven se plantee a qué género pertenece, recalcando, asimismo, que "con 16 años las personas trans saben exactamente quiénes son", por lo que no tienen que consultárselo a sus padres, sino a ellos mismos. "Las personas trans son conscientes desde que tienen dos años, desde que empiezan a pensar en sí mismos, y cuando un niño o una niña dice que no se quiere poner un pantalón o una falda hay que escucharlos. Ahora las familias saben más y les escuchan, mientras que antes era un problemón", subraya, para remachar al respecto: "¿Alguien cree que uno hace toda esa cantidad de operaciones en las que puede perder la vida por capricho? Claro que hemos avanzado, pero sin embargo sigue habiendo ataques homófobos en la calle. Vivimos en pluralidad y el problema es que parte de esa pluralidad es muy cafre y cavernaria y nos va a seguir dando todos los problemas que puedan. Así que hay que votar".
Los comentarios sobre actualidad de Almodóvar no terminan aquí, pues también asegura, a la luz de la polémica sobre los insultos en el estadio del Valencia a Vinicius, futbolista del Real Madrid, que "es evidente que hay españoles racistas y homófobos". "Las manifestaciones que hay no son banales, no se pude banalizar un acto como ese. Un presentador en televisión decía que esto refleja la violencia que existe en la sociedad española, pero yo no admito esa respuesta. Cuando suceden hechos tan puntuales como estos hay que atajarlos de raíz y esas personas no deben volver a ir al fútbol", expone.
Volviendo sobre el estreno de este viernes, explica que nace del "placer de escribir" que mantiene y del que salen ideas que va almacenando y, algunas sí y otras no, desarrollando. De ahí surge Extraña forma de vida, rodada en el "verano más caluroso del siglo –el de 2022– en el desierto" de Almería, con los fantasmas de Sergio Leone, Clint Eastwood y todos los demás por allí "asustados" de lo que estaban haciendo.
Tras reconocer como inspiración concreta Grupo salvaje de Sam Peckinpah, reflexiona sobre el western como género no ya masculino, sino "macho". "Pero no hay nada más humano que entre dos hombres de aquellas cuadrillas haya nacido una historia de sexo, de amor, de lo que quieras. Aprovechándome de que ese territorio está inexplorado me permito explorarlo yo", señala, mostrándose encantado de que el estreno en el Festival de Cannes sorprendiera a los espectadores: "Porque sabían que existía el elemento homosexual o queer, pero no sabían que estaba explicado de ese modo. No sabían que lo que más me iba a importar no era mostrar a Pedro Pascal y Ethan Hawke desnudos, que eso es hacer gimnasia, sino mirándose y hablando de algo a lo que cada uno de los dos personajes tiene una reacción absolutamente distinta".
Como ya me he desfogado y he hecho muchas escenas de amor y eróticas, a estas alturas de mi carrera y de mi vida me atrae mucho más que sean las palabras las que hablen del deseo de estos dos hombres
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Y es que, tras cuarenta años de películas, lo que interesa ahora a Pedro Almodóvar es "la desnudez del deseo, de nombrarlo como tal", porque "ahí las que están desnudas son las palabras y el diálogo que mantienen". "Eso sí es más elocuente para mí que el hecho de la desnudez física. Como ya me he desfogado y he hecho muchas escenas de amor y eróticas, a estas alturas de mi carrera y de mi vida me atrae mucho más que sean las palabras las que hablen del deseo de estos dos hombres", afirma.
Es así como se centra en el deseo entre estos dos hombres adultos en un momento en el que eso es lo que le interesa: "Me encantaría hacer una película sobre adolescentes, pero es que no tengo ni idea de cómo es un adolescente ahora mismo, por lo que inevitablemente mis personajes van subiendo de edad. Hay unos cambios en mi carrera que se deben a la biología pura y dura, pero también está el hecho de que me he tomado todas las libertades que he querido cuando podía tomarlas y sigo tomándolas. Lo que pasa es que para mí la libertad ahora mismo a lo mejor es decepcionar a aquellos que creen que van a ver una película donde Ethan y Pedro van a retozar como cabritillos sobre una cama. Eso no me interesa a mí ahora mismo, que lo hagan los demás". "Ahora mismo me interesan otros aspectos del lenguaje y de las relaciones de las personas", agrega, afirmando también que él cree en el "deseo que te vuelve loco y que te hace perder el control". "Creo que todas las personas deben permitirse el lujo de vivir en su vida una pasión y un deseo que casi te aniquile", remacha.
En constante evolución, por tanto, se encuentra el cineasta, quien reconoce que se ha dado cuenta de que le ha "entrado prisa" porque va cumpliendo años y siente que le quedan "muchas películas por hacer" y no sabe si le va a dar tiempo. Así las cosas, anticipa que es posible que ruede otro cortometraje en inglés para terminar una trilogía iniciada con La voz humana y continuada con esta Extraña forma de vida, si bien actualmente está ya a "medio gas" preparando su próximo largo, con dos estrellas femeninas internacionales cuyo nombre no ha querido desvelar al frente de la producción. "Esta próxima película tiene título y protagonistas, pero no puedo decirlo porque mi hermano me mata. Los exteriores los rodaremos en Nueva York, los tenemos ya localizados, y los interiores los haremos aquí en estudio. Se trata de una película en inglés de El Deseo con capital europeo, que es como yo sigo rodando", termina.
Ha querido el calendario que lo nuevo de Pedro Almodóvar llegue a los cines este viernes, justo cuando los candidatos a las elecciones autonómicas y municipales estén cerrando sus campañas en la noche del viernes y se preparen para reflexionar un poquito durante el sábado previo al 28M. Hablamos de Extraña forma de vida, un western en el que Ethan Hawke y Pedro Pascal son dos cowboys que tuvieron una relación oculta siendo jóvenes, una pasión que se reaviva al reencontrarse 25 años después en una noche de placer que el espectador tiene que imaginarse, pues el corazón de la historia es la discusión mientras se visten a la mañana siguiente.