La muralla china

Guillermo Bustamante Zamudio

La muralla china I

Los chinos son tan corteses, que hicieron la Gran Muralla para que sus peleas intestinas no molestaran a los vecinos.

 

La muralla china II

La Gran Muralla, que detenía a los bárbaros, estaba forjada de libros. Los mongoles tomaban unos cuantos, para entretenerse en el largo camino hacia la capital, a la que querían arrasar. Pero, cuando llegaban, ya no eran bárbaros. Así, la China logró la paz con sus vecinos nómades.

 

La muralla china III

La tallaron los eones y se dilató por leguas. Chocó con ella el universo abierto de unos hombres, y encerró ideas de otros que se creían pétreas. Luego presenció el declive de los bárbaros y el colapso de las dinastías, detalles insignificantes en su lenta erosión, propia de su existencia temporal.

 

La muralla china IV

Quien pasa la noche en la Gran Muralla durante la luna nueva del primer mes del año del Emperador (el del Dragón) puede contemplar a las almas de los antiguos guerreros chinos, que luchan en batallas épicas, protegiendo la muralla —una vez más—, esta vez de las almas de los mongoles.

 

La muralla china V

La Gran Muralla era tenaz, muy tenaz, pero no era inexpugnable. Fue construida de tal manera que China se subordinaría al pueblo que fuera capaz de abatirla, tras una cruenta defensa.

El detallista

La apuesta sigue en juego.

 

** Guillermo Bustamante Zamudio es escritor colombiano, es profesor de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá. Cofundó la revista 'Ekuóreo' y el blog e-Kuóreo, dedicado a las formas narrativas breves. Es autor de varios libros de microrrelatos, tales como 'Convicciones y otras debilidades mentales'', 'Oficios de Noé, Disposiciones y virtudes', o 'Certidumbres inciertas'. Es responsable, junto con Harold Kremer, de la 'Antología del cuento corto colombiano', en tres volúmenes.

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