Música
Flamenco desde la tierra prometida
¿Qué sería de España si judíos y musulmanes no hubieran sido expulsados hace 500 años? ¿Sobre qué bases se asentaría nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestra gastronomía? ¿Y la música? ¿A qué sonaría? En un ejercicio de imaginación histórica y a la vez vanguardista, el compositor y productor madrileño Javier Limón ha compuesto Promesas de Tierra, un disco -que se presenta también en forma de documental, libro de partituras y página web- que a sus 40 años le sabe a “ópera prima”, y que quiere ser un canto a la unión de pueblos y tradiciones al tiempo que sienta las bases para el desarrollo futuro del flamenco.
Fruto de la comunión de las culturas cristiana, sefardí y musulmana, el flamenco ha tenido que crecer este tiempo sin sus dos hermanos. “En el disco yo me pregunto cómo sería nuestra música si no se hubieran ido, si hubiéramos seguido evolucionando los tres juntos”, explica con desparpajo el músico en su acogedor estudio madrileño, Casa Limón, desde donde emite su programa de radio, Un lugar llamado mundo (en Europa FM) y donde ha producido a cantantes como Andrés Calamaro, Concha Buika o Diego El Cigala.
El músico y productor Javier Limón.
También profesor en la prestigiosa escuela de música de Berklee, en Boston, el músico ha contado con la participación de una docena de sus alumnos, todos jóvenes nacidos entre los ochenta y los noventa y en su mayoría procedentes de Israel o Palestina. “El flamenco solo tiene una salida, que es ampliar su ejército a otras nacionalidades, si no nos vamos a ahogar, que es algo que ya empieza a ocurrir”, señala Limón, que también ha contado con un intérprete español para tocar sus piezas, el saxo soprano Juan García Illanas.
Con sonidos de instrumentos como el violín, violoncelo, saxos, armónica, flautas, guitarra española, bajo, piano, percusión y también voz, el disco imagina lo que podría ser la música de Huelva o de Jaén, el sonido andaluz, si hubiera permanecido la influencia de Oriente Próximo, pero reducida a su carácter más esencial y puro, en una fórmula alejada de lo comercial, concebida para una escucha reposada y deleitosa.”El disco abre con un tema de ocho minutos con un solo de violín de tres, así que esto nunca se podría escuchar en una cadena de radio convencional. Es más para escuchar en el coche, comiendo, tomando un vino… y dejarte llevar”.
De los músicos israelíes dice disfrutar de su capacidad para el orden y el trabajo, y la libertad y la pasión por la melodía de los palestinos. “Sería tan ridículo sobrepotenciar el aspecto político como obviar el hecho de que ambos pueblos están en guerra”, dice sobre el trasfondo del mensaje del disco, que se grabó en una sola noche en Boston, justamente el día de la declaración de independencia de Israel, el 14 de mayo.
Enrique Morente
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“Me gusta grabar lo más en vivo posible, porque si no caes en el rollo académico, además, no concibo grabar sin verte las caras, porque es como una conversación, un diálogo milimétrico”, apunta el productor, que presentará el disco el 2 de enero, "posiblemente en la Casa Sefarad (en Madrid)", además de en Israel y EEUU. No es porque sean sus alumnos, pero dice de los músicos que han interpretado sus composiciones que están entre “los mejores”: “En jazz y world music ha habido una explosión de talento en los últimos tres o cinco años en Oriente Medio, con escuelas tan prestigiosas como la de Tel Aviv”.
Con un pie en EEUU, el otro en España y ambos en constante periplo por el mundo, Limón defiende la apertura de geografías y miras a la hora de componer. “Musicalmente, gastronómicamente… hay que viajar, tener dos puntos de vida sobre el mundo: creo que el futuro va hacia allí, porque tener una vida estática te hace perderte un montón de cosas”, opina el productor, atareado además de con su programa de radio con el espacio de televisión del mismo nombre, Un lugar llamado mundo (Canal +), con Toni Garrido y David Trueba, uno de los pocos que quedan dedicados a la música en directo.
“Es un programa que se hace por necesidad”, dice. “Y en ese sentido quiero felicitar a las compañías de discos, que entienden que es la única apuesta ahora mismo y están ayudando mucho”. Ante la crisis de la industria, que el entiende simplemente como una cara más de la crisis general, recomienda cambiar la queja por el trabajo: "Hay que currar". "Mir, con este disco estoy seguro de que pierdo dinero, pero yo me busco la vida por otro lado. Lo que no puedes hacer es quedarte sentado en tu casa".