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LOS MITOS DE LA RECUPERACIÓN

El ‘boom’ turístico se olvida del empleo

Miembros de un cofradía se confunden con los bañistas durante una procesión en una playa de Valencia.

De la renqueante economía española tiran dos locomotoras: las exportaciones y el turismo, según repite el Gobierno cuando habla de recuperación y salida de la crisis. La patronal hotelera Exceltur prevé que este ejercicio el sector crezca un 2%, después de un comienzo de año en el que el PIB turístico ha aumentado un 4,2% respecto a un primer trimestre de 2013 tachado de “terrible” por las propias empresas. “2014 será un muy buen año turístico”, aventura el secretario general de la Federación Española de Hostelería (FEHR), Emilio Gallego.

Cuestión distinta es que esa mejoría se traslade inmediatamente al empleo. A las puertas de la temporada alta y con la “mejor Semana Santa de la crisis” como preludio, en el sector turístico –paradigma del trabajo estacional– “llueve sobre mojado”, en palabras de Gonzalo Fuentes, secretario general de la Federación de Comercio y Hostelería de CCOO en Andalucía. “Han aumentado un 10% las estancias de los turistas en los hoteles, pero el empleo en el sector sólo ha crecido un 2% de media”, explica. El responsable de Comercio, Hostelería y Turismo de UGT en Baleares, Antonio Copete, niega tajante que la recuperación turística de 2013 haya siquiera rozado al empleo. De hecho, el que se ha creado, coinciden ambos, es cada vez más eventual, más precario y más fraudulento, en un sector ya de por sí abonado a la temporalidad y proclive al trabajo en negro.

Por el contrario, Emilio Gallego calcula que 2013 terminó para la hostelería con 20.000 empleos netos más, fruto de la recuperación experimentada desde finales del pasado verano. Este año, asegura, se alcanzarán puntas en julio y agosto que superarán con mucho “los 40.000 puestos de trabajo de un año malo”, aunque tampoco llegarán a los 100.000 de uno muy bueno.

Detrás de ese impulso empuja la demanda extranjera, que va viento en popa favorecida por la huida de turistas europeos de otras zonas conflictivas como Egipto, Turquía o Túnez, analiza Exceltur en su informe trimestral sobre perspectivas del sector. Mientras, la demanda nacional se anima de forma “muy lenta” y “muy tímida, aunque firme, sin altibajos”, precisa Emilio Gallego. Si a ambos factores se le suma la tranquilidad de saber que el turismo va a seguir disfrutando de un tipo reducido de IVAun tipo reducido de IVA, el responsable de la Federación Española de Hostelería cree que se están sentando “las bases de un crecimiento sano y duradero”. “Empieza a haber aperturas e inauguraciones de nuevos negocios, se ven reformas y traspasos, el clima ha cambiado”, destaca.

Más tiempo parcial, fijos discontinuos que no despegan

Los sindicatos no son tan entusiastas. Gonzalo Fuentes augura que éste será un año récord gracias a los “turistas prestados” por Egipto y Turquía, así como al repunte de los clientes nacionales, pero denuncia que en lugar de crearse empleo lo que está aumentando es la carga de trabajo de las plantillas, la economía sumergida y la precariedad. Ni sano ni duradero. El crecimiento, contradice, es “desdibujado” y “empañado”: los contratos a tiempo parcial se han triplicado gracias a los cambios impuestos por la reforma laboral, hasta alcanzar al 35% de los trabajadores del sector en Andalucía. “Jornadas de dos horas al día, de tres días a la semana… son los minijobs españoles”, describe el responsable de CCOO. A cambio, el empleo estable de ocho horas desaparece. Si se trabajan, la mitad se cobra en negro, o no se cobra, resalta. Un modelo que viene de lejos y que Emilio Gallego califica de “lacra”. “Estamos luchando contra el trabajo no declarado”, alega, aunque a continuación aclara que se trata de una ilegalidad de la que “se aprovechan los dos lados, el empresario y el trabajador”.

Enfrente, además, se encuentra una Inspección de Trabajo que carece de armas para luchar contra el fraude, se queja el dirigente de la UGT balear. También, interviene el responsable CCOO, unas instituciones sin “voluntad” para “meter mano” al problema en una comunidad autónoma como la andaluza con un escandaloso 36,3% de paro, según los últimos datos de Eurostat.

La patronal hostelera, por su parte, invita a huir de lo que su secretario general llama “estereotipos”. “Un trabajo de 450 euros por cuatro horas con alta en la Seguridad Social no es empleo de mala calidad”, asegura Emilio Gallego. Sobre todo si el trabajador no tiene experiencia ni formación, añade.

Tanto los sindicatos como la patronal defienden el contrato fijo discontinuo como la solución estable pero flexible que necesita el sector. Emilio Gallego cree que es “perfecto”: “Da seguridad al trabajador y al empresario, que de esa forma no debe diseñar plantillas nuevas cada año, además de proporcionar al trabajador formación y prestaciones durante los periodos de inactividad”.

Sin embargo Antonio Copete denuncia que la suma de fijos y fijos discontinuos no supera en Baleares el 60% de las plantillas, pese a que el convenio colectivo del sector fija que el umbral debe alcanzar el 75% para las empresas de más de 25 trabajadores. Gonzalo Fuentes opina que los empresarios prefieren acudir a los “extras” para atender aumentos puntuales de clientes: trabajadores a los que pagan, por ejemplo, 40 euros y no dan de alta en la Seguridad Social. O a los que hacen contratos cada vez más breves, de dos o tres meses de duración, dice Antonio Copete. Para el responsable andaluz de CCOO, la “visión cortoplacista” de los empresarios está detrás de estos comportamientos, que terminan deteriorando la calidad del servicio. A más temporalidad, menos formación para el trabajador, también peor atención al cliente y menos posibilidades de fidelizarlo. “El único objetivo”, resume, “es abaratar los costes salariales”.

Camareras de piso subcontratadas a mitad de precio

Aumentar la cuenta de resultados es también, según el sindicalista balear, el motivo por el que las empresas hoteleras se están apuntando cada vez más a la externalización de servicios que hasta ahora formaban parte de su negocio básico. Empezaron las cadenas pequeñas, relata Antonio Copete, pero ya las han copiado otras más grandes. NH Hoteles subcontrató el año pasado a buena parte de las camareras de piso a las que había despedido antes en un ERE de los dos que ejecutó. Camareras de piso, cocineros, conserjes, gobernantas… ya no pertenecen a las plantillas de los hoteles donde trabajan. Son aportados por empresas de recursos humanos y outsourcingoutsourcing. Cobran hasta un 40% menos porque no les ampara el convenio de hostelería, sino el de esas empresas ajenas al sector, con condiciones muy inferiores.

Antes eran las ETT las que proporcionaban estos trabajadores. Pero dejaron de ser atractivas para los hoteles desde el momento en que éstas tuvieron que pagar a los empleados el salario del convenio sectorial. “Así que ahora son empresas nuevas, de puesta a disposición de trabajadores, las que suministran las camareras de piso, por ejemplo”, explica Antonio Copete. UGT y CCOO denunciaron a una de ellas, Constant, en la Audiencia Nacional, que declaró nulo su convenio el pasado mes de febrero. Estas empresas, continúa Copete, sólo tienen en plantilla a una treintena de empleados, administrativos y personal de dirección, pero firman un convenio propio que incluye más de 200 categorías profesionales de toda índole, las de los 8.000 o 10.000 trabajadores que pueden llegar a proporcionar a sus clientes. Si el sueldo de una camarera de piso por convenio debe ser de 1.500 euros brutos al mes, las subcontratadas por estas empresas no superan los 800 euros, calcula el sindicalista. Además, los hoteles “pagan por habitación hecha” a estas firmas, con lo cual “fuerzan los ritmos de trabajo y perjudican la calidad del servicio”.

50.000 parados en temporada alta

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El resultado es que “la relación calidad/precio está empeorando”, critica precisamente Gonzalo Fuentes, “porque España ya no es tan barata”. El portavoz de la patronal lo desmiente. “El español es un modelo turístico de éxito, por su cercanía a los grandes mercados emisores, por su clima, su paisaje, su cultura y su estilo de vida”, subraya. A lo que habría que sumar una “amplia planta hotelera y unos precios razonables”. “Tenemos una oferta con personalidad y marca suficiente”, concluye Emilio Gallego, quien rechaza también que España viva ahora de los “turistas prestados” por países conflictivos.

Gonzalo Fuentes concede que el modelo español es ahora más diverso que hace unos años, aunque el “sol y playa” siga constituyendo el grueso de la oferta. Eso sí, también lo ve lejos del turismo “sostenible y de calidad” que debería ser el objetivo. Además con empleo estable y formación. “Con clientes y trabajadores satisfechos”, remata.

Sobre todo en un país donde el 12% de la mano de obra trabaja en este sector, el triple de la media europea. Además, por cada 100 empleos directos, el turismo crea otros 140 indirectos, destaca el responsable de CCOO. En zonas como Baleares, el 40% de la población vive del turista, asegura Antonio Copete. “Un auténtico monocultivo”, apunta Gonzalo Fuentes. Y allí el boom no ha impactado aún en el empleo. “Que en Baleares el pasado mes de agosto hubiera 50.000 personas en el paro”, denuncia el dirigente de UGT, “es todo un síntoma”.

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