El regreso improbable de José Luis Cuerda

Lo de Tiempo despuésTiempo después, el regreso al cine de José Luis Cuerda, podría ser un cuento de Navidad. Un guion escrito hace 20 años por el manchego llega al fin a las pantallas gracias a una reunión de cómicos benefactores y al hijo de su primer productor. El filme, con un elenco formado por algunos de los humoristas más conocidos del país, se transforma en un homenaje al director, a su película de culto Amanece que no es poco y a la comedia española a la que representa. Los fantasmas del pasado brindan un presente esperanzador para un director que se encuentra al final de su carrera. Y, para colmo, se estrena el 28 de diciembre, el día de los Inocentes y de los bromistas. 

Puede ser un cuento de Navidad también para los amanecistas, esos fieles seguidores de Amanece que no es poco, más "contingentes" que necesarios y que sienten tanta "verdadera devoción" por Faulkner como por el filme que estrenó Cuerda allá por 1989. Distribuidora y productoras venden Tiempo después como una "secuela espiritual" de Amanece que no es poco. Solo que ahora estamos en el año 9177, "mil años arriba o mil años abajo", y los únicos humanos que habitan la tierra se dividen entre un Edificio Representativo, donde viven los poderes fácticos —un rey, un alcalde, dos guardias civiles...— y los ciudadanos empleados. En las afueras, se encuentra el "poblado fetén de chabolas de todos los parados del mundo".

Y aunque Cuerda se muestra reacio a conectar ambas películas —"no sé quién se habrá inventado eso de la secuela espiritual", despacha de un plumazo—, lo cierto es que esta idea es la que ha convocado a los productores, la que llamará al público y la que ha reunido a una nómina de actores nada frecuente: Roberto Álamo, Blanca Suárez, Miguel Rellán, Arturo Valls, César Sarachu, Manolo Solo, Antonio de la Torre, Joaquín Reyes, Raúl Cimas, Berto Romero, Andreu Buenafuente, Secun de la Rosa, Carlos Areces, Gabino Diego... Aunque el director manchego concede: "Si se parece es porque lo ha escrito el mismo guionista y lo ha dirigido el mismo director. Me gusta, eso quiere decir que soy congruente", dice en un encuentro con varios medios entre los que se encontraba infoLibre. 

Un largo camino

Hace tanto que Cuerda comenzó a trabajar en Tiempo después que asegura no recordar cuándo ni cómo nació el guión. Fue un par de años después de estrenar Así en el cielo como en la tierraAsí en el cielo como en la tierra en 1995, asegura la agencia Efe. Después estrenó éxitos como La lengua de las mariposas (1999, 13 nominaciones a los Goya) o Los girasoles ciegos (2008, 15 nominaciones a los Goya). Pero nada: ningún productor se animó a producir esa pequeña locura y, de hecho, desde Todo es silencio, en 2012, no ha vuelto al cine. Lo que sí sabemos es que, después de más de una década sin que nadie se interesara por el proyecto, decidió convertir el texto en novela y editarla con el sello Pepitas de calabaza. Y parecía que la cosa iba a quedarse ahí. 

Pero entra en escena Félix Tusell, socio de Estela Films e hijo del Félix Tusell que produjo Amanece que no es pocoAmanece que no es poco. Tusell hijo, un joven productor que no cumple aún los 30 y ha decidido seguir adelante con el proyecto familiar, cuenta por teléfono que todo empezó en una cena con Cuerda. "Yo no conocí a mi padre, y José Luis era uno de sus amigos. Habíamos quedado en términos más amistosos, para que me hablara un poco de él. Nos encontramos a cenar y le pregunté en qué andaba y tal, y me dijo: 'Tengo un guión pero no consigo que nadie me lo produzca". Tusell venía de levantar Los del túnel, una comedia dirigida por Pepón Montero y protagonizada por Arturo Valls, así que no dudó en pedirle que le mandara el texto. No tuvo dudas: "Lo leímos en Estela Films y lo llamé corriendo para decirle que me había encantado y que por supuesto, que íbamos para adelante con ello".

Pero, paralelamente, otro pequeño milagro se había puesto en marcha. Como Cuerda ya había empezado a buscar productor, hasta entonces sin resultado, un grupo de amigos y admiradores encabezado por Edu Galán, humorista y socio de la revista Mongolia, había hecho suya esa misión. El nombre de guerra: la Turba, como la bautizó el propio Cuerda. Y en él estaban cómicos como Andreu Buenafuente (también productor con el Terrat) o Arturo Valls. Este, coproductor de Los del túnel, le pasó el recado a Tusell sin conocer que este ya charlaba con Cuerda. "Edu Galán ha sido el conseguidor de todo esto", dice el cómico catalán, presentador de Late motiv y Nadie sabe nada y también fundador de la productora El Terrat. Cuenta Buenafuente que todo empezó a la salida de una cena con el director: "Ahí empezamos a hablar entre nosotros que cómo era posible que no tuviera ninguna peli entre manos". Más tarde, en una comida con Tusell y Valls, Estela confirma que el proyecto está en marcha. "Es una de esas cosas que dices muchas veces, a ver si levantamos tal, si hacemos lo otro, y nunca pasan. Aquí sí, y es un pequeño milagro", cuenta. El otro nombre que el humorista pone sobre la mesa es el de Mikel Lejarza, presidente de Atresmedia Cine, que finalmente propicia la entrada de la cadena en el proyecto. 

Una "rara avis" en la industria

¿Pero cómo es posible que una película de José Luis Cuerda, "secuela espiritual" de Amanece que no es poco, no encontrara financiación? "Si ahora mismo analizamos el panorama cinematográfico nacional, vemos que se ponen demasiado en marcha productos a base de fórmulas: secuelas, precuelas, fenómenos que han funcionado bien anteriormente…", reflexiona Tusell. Frente a estas, defiende Tiempo después, "una película muy sui generis, es una deliciosa rara avisrara avis". El productor sitúa el filme en la genealogía de Berlanga o de Azcona, "tan rara y tan surrealista que es lógico que para los actores de la industria plantee una serie de riesgos". Para los socios de Estela Films este fue, sin embargo, un motivo de peso para lanzarse a la aventura. "Pero a la hora de ponerte a recorrer los despachos, defender la comercialidad de productos tan atípicos es, digamos, difícil", admite. La búsqueda, no obstante, no ha ido mal: 3,7 millones de euros de presupuesto, 1,4 aportados por el Ministerio de Cultura, y apoyo del Gobierno de Castilla-La Mancha, Atresmedia y Movistar+.

Al particular humor de Cuerda, un éxito en Amanece que no es poco —aunque no tanto cuando se estrenó— y un riesgo en la actual industria, se suma una ácida crítica social, mucho más evidente en este filme que en el de 1989. En el universo futurista del manchego, una élite política y unos trabajadores adocenados temen a los parados, un enemigo al que tratan de mantener fuera de sus fronteras mediante una propaganda continua que alaba el desempleo y la pobreza. Para mantener la unidad interior, el rey le cuelga el muerto —literal: es un asesinato— a uno de los parados, que solo trataba de vender limonada en el Edificio Representativo. La juventud rebelde se pasa el rato discutiendo sobre filosofía, pero se niega a ayudar al inocente José María, interpretado por Roberto Álamo. "Te espera una movida de la hostia", le dice un joven. "Nos ha jodido: clase trabajadora y sin afiliarme a ningún sindicato, ya me dirás", responde él. ¿Por qué pronostica ese futuro tan oscuro para el planeta? "No soy historiador, no soy sociólogo, te voy a contestar por aproximación", dice el director: "Porque está en manos de seres humanos, y los seres humanos somos frágiles, quebradizos y, algunos, canallas". 

Más alejado de la marca de la casa es el aspecto visual del filme. "Excepto banda sonora [compuesta por Lucio Godoy, músico en Los girasoles ciegos y La educación de las hadas] no son los habituales de José Luis y hemos hecho un rodaje moderno y dinámico", presume Félix Tusell. Cuerda habla del equipo como "el mejor" de su filmografía: "Aunque tengo que tener cuidado, porque se me cabrean los demás". La canción de los créditos está compuesta por Joaquín Sabina —Carmela Martínez Oliart, hija del músico, es socia de Estela— y Godoy. A la fotografía se encuentra Pau Esteve Birba, ganador de un Goya por Caníbal y a cargo también de filmes como El autor y series como La peste. El director de arte es Pepe Domínguez, que ha trabajado en proyectos como La isla mínima o La peste. Fue él quien sugirió el aspecto del Edificio Representativo, una mezcla entre las Torres Blancas diseñadas por Sáenz de Oiza y la Corona de Espinas, del arquitecto Fernando de Higueras, hoy sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España. "Idealmente", dice Tusell, "se trataba de que fuera un edificio como el de la Plaza de España, antiguo, con solera, un poco venido a menos. Así de primeras nos sorprendió mucho, pero le dio un aire futurista que nos interesó, y José Luis lo compró con entusiasmo".

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Rodaje histórico

En el rodaje, unos y otros describen un ambiente especial. Primero, porque Cuerda solventaba cada plano "en una o dos tomas", como recuerda el productor, y acababa siempre el plan de rodaje antes de tiempo. Pero sobre todo por lo que señala Buenafuente, que tenía también un pequeño papel en la película: "Era muy emocionante, muy bonito. Se veía algo especial, no era una peli al uso que te pagan, la haces y ya. Todo el mundo se sentía honrado de estar allí". Es la certeza, defiende el cómico, de que "esta película va a quedar para la historia". 

¿Para la historia como Amanece que no es poco? Las comparaciones con aquel filme planean inevitablemente sobre la nueva película. "Si venimos con la nostalgia de Fernando Fernán Gómez, lo mismo nos frustramos", admite Tusell, "pero el equipo de actores es lo mejor de nuestro star system star systempatrio". "Parece que hay un estilo actual de comedia mainstream —aunque también se dice que podría estar agotándose—, y creo que en ese sentido puede aportar algo fresco", dice Buenafuente. Este exhibe además el sello de calidad de que esta sea una película "hecha por fans que resulta que se dedican a esto", y el primero asegura que "muchos amanecistas la han visto ya y están encantados". Habrá que ver si, como pronostica el catalán, las filmotecas del futuro hacen doblete con estos dos Cuerdas.