"Dignifiquemos el sector textil". Bajo ese lema, los trabajadores y, sobre todo, las trabajadoras del sector textil recorrieron este jueves las calles de varias ciudades españolas. A Coruña, Sabadell, Ontiyent y Madrid fueron los escenarios que eligieron para escenificar una huelga que, desde la medianoche, comenzaba a afectar a 6.500 empresas. Fue convocada por el sindicato CCOO que, desmarcándose de UGT, renunció a firmar el convenio colectivo que se negociaba con las patronales del sector. "No estamos de acuerdo con la última propuesta que nos han hecho", explica a infoLibre Carmen Expósito, responsable del sector textil a nivel estatal de CCOO Industria. Y para demostrarlo, el 70% de las plantillas secundaron el paro, según las estimaciones del propio sindicato. Las patronales, por su parte, afirmaron que el seguimiento fue "mínimo" y que la jornada de protesta tuvo "nula incidencia" en los centros de trabajo".
CCOO afirmó este mismo jueves a través de un comunicado que el "éxito" de la huelga confirma "que quienes trabajan en el sector rechazan el convenio" que firmaron UGT y las patronales. ¿Y por qué lo hacen? Principalmente, por la ausencia del incremento laboral que reclamaba una buena parte de los empleados y empleadas. Según explica Expósito, CCOO solicita subidas salariales del 2% en los próximos tres años, llegando a alcanzar un sueldo mínimo de 14.000 euros anuales. Sin embargo, el preacuerdo firmado este miércoles, según informaron las patronales, contemplaba la subida de ese porcentaje en 2018 y 2019. En 2020, en cambio, el incremento sería de un 1,8%.
Ese es el principal motivo que llevó a los trabajadores y trabajadoras a salir de las empresas a las calles. De algunas empresas, además, muy conocidas, como Adolfo Domínguez, Carolina Herrera, Inditex, Pronovias o Ermenegildo Zegna. Pero no es la única razón. "Las patronales nos plantean 1.741 horas efectivas, pero nosotros reclamamos 1.746 presenciales", explica Expósito, que explica que la regulación de un quinto turno es otro de los escollos en la negociación.
Las conversaciones se encuentran paralizadas. De hecho, Expósito tilda la situación de "conflicto" y afirma que, tras el verano, habrá que ver qué camino toma. La solución no parece sencilla, sobre todo porque la jornada de paro no es más que la culminación de una situación que, según Expósito, viven desde hace años los 90.000 empleados y empleadas llamados ahora a luchar para que sus demandas se conviertan en un cambio en el convenio.
Un problema de más de una década
"La responsabilidad que nos exigían es la que deberían tener ahora ellos con nosotros", denuncia Expósito. Lo hace porque la situación de precariedad que denuncian desde CCOO no es nueva. Ni mucho menos. Tal y como recuerda, comenzó a gestarse en 2005, aunque entonces no se podían adivinar las condiciones de trabajo que el sector textil soportaría hoy. "La ropa tan preciosa que vemos en las pasarelas, en los escaparates, ese vestido de 1.000 euros o esos pantalones de 2.000... Todo eso está hecho con nuestras manos y nuestra profesionalidad. Son el resultado de nuestro saber hacer", reclama.
"Hemos sufrido mucho", se queja. Y comienza recordando el primer escollo que tuvieron que superar: el acuerdo de China con la Organización Mundial del Comercio (OMC). "¿Quién podía competir con ellos?", se pregunta. En ese momento, los puestos de trabajo del sector textil comenzaron, poco a poco, a desaparecer, sobre todo en Europa. Las empresas tuvieron entonces que reinventarse, y con ellas sus trabajadores.
"Y cuando parecía que ya empezábamos a respirar, llegó la crisis económica española", lamenta. Desde la firma del acuerdo de China con la OMC y hasta el año 2016, el sector perdió alrededor de 100.000 puestos de trabajo. No obstante, ya dos años antes, en 2014, la situación comenzaba a revertir. "En 2017 las textiles comenzaron a respirar", recuerda Expósito. Los empleados y empleadas, en cambio, continuaban igual.
La contención salarial que se inició con la recesión económica no revertía ni con el aumento de las ganancias que disfrutaban las empresas. Esta es una de las grandes demandas de los trabajadores y trabajadoras. Así ocurrió con la plantilla de Inditex, que denunciaron en marzo del pasado año la "situación límite" a la que tenían que enfrentarse mientras, de forma paralela, el gigante de Amancio Ortega se jactaba de resultados "espectaculares".
"La patronal nos indicaba que los salarios tenían que contenerse por la situación de crisis. Era verdad, y lo hicimos, pero hemos perdido muchos puestos de trabajo y muchísimo dinero", denuncia Expósito. Para ella, la responsabilidad ahora es de los empresarios. "Las vacas flacas las compartimos todos, pero las vacas gordas son sólo para unos pocos", se queja.
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Por ello, desde CCOO ya han decidido decir basta, y la convocatoria de huelga de este jueves, la primera desde que comenzó la crisis económica, es la prueba. "Siempre que hemos intentado levantar la cabeza nos la han vuelto a bajar", lamenta.
No han firmado el preacuerdo, así que por ahora no habrá convenio. El momento, además, es complicado. "Nos iremos de vacaciones y, una vez volvamos, reflexionaremos sobre cómo hemos llegado a esta situación", cuenta Expósito que, no obstante, asegura que en ese momento se tomarán decisiones sobre "cómo continuar en el conflicto".
Las patronales, por su parte, no parecen tampoco tener intención en sentarse a la mesa de negociación con alguna intención de ceder posiciones hacia los trabajadores y trabajadoras. Ante la convocatoria de huelga, se defendieron indicando que la propuesta que realizaron está muy cerca de lo que solicitan. "Eso es falso", critica Expósito, que asegura que las empresas les ofrecen 500 euros anuales menos. "Si hubiera tan poca diferencia ellos habrían firmado y nosotros no habríamos convocado esta huelga", continúa. Las posiciones, por tanto, de momento están lejanas. La llegada de septiembre y el fin del periodo vacacional dirá cuál es el siguiente paso.
"Dignifiquemos el sector textil". Bajo ese lema, los trabajadores y, sobre todo, las trabajadoras del sector textil recorrieron este jueves las calles de varias ciudades españolas. A Coruña, Sabadell, Ontiyent y Madrid fueron los escenarios que eligieron para escenificar una huelga que, desde la medianoche, comenzaba a afectar a 6.500 empresas. Fue convocada por el sindicato CCOO que, desmarcándose de UGT, renunció a firmar el convenio colectivo que se negociaba con las patronales del sector. "No estamos de acuerdo con la última propuesta que nos han hecho", explica a infoLibre Carmen Expósito, responsable del sector textil a nivel estatal de CCOO Industria. Y para demostrarlo, el 70% de las plantillas secundaron el paro, según las estimaciones del propio sindicato. Las patronales, por su parte, afirmaron que el seguimiento fue "mínimo" y que la jornada de protesta tuvo "nula incidencia" en los centros de trabajo".