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PREPUBLICACIÓN

Una tierra doblemente prometida

Pierre Haski

El 7 de octubre de 2023, Israel sufre el atentado más grave de su historia. La brutal respuesta perpetrada en la Franja de Gaza ha hecho que una serie de organismos internacionales y muchos analistas hablen de genocidio. El periodista francés Pierre Haski trata de arrojar luz sobre este conflicto advirtiendo que todo no comenzó ese 7 de octubre, sino que debe enmarcarse en un contexto que viene de muy atrás. Y recuerda en estas páginas que sostener que los atentados de Hamás no surgen de la nada no equivale a justificarlos. Haski repasa sus cuatro décadas de experiencia como corresponsal en el extranjero para dar perspectiva sobre lo que está en juego. Desde su primer reportaje en Gaza en 1982 ha seguido y documentado todas las etapas de la historia de la región, marcadas tanto por momentos dramáticos como por efímeros períodos de esperanza.

infoLibre publica parte de la introducción de este ensayo, Una tierra doblemente prometida. Israel-Palestina: un siglo de conflicto (Deusto), que acaba de llegar a las librerías.

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Nada nos había preparado para la barbaridad cometida en suelo israelí el 7 de octubre de 2023.

Nada nos había preparado tampoco para la magnitud y la brutalidad de los bombardeos en la Franja de Gaza efectuados como respuesta, a partir del 9 de octubre de 2023.

Los observadores más informados de la larga historia del conflicto entre israelíes y palestinos tuvieron que confesar su sorpresa ante la tragedia que empezó ese sábado de octubre en el sur de Israel. Evidentemente, desde hace decenios, la región sufre actos de violencia terrorista, (1) y todos sabían que habría otros. Pero la naturaleza de ese 7 de octubre— que rompió el «santuario» en principio protector del territorio israelí— y la magnitud de la respuesta israelí contra los habitantes de la Franja de Gaza han cambiado las tornas: hacen caer a Israel, los palestinos y las regiones de Oriente Próximo y hasta de Oriente Medio en un nuevo ciclo imprevisible, en una espiral que convierte la búsqueda de paz y estabilidad en algo todavía más difícil. Paradójicamente, esta ruptura brusca también ha colocado la cuestión palestina en el centro y ha vuelto todavía más decisiva la urgencia de una paz negociada y justa.

Aunque los acontecimientos de ese 7 de octubre y de los días, semanas y meses siguientes no se previeron, no podemos dejar de retomar la frase del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres: «Los ataques de Hamás no se han producido en el vacío». Esto puede parecer una evidencia; pero, por haber pronunciado esta frase, el político portugués, a la cabeza de una organización impotente, se atrajo la furia de Israel e incluso una petición de dimisión.

No sólo no había ningún «vacío», sino que había la preparación de lo que los anglosajones llaman, con una imagen potente, una perfect storm (una tormenta perfecta), que se ve cómo toma forma sin poder detenerla. La única incógnita era saber dónde, cuándo y en qué forma estallaría; porque si algo se sabía con certeza era que estallaría. Por mi parte, yo me esperaba que se produjera una «tercera intifada» en Cisjordania, debido a la presión de los colonos y de la facción de extrema derecha de la coalición en el poder en Israel. Fue también manifiestamente el análisis de las autoridades israelíes, a pesar de las alertas que poseían, (2) lo que explica la magnitud del fracaso de seguridad de ese 7 de octubre.

Por lo tanto, resulta necesario adentrarse en el contexto, el famoso «contexto», que permite comprender, sin por ello justificar, lo innombrable. Es necesario adentrarse en el tiempo largo de la historia, muy necesario en esta parte del mundo donde la historia está tan presente, tan real o mitificada, bajo cada piedra, cada muro, cada olivo de raíces profundas... Y también es necesario comprender cómo se puede recuperar el hilo de esta historia después del cataclismo que se abrió el 7 de octubre de 2023, para ayudar a los dos pueblos a romper el engranaje infernal de la confrontación.

Visité esa tierra por primera vez en 1973, hace medio siglo, después de la terrible guerra de octubre que había pillado a Israel por sorpresa — ya— y traumatizado a un país que había rozado la derrota frente a los ejércitos árabes aliados. Escribí mi primer artículo sobre esa región en octubre de 1981, hace más de cuatro decenios, justamente en Gaza, donde mi periódico, Libération, me había enviado para «cubrir» las reacciones palestinas ante el asesinato del presidente egipcio Anuar el Sadat por un islamista, porque había firmado una paz por separado con Israel. Vivía en Jerusalén en el momento en que, a partir del 13 de septiembre de 1993 y del famoso apretón de manos entre Isaac Rabin y Yasir Arafat, israelíes y palestinos se pusieron a soñar con la paz. Documenté día a día las esperanzas y, después, el descenso a los infiernos con aquel otro asesinato, esta vez por un extremista religioso judío, del soldado y general convertido en primer ministro de Israel, que había tenido la audacia de aceptar intercambiar paz por territorios. Después, nunca he dejado de seguir sus evoluciones, los éxitos y los fracasos, las visiones y las cegueras, los avances y, por desgracia, los retrocesos. Con la convicción, muchas veces expresada en todos los medios de comunicación con los que colaboré, de que la cuestión palestina no desaparecería como por arte de magia, de que no existía una solución militar o incluso simplemente de seguridad, y de que los dramas y las tragedias se pagan de generación en generación.

'Lucha de tribus'

Los palestinos tienen derecho a la justicia y a un Estado; los israelíes, al reconocimiento de su existencia y a la seguridad. Una vez enunciados estos postulados, no se obtiene ipso facto ninguna fórmula de paz, como puede atestiguar la historia de los últimos decenios. Al menos, esto puede animar, ahora y siempre, a intentar pensar en ello, a buscar y suscitar oportunidades. Incluso en los momentos más sombríos pueden surgir las condiciones de la paz si éstas reciben un poco de apoyo... Sin duda, eso es lo que ha faltado en estos últimos años.

1. En ausencia de una definición universal, la expresión violencia terrorista se empleará aquí cuando se trate de violencia contra civiles y con fines políticos.

2. Según el diario ‘The New York Times’ del 30 de noviembre de 2023, Israel había conseguido, un año antes del ataque del 7 de octubre de ese año, un documento de 40 páginas titulado «El muro de Jericó», el cual contenía el plan de ataque seguido aquel día. Los dirigentes israelíes ignoraron esta información, así como las alertas que precedieron al día del ataque.

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