Los libreros madrileños crearon el Premio Almudena Grandes el pasado diciembre, a los pocos días de su muerte, con la intención decidida de mantener vivo algo tan importante para ella: la memoria de su obra. Una manera de devolverle a la añorada escritora la dedicación y la entrega que siempre tuvo hacia esos libreros que viven esta semana agitados con multitud de sentimientos encontrados ante la llegada a sus escaparates de Todo va a mejorar, la novela póstuma de su clienta y amiga, quien entregó hasta el último gramo de fuerza en un último compromiso con sus lectores y la literatura.
"Es un sentimiento agridulce porque es lo último que hizo y el último recuerdo. Es el peor escaparate que he montado desde hace tiempo, de verdad", confiesa emocionado a infoLibre José Agustín Martínez, librero de la Librería Gaztambide, mientras Chus Visor, de Visor Libros, reconoce que "rápidamente" han puesto ejemplares de Todo va a mejorar en el escaparate para que sea lo primero que vean los clientes: "Y ya hemos vendido unas cuantas porque Almudena tiene un público tremendo. Siempre lo ha tenido, solo hay que recordar las famosas colas en la Feria del Libro de Madrid. Todos estamos seguros de que va a ser uno de los libros de la temporada".
Lola Larumbe, de la Librería Alberti, confiesa igualmente a infoLibre que es una sensación "muy emocionante" tener algo nuevo de Almudena porque "aunque la vida parece que se detiene", esto "demuestra que la obra queda y esta es una manera de ver que ella está aquí". "Nos deja sus libros y una novela que además escribió durante el confinamiento. Durante aquellos meses yo hablaba con ella de vez en cuando porque quedó pendiente la presentación de La madre de Frankenstein, por lo que hicimos algún directo y luego, nada más abrir, ella vino enseguida a la librería e hicimos una firma aquí", rememora.
Y aún prosigue: "Recuerdo que me iba diciendo que estaba escribiendo algo que no era nada de los Episodios de una guerra interminable. Me decía 'esto me está saliendo de otra manera, es otra cosa, pero estoy muy animada y muy contenta y no puedo parar porque yo pensaba que iba a seguir con la serie pero se ha cruzado esto por medio'. Así que es una ilusión muy grande y muy emocionante a la vez pensar que ese libro está aquí y que de alguna manera se vence a la muerte así".
En términos bien parecidos se expresa Igor Muñiz Velasco, librero de la Librería Muga, pues para ellos tener este libro es una "alegría" pero con un "punto de tristeza" por el "vínculo" de todos los libreros con la autora: "era muy fuerte". "Sabíamos que este libro estaba terminado, aunque no teníamos muchos detalles cuando nos lo dijeron, y lo esperábamos con mucha ilusión", admite, para acto seguido conceder que se queda la "espina" de que no pudiera acabar su serie de Episodios, a pesar de lo cual, este libro "viene a llenar el hueco que nos dejó hace unos meses".
Desde la Librería Antonio Machado, situada muy cerquita de su domicilio madrileño, remarcan como colectividad a infoLibre que Todo va a mejorar supone, en última instancia, tener a su "clienta y sobre todo amiga de nuevo" con ellos: "Para nosotros, este libro en concreto supone volver a retomar una voz femenina con un poder tan especial como la suya en estos momentos en nuestro país. Hemos tenido la oportunidad de presentarla en distintas ocasiones con todos sus libros y eso era un honor increíble, por lo que si tenemos una pena es que no puede estar con nosotros para poder escucharla y aprender de ella, porque siempre fue una lección de sabiduría".
También se pasaba la escritora con asiduidad por Visor Libros, "muchas veces ni a ver libros, sino para charlar o tomarse una cerveza luego". Tal y como recuerda Jesús García Sánchez, Chus, quien aprovecha para reiterar el especial empeño de Almudena Grandes por "ayudar a las librerías pequeñas", por lo que con este lanzamiento póstumo sigue haciendo precisamente eso con lo que tanto disfrutaba en vida. "Sus libros se venden muy bien, ojalá saliera un libro así todos los días", señala, para poner en valor asimismo el poder de tenerla de nuevo acompañando a todos los libreros: "Ella tenía predilección por los perdedores, por el Atlético de Madrid... y también por las librerías pequeñas".
En esa vocación tan suya, no se quedaba Almudena en las librerías más céntricas de Madrid, en las que tenía más cerca de su casa, sino que también acudía a los barrios (y a otros puntos de España y Latinoamérica cuando era solicitada). Eso es justamente lo que afirma Muñiz Velasco cuando plantea que ella era "probablemente la persona más importante" desde que la Librería Muga abrió en Vallecas hace más de veinte años.
Por eso, remarca que cada vez que sacaba un libro siempre les visitaba durante el primer mes en Vallecas para presentarlo con ellos. "La primera vez lo hicimos en un instituto, pero a partir de la segunda ya tuvimos que convocar en el Centro Cultural Paco Rabal, que tiene capacidad para 400 personas porque siempre se quedaba gente fuera. El vínculo de Almudena Grandes con los lectores y lectoras de Vallecas era interminable y cada vez que venía era una experiencia maravillosa", relata, para luego agregar que en el barrio todavía están esperando que hagan un homenaje propio, algo que aún no han podido hacer "entre unas cosas y otras" por cuestiones de agenda de su viudo, Luis García Montero, con quien quieren contar para la ocasión.
Como todas las demás librerías con las que ha hablado infoLibre, de "mucho tiempo" era la relación entre Almudena y Martínez, quien comparte vivencias muy personales: "Nos presentaron cuando la edición de El corazón helado en la Feria del Libro. Fui por la cineasta Azucena Rodríguez, que es cliente de la librería, y a partir de allí tuvimos una amistad bastante buena. Pasaba por la librería muchas veces a cualquier evento o presentación. La última vez que la vi fue antes del confinamiento en la presentación en la CEGAL de La madre de Frankenstein. Luego conocimos de su enfermedad, pero no llegas nunca a pensar... y ya va a hacer un año de su muerte, que parece mentira que pase tan rápido el tiempo".
"Almudena era muy pueblo, que es lo más importante, porque significa que cuando se le acercaba alguien no le importaba dedicarle unos minutos", subrayan desde la Librería Antonio Machado. "Durante la pandemia, la primera persona que llega a la librería fue Almudena Grandes", rememoran, calificándola de persona "entregada a los libreros y lectores con cariño y devoción": "Creaba una atmósfera inigualable con su público, al que daba constantemente las gracias. Se apuntaba a todo con una capacidad de trabajo inusual, y además sin alardes, porque era una persona a la que llamabas y te daba todo lo que estuviera dentro de sus posibilidades de tiempo. Era una de las personas más entregadas a todos nosotros".
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Larumbe, por su parte, recuerda que se conocieron cuando salió Las edades de Lulú a finales de los ochenta, cuando ella era una escritora que "empezaba" y ambas se movían en "ambientes paralelos porque el Madrid de aquellos años era más pequeño". "Teníamos muchas vinculaciones afectivas y literarias y hemos mantenido la relación a lo largo del tiempo y ha sido muy bonito ver cómo ella iba creciendo como escritora", llegando a conocer sus dinámicas de escritura, puesto que a ella le "gustaba mucho hablar del proceso creativo de sus novelas". "Mostraba siempre su ilusión cuando tenía el esquema, porque ella ya sabía lo que iba a escribir y lo tenía todo estructurado en su cabeza y eso lo compartía mucho. Fue una gran suerte poderla conocer y ver cómo fue desarrollando una obra literaria única", apostilla.
Coincide Martínez con esto último cuando señala que "conocías siempre más o menos lo que iba haciendo y, quieras que no, eso te marca mucho" por tener "acceso a una persona de ese calibre siendo librero". Por eso precisamente, como gran conocedor de su obra, aunque todavía no ha podido leer Todo va a mejorar, está deseando el librero de Gaztambide sacar un rato para ponerse a ello: "Estoy loco a ver si me dejan media hora en mi casita y me lo leo. Un episodio tan gordo como la pandemia no lo podía dejar pasar precisamente en todo lo que es su carga social y política, porque fueron unas vivencias tremendas para todos y para ella, porque a partir de ahí fue todo el proceso de su enfermedad. Por las primeras líneas ya me imagino cómo es, no me va a defraudar en absoluto".
"Este fin de semana ya tengo plan", asegura Larumbe, deseando adentrarse en su lectura, igual que Muñiz, quien aprovecha para remarcar que, como escritora, Almudena Grandes es "como el Galdós del siglo XX en España". Esta obra póstuma claramente va a ser uno de los libros más vendidos de los próximos meses y, para sus libreros, como ella les llamaba con tanto fervor, su lectura merece una liturgia especial. Bien lo sabe Chus Visor, quien sí ha tenido ya oportunidad y tiempo de leerla, y quien sin desvelar nada de su contenido lo resume así en su faceta de prescriptor literario: "Es la Almudena pura de siempre. Una novela que cuando la empiezas cada vez te gusta más, con esa costumbre de poner tantos nombres propios al principio, que siempre es un poco lío, pero luego según vas avanzando, cada página te atrapa más".
Los libreros madrileños crearon el Premio Almudena Grandes el pasado diciembre, a los pocos días de su muerte, con la intención decidida de mantener vivo algo tan importante para ella: la memoria de su obra. Una manera de devolverle a la añorada escritora la dedicación y la entrega que siempre tuvo hacia esos libreros que viven esta semana agitados con multitud de sentimientos encontrados ante la llegada a sus escaparates de Todo va a mejorar, la novela póstuma de su clienta y amiga, quien entregó hasta el último gramo de fuerza en un último compromiso con sus lectores y la literatura.