Literatura de Navidad para todo el año
La noche de Navidad. Cuentos de Navidad II
Francisco José Gómez, ed.
Ediciones Encuentro, (Madrid, 2021)
Podría decirse que los cuentos de Navidad son un subgénero del cuento, como también lo son los relatos policíacos, fantásticos o de terror. La diferencia sustancial es que aquellos solo parecen editarse y leerse durante las fechas en que se celebra la Navidad, que se extienden de la Nochebuena a la de Reyes. Nadie parece saber, a ciencia cierta, cuándo empezó a celebrarse la Navidad, tal y como la conocemos, ni tampoco en qué momento empezaron a publicarse este tipo de narraciones, con conciencia de adscribirse a una temática y a una tradición. En lo que sí parece que los estudiosos de la materia están de acuerdo es en destacar como el primero y principal referente, su cumbre literaria, la Canción de Navidad. Cuento navideño de espectros (1843), de Dickens. Hasta donde yo recuerdo ahora, solo un par de narraciones de esta misma modalidad, La pequeña vendedora de cerillas, de Andersen, y Los muertos, de Joyce, recogido en Dublineses y con una memorable versión cinematográfica de John Huston, alcanzan niveles semejantes de calidad literaria e incidencia social.
Entre nosotros, los cuentos de Navidad fueron pasto de escritores costumbristas, escribiéndose también durante el Realismo, el Naturalismo y el Modernismo, con desigual fortuna, pero sin que faltaran piezas de mérito. Algunos narradores cultivaron con tanta frecuencia este tipo de relatos que han aparecido recopilaciones solo con muestras de esta modalidad literaria, como ocurre en el caso de Emilia Pardo Bazán (Cuentos de Navidad y Reyes, Clan, 2011; y Cuentos de Navidad, Eneida, 2015), Ramón Gómez de la Serna (Cuentos de fin de año, Librería Clan, 1947, cuyo prólogo se reproduce en nuestro volumen) y José Luis Borau (Navidad, horrible Navidad, Ocho y medio, 2003), entre nosotros; y Dickens (Cuentos de Navidad, Penguin Random House, 2016) y Chesterton (El espíritu de la Navidad, Renacimiento, 2017) en la literatura inglesa. Y podría sumarse la singular Carta a los Reyes Magos (Rey Lear, 2012), de Fernando Arrabal.
Tampoco faltan ejemplos entre los narradores de las últimas generaciones (Ángel Zapata, Hipólito G. Navarro, Pedro Ugarte, Marta Sanz, Cristina Grande, Javier Sáez de Ibarra, Ángel Olgoso, Carlos Castán, Javier Sagarna, Mariana Torres e Irene Reyes-Noguerol, por solo citar un buen puñado de nombres), quienes han cultivado el género desde otras perspectivas, como ocurre sobre todo en la antología de Cuentos eróticos de Navidad (Tusquets, 1999). Asimismo, sobre todo desde el final de la guerra civil, han proliferado las antologías, sin que exista una —hasta donde se me alcanza— que me parezca especialmente representativa del conjunto de esta singular literatura. Pero no sólo la narrativa se ha ocupado de estas historias, puesto que también han proliferado en el teatro, más en sus orígenes que en el presente, y sobre todo en la poesía. De hecho, algunos de esos volúmenes que llevan por título el membrete casi genérico Cuentos de Navidad, recogen poemas, como en el caso del que ahora nos ocupa.
Esta antología de Francisco José Gómez es el segundo tomo de otra semejante, titulada El día de Reyes. Cuentos de Navidad (2019), que siento no conocer. Es autor también de una lograda Breve historia de la Navidad (Nowtilus, 2013). El volumen se divide en cuatro apartados y cada uno de ellos se centra en una temática concreta o en unas fechas señaladas. Así, la primera parte se titula Panderetas, belenes y recuerdos de otras pascuas. La fiesta se renueva. La segunda se ciñe a en la Nochebuena y Navidad, la tercera parte, al Día de [los] Inocentes y Año Nuevo, y la cuarta se circunscribe a la Epifanía o Noche de Reyes. Cada una de estas partes lleva una breve pero útil introducción, que se completa con la información, imprescindible, sobre la procedencia de los textos, que encontramos al final del libro.
Se componen, según he recordado, de cuentos y poemas, aunque algunos de los textos presentados como cuentos son más bien artículos (Discurso del armario, de José María Sánchez-Silva) o crónicas, así la de Eusebio Blasco. Destacan entre los autores, Galdós (El buey y la mula y Rompecabezas), Emilia Pardo Bazán (Jesús en la tierra, con un excelente final, y La visión de los Reyes Magos, pieza de microteatro), Ramón Gómez de la Serna (El creador de los nacimientos), Sánchez-Silva (El invernadero, otro episodio de la historia de Marcelino pan y vino, con muy buen final), José Jiménez Lozano (La conferencia de los cuatro reyes) y Óscar Esquivias (El gazapillo), otro buen un narrador actual.
Siento tener que decir que resultan cargantes los cuentos costumbristas, cuyo humor ha envejecido mal, tal como ocurre en El día de Inocentes, muy floja narración de Antonio Casero, y en la de Pereda (La noche de Navidad), que resulta prolija y cuyo léxico regional envejece la historia y la ahoga, además de que a la prosa le falta llaneza y agilidad. Hemos destacado dos finales afortunados, y, sin embargo, Eugenio Sellés (El Año nuevo de Pepín) estropea su relato con un desenlace demasiado evidente, explícito. Y por lo que se refiere a la poesía, se recogen versos de Fray Ambrosio de Montesinos, Lope de Vega, Verdaguer, Unamuno, Lorca, Francisco Garfias y Gloria Fuertes, entre otros.
El viaje iniciático de Antonio Lucas al Gran Sol
Ver más
Estas historias no creo que estén solo destinadas a los creyentes, pues me parece que a muchos de los que han dejado de serlo, pero que fueron educados en la tradición y la cultura católica, les recordarán ritos de la infancia gratos, vividos en familia o con los amigos más cercanos, en donde se come y bebe copiosamente, no faltan los dulces, ni los turrones, mantecados, mazapanes, piñones y peladillas, y donde se cantan villancicos y se goza de la conversación.
* Fernando Valls es profesor de Literatura Española Contemporánea en la Universidad Autónoma de Barcelona y crítico literario.