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Trabajo

Por qué la falta de salarios dignos explica la escasez de mano de obra en Europa (y en España todavía es peor)

Un camarero de un establecimiento hotelero se dispone a servir las mesas.
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La escasez de mano de obra –cualificada o no– en las economías europeas más potentes tiene diversas causas, pero una por encima de todas: la falta de salarios dignos. No es un fenómeno nuevo: la fundación tripartita Eurofound señala que el fenómeno se empezó a notar en la Unión Europea en 2013, cuando ni se intuía el Brexit y la UE era un club de Veintiocho. Desde hace semanas, Alemania vive una oleada de huelgas en diferentes sectores sin precedentes desde la Reunificación para pedir aumentos de jornal, algo que en la prensa parisina tildan irónicamente de protestas "a la francesa". En Francia al menos las patronales de la construcción y de la restauración anuncian inminentes incrementos salariales para combatir la carestía de personal. Y en Reino Unido el primer ministro, Boris Johnson, fue explícito hace dos semanas: "Nos embarcamos ahora en un cambio de dirección en la economía que era necesario desde hace mucho tiempo", proclamó. "No regresaremos al mismo viejo modelo fallido de bajos salarios, bajo crecimiento o mano de obra poco cualificada, todo facilitado y sostenido por una inmigración incontrolada". 

Hay, pues, un denominador común internacional en torno a la escasez: las condiciones mejorables de trabajo, una tarea en la que España no sale especialmente bien parada a pesar de los sucesivos repuntes del salario mínimo interprofesional (SMI) en los últimos años para cerrar esa brecha con la Europa más desarrollada. Y es que el coste de la mano de obra por hora en España está por debajo de la media tanto de la UE como de la Eurozona, según los últimos datos de Eurostat, la oficina estadística europea. De acuerdo con la última actualización de marzo basada en datos de 2020, el coste laboral por hora en España fue de 22,8 euros frente a 24,5 euros de media en la UE y 32,3 euros en la zona euro. En 2019, el coste que abonaban los empresarios españoles por hora era 21,9 euros, por lo que la subida de un año a otro es relevante, quizás espoleada por el alza del SMI. 

Los países del Este empujan hacia abajo la media comunitaria (6,5 euros/hora en Bulgaria, 8,1 euros Rumanía, 9,9 euros Hungría), lo que esconde las grandes diferencias entre las principales potencias económicas y España: el coste por hora trabajada en Bélgica es de 41,1 euros; en Alemania, 36,6 euros; en Irlanda, 32,3 euros; en Francia, 37,5 euros; en Italia, 29,8 euros; en Países Bajos, 36,8 euros, y en Luxemburgo, 42,1 euros, siempre según Eurostat. España es el duodécimo país de Veintisiete en remuneración horaria de la mano de obra. Y el séptimo de un total de 21 en salario mínimo bruto, dice la oficina estadística (a veces cae hasta la octava posición, superada por Eslovenia). 

Entre las patronales y empresarios consultados por infoLibre, pertenecientes a sectores afectados como la hostelería y el turismo, la construcción o la logística, se esgrimen diversas razones para explicar este hecho: la anterior crisis y la expulsión del mercado de muchos trabajadores, la falta de formación, la necesidad de contar con más inmigrantes o la "excesiva" formación universitaria en detrimento de la FP. Se oye poco hablar de los bajos sueldos aunque hay patronales como la Confederación Española de Transporte de Mercancías, CETM, que reconocen que las condiciones de los camioneros van a peor, algo que llevan denunciando desde mucho antes de la irrupción del covid-19.

"Lo que hay es un problema con las condiciones para los puestos ofertados", critica Lola Santillana, responsable de empleo de Comisiones Obreras (CCOO). "Y eso implica por supuesto pagar bien y tener un salario digno, pero también el tipo de contrato (si temporal o estable), el cumplimiento del convenio colectivo, los descansos que favorezcan la prevención de riesgos o la asunción de dietas por parte de las empresas. No se puede reducir el problema con la mano de obra a la falta de formación si luego va a haber malas condiciones laborales".

Salario, dietas, tipo de contrato o descansos

Santillana pone un ejemplo: en agosto, se interesó por un comunicado de la Cámara de Comercio de Soria pidiendo "a las Administraciones medidas que conecten oferta y demanda" ante la escasez de personal. "Cuando ví el listado de plazas vacantes, me interesé por las empresas. Y aquí vino el show", dice. "Una había sido condenada por persecución sindical. Otra, por impago a trabajadores. Otra, tenía a trabajadores a tiempo completo contratados a tiempo parcial...". 

Entre los empresarios, las opiniones sobre la escasez de mano de obra son variopintas. "Con el covid, muchos trabajadores se fueron a otros sectores como el comercio, la logística o la construcción", dice a este medio Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España. "El ir y venir de ERTEs ha desincentivado que muchos empleados continuaran en la hostelería y el turismo". Además, según Gallego, "hay una orientación muy académica hacia el mundo universitario con abandono de la Formación Profesional y de los oficios". 

Habla un promotor inmobiliario de Madrid cuya firma en estos momentos ejecuta varias obras en la capital: "Somos culpables todos", dice. "La Administracion pública por no generar suelo para la construcción, las cajas de ahorros por dar prestamos en exceso en su día y los promotores por subirse a un ola tremenda que iba a desmoronarse tarde o temprano. Un albañil cobraba una pasta en 2007, pasó a cobrar, si podía, una miseria en 2010, y ahora sus servicios vuelven a estar solicitados. Pero no se encuentran trabajadores". La Comisión Nacional de Construcción (CNC), la patronal del sector, no ha contestado a este diario.

"Nuestras condiciones no son las más atractivas"

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Dulsé Díaz, secretario general adjunto de CETM, una de las grandes patronales de logística, reconoce que las "condiciones laborales de los conductores no son las más atractivas". "Nuestros clientes son una parte muy importante del deterioro. Se aprovechan de nuestra debilidad como tejido empresarial, ya que la media por empresa son tres camiones. Después, negocian todos los precios a la baja, nos exigen hacer la carga y descarga cuando no es tarea del transportista, aumentan los tiempos de espera del conductor y, por último, no hay una ley como en Francia que exija el pago en un máximo de días". "Solo en España faltan 15.000 conductores", deplora Dulsé Díaz. "Esta lacra viene de años, pero va a terminar por generar un problema de abastecimiento. Y afecta sobre todo a la larga distancia: frutas, verduras, productos químicos, componentes de automoción...".

Hay más hechos que revelan que la actual problemática tiene que ver con las condiciones laborales y los salarios dignos. Un estudio oficial en Reino Unido revela que los empleos mejor pagados no sufren tanto por la escasez, y que más de la mitad de los nuevos empleos nacidos al calor de la pandemia están relacionados con profesiones peor remuneradas: e-commerce, transporte y almacenamiento, camareros y personal de bar, limpiadores o sector de los cuidados.

En este sentido, una de las propuestas de Eurofound en julio pasado incide en la necesidad de "adoptar medidas que hagan más atractivo el trabajar en ciertos sectores o puestos específicos". Una idea de la que parece haber tomado nota la patronal francesa de restauración, con la propuesta de subida general de sueldo del 9% a los camareros del país. Y algo parecido sucede con la construcción en el país vecino. En Alemania, ante las tensiones por la falta de trabajadores en determinados sectores y la oleada de huelgas, The Economist acaba de publicar un artículo que afirma que "los trabajadores germanos se encuentran ante su mayor poderío en 30 años". "Exigen más sueldo", remata esta publicación. 

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