El director de cine Eduard Cortés, acusado de acoso sexual por 27 mujeres

Al menos 27 mujeres acusan de acoso sexual al director Eduard Cortés, dos veces nominado al premio Goya y director de las series Merlí y Ni una más, según publica este miércoles El País. Entre las denunciantes se encuentran la fotógrafa Silvia Grav —que ya el pasado octubre acusó vía redes sociales al cineasta de grooming (acoso y abuso sexual en línea) cuando ella tenía 19 años y él, 55—, la artista visual Eva Fàbregas, y las actrices Sofía Barco, Nora Alexandra Vega y Nicole León.

Según explica El País, todas estas mujeres, que en el momento tenían entre 20 y 30 años y tres de ellas eran menores, acusan a Cortés de haberse beneficiado de su posición en el sector para ofrecerles trabajo en alguna de sus producciones. El cineasta contactó con ellas a través de Fotolog, Facebook, MySpace, Messenger e Instagram, además de por correo electrónico y videollamadas por Skype, según unos relatos sustentados en mensajes facilitados a este periódico. En algunos de sus perfiles, el director usaba el seudónimo Gato del cerro, pero una vez iniciada la conversación, siempre se presentaba con su nombre real.

La condición a cambio de este empleo era que se grabaran desnudas, masturbándose o realizando otro tipo de prácticas sexuales. Los hechos ocurrieron entre mediados de 2007 hasta octubre de este año. Al menos 15 de ellas han dado los primeros pasos para denunciar lo sucedido.

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Por su parte, Cortés reconoce a El País que contactó con estas mujeres en redes sociales para dos de sus proyectos. No obstante, defiende que "nunca fueron propuestas de trabajo explícitas". "Lo único que puedo decir es que yo hice un proyecto que se llamaba Ingrid, que estaba vinculado a las redes sociales, y contacté con muchísima gente durante esa época [antes de 2009, cuando se estrenó el filme]", respondió el viernes pasado en conversación telefónica con el periódico. "Esta es mi versión de los hechos. A partir de aquí, las percepciones que puedan tener otras personas se me escapan. Y también, evidentemente, puede haber una parte de malinterpretación o de mala gestión de la conversación por mi parte", añadió.

Dos días después, el cineasta envió por email una nueva declaración supervisada por su abogada: "Las conversaciones en redes sociales se produjeron dentro de lo hipotético, buscando conexiones entre el modo de actuar del personaje y nuestra experiencia personal. Nunca eran propuestas explícitas", explica el cineasta.

El caso estalló el pasado octubre en medio de la polémica alrededor de la dimisión de Íñigo Errejón. Silvia Grav compartió en Instagram unos antiguos mensajes con el director, con los que le acusaba de acoso, y decenas de mujeres se sumaron al este testimonio. A raíz de esta denuncia, la Academia de Cine informó que, siguiendo su protocolo interno, había activado su denominada Comisión de abordaje para tratar este caso.