COLIN ARTHUR
“Soy consciente de haber contribuido a crear imágenes que todo el mundo reconoce”
Despreocupados, los monos descansan cobijados por las rocas. La vida fluye en su repetición hasta que un día, sin saber muy bien cómo ni por qué, un monolito rectangular aparece enigmáticamente erguido en medio de su guarida. De poco les servirá patalear, golpearse el pecho y gruñir: el camino ya está marcado, y la evolución del ser humano emprende su accidentado rumbo hacia el universo.
La muy reconocible escena, ya lo saben, es obra de Stanley Kubrick, que recreó en aquel 2001, una odisea en el espacio, los orígenes y el posible futuro del pensamiento inteligente. Lo que quizá no tengan tan presente es la autoría de los propios simios, la mano que, con su magia para los efectos especiales, dio forma a unos de los personajes más memorables de la historia del cine.
Atreyu y el dragón Fujur, dos de los protagonistas de 'La historia interminable'.
Colin Arthur, maestro británico hacedor de criaturas, visita Madrid este sábado con motivo del 30 aniversario de otras de sus grandes creaciones: los fantásticos seres de La historia interminable, película de 1984 basada en la novela homónima del escritor alemán Michael Ende. Para celebrar la fecha, el madrileño cine Artistic Metropol proyectará el filme este sábado 6 de diciembre con la presencia de Arthur, a quien han otorgado a modo de homenaje su Butaca de honor.
De aquel título, emblema del poder de la imaginación literaria, el técnico, al teléfono con infoLibre, asegura que es “casi” su obra “favorita”. Y eso que cuenta con un impresionante listado de donde elegir, con cintas fundamentales de la historia del cine como Conan, el bárbaro; Alien, el octavo pasajero; El resplandor; El viaje fantástico de Simbad o Furia de titanesConan, el bárbaro; Alien, el octavo pasajero; El resplandor; El viaje fantástico de Simbad Furia de titanes. “En un sentido representa mis sentimientos, pero también disfruté mucho trabajando en otras como Furia de titanes o Simbad”.
Uno de los simios de '2001, una odisea en el espacio'.
Residente en España durante dos décadas, Arthur se instaló en Madrid allá por 1972, después de conocer a la también técnico de efectos de especiales María Luisa Pino, su esposa. Con ella colaboró mano a mano en el filme de 1989 La grieta, de Juan Piquer Simón, con el que se alzaron con el Goya de aquel año en su categoría.
El desfigurado Eduardo Noriega de Abre los ojos no le dejó sin embargo el mismo sabor de boca que los personajes soñados por el pequeño Bastian, lo mismo que las varias películas españolas en las que ha colaborado, desde El robobo de la jojoya, con Martes y Trece, a Hable con ella, de Pedro Almodóvar. Los otros filmes, al ser más antiguos coincidieron con su época de juventud, “un tiempo sin responsabilidad, en el que disfrutaba más”, rememora. “También, en cada rodaje las circunstancias son diferentes”.
Eduardo Noriega en 'Abre los ojos'.
La cañada de los ingleses, un cortometraje de este mismo año, dirigido por Víctor Matellano, es su trabajo más reciente. De este sí guarda mejores recuerdos, especialmente porque “la relación con el director ha sido mejor, más cariñosa, y eso te da capacidad para que disfrutes haciéndolo”, expresa en español. “Sin embargo, con otros no disfrutas tanto”.
En los 50 años largos de carrera que acumula, ha maquillado, creado prótesis, construido escenografías o diseñado cuerpos animatrónicos. Con la irrupción de la informática en el campo de los efectos especiales, no siente que se haya perdido algo esencial, sino más bien todo lo contrario: “los dos sistemas son válidos, pueden convivir”.
Si una espina le ha quedado clavada tras centenares de alumbramientos es la creación de un centauro para La historia interminable 2, “que no pudieron producir”. “También dije una vez a un periodista que me preguntó que me hubiera gustado participar en El señor de los anillos, por el tema de los Hobbits”, agrega. “Hubiera sido muy feliz de haber colaborado de una forma u otra”.
En 'Furia de titanes' trabajó con la técnica del 'stop-motion'.
Fallece Ray Harryhausen, el mago de los efectos especiales
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Llegado al mundo de los efectos especiales casi por casualidad, hoy se dice “consciente de haber contribuido a crear imágenes que todo el mundo es capaz de reconocer”, “como el mono golpeando el hueso de 2001, y también otras cosas que he hecho con Ray Harryhausen, que son muy icónicas”. Con su gran amigo, fallecido en 2013, realizó trabajos en la técnica del stop-motion como Furia de titanes. El estadounidense firmó además el prólogo de la biografía del británico, Colin Arthur, Criaturas, Maquillajes y Efectos Especiales, escrita por Matellano, el director de La cañada de los ingleses.
Su fructuosa carrera se forjó cuando, después de haber estudiado escultura en la universidad, Arthur -cuyos padres eran también artistas- comenzó a trabajar para Madame Tussaud's, el museo de cera de Londres. Allí le llamaron para pedirle consejo sobre "el concepto" de los monos de 2001. Veinte meses después, ya estaba encarrilado en el terreno de los efectos especiales. Y no fue el único que empezó así: "Los americanos también venían del mundo de la escultura, es una buena forma de aprender".
Otros personajes de 'La historia interminable', todo un dechado de efectos especiales.