Kurdistán
Cinco claves sobre el referéndum del mayor pueblo sin Estado, los kurdos
Este lunes 25 de septiembre unos cinco millones de personas estaban llamadas a votar por la independencia de su región del Estado iraquí en un reférendum sin apoyo de la comunidad internacional. Los kurdos iraquíes han dado el primer paso al margen del Gobierno de Bagdad y han puesto las primeras bases para la formación de la nación que les fue prometida por la potencias occidentales tras la I Guerra Mundial, el Kurdistán. El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, pidió este miércoles a las autoridades de la región autónoma del Kurdistán que "anulen" el referéndum y "todas las consecuencias" derivadas de la consulta de independencia, celebrada este lunes, y que comiencen un diálogo con la Constitución como base.
Más del 92% de los votantes dijeron sí a la secesión, según los resultados oficiales divulgados este miércoles por la Comisión Electoral y a los que sólo resta ya la validación judicial. Según estos resultados, 2,8 de los 3 millones de votos válidos fueron a favor de la independencia, en concreto un 92,73% del total. Los datos tienen en cuenta los sufragios enviados por los kurdos registrados en el extranjero, informa la agencia de noticias Rudaw. La participación global fue del 72%.
infoLibre te ofrece algunas claves para entender un posible nuevo movimiento geopolítico en Oriente Medio.
1. Sesenta millones de kurdos sin Estado
El kurdo es un pueblo cuyos orígenes se remontan al siglo VII a.C. Constituyen la minoría étnica más grande de Oriente Próximo con unos 60 millones de habitantes que son, en su mayoría, musulmanes sunníes. Los kurdos tienen lengua propia, pero carecen de un Estado-nación reconocido.
La región histórica del Kurdistán está distribuida actualmente en cinco países. Por orden de habitantes kurdos, estos son, de más a menos: Turquía, Irán, Irak, Siria y Armenia. La región tiene una superficie total de casi 550.000 kilómetros cuadrados.
2. El referéndum del Kurdistán iraquí
Este lunes los cinco millones de habitantes del Kurdistán iraquí y la provincia de Kirkuk (también Irak, pero con frontera con la región kurda) celebraron un referéndum unilateral de independencia para separarse de Irak.
Más del 92% de los votantes que participaron dijeron sí a la secesión, según los resultados oficiales divulgados este miércoles por la Comisión Electoral. La participación global fue del 72%, si bien las autoridades aún deben hacer públicos los resultados segregados por ciudades y provincias. El jefe de la Comisión Electoral, Handren Mohamed, ha destacado en una comparecencia ante los medios que el "histórico" proceso ha sido un "éxito" y que los observadores han constatado se desarrolló de forma correcta. Sin embargo, el primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ha instado este miércoles a las autoridades de la región kurda a "cancelar" los resultados del referéndum independentista como requisito previo al hipotético proceso de diálogo propuesto por el líder regional, Masud Barzani.
La región del Kurdistán iraquí, en el norte del país, es autónoma e independiente de facto desde la guerra de Irak de 1991 y, según asegura Barzani, los funcionarios de la zona ni siquiera cobran su salario por parte de Bagdad desde más de dos años atrás. El Kurdistán iraquí es un estado abandonado y pobre, pero actualmente es semiautónomo.
3. Los intereses petroleros internacionales rechazan la independencia
El Kurdistán es rico en petróleo, el único activo económico con el que cuenta. La antes mencionada región de Kirkuk, que también ha votado la independencia pero no pertenece a la región kurda de Irak, es la única fuente de petróleo de los iraquíes. Su riqueza es tal que, de llegar a buen puerto el plebiscito, la reservas de petróleo del nuevo estado superarán a las de Nigeria, país africano que forma parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
No obstante, los kurdos necesitan que el petróleo pueda exportarse, y la vía natural pasa tanto por Turquía como por Irán. De la misma manera, parte de las reservas de petróleo de Turquía están en manos kurdas. Con una diáspora de 30 millones de kurdos en países de la región, los gobiernos de Irán y Turquía temen que el la ola independentista se propague entre sus propias poblaciones kurdas.
La inestabilidad en la zona también es vista con rechazo por el eje de los regímenes chiíes, liderado por Irán, y todos han mostrado su desagrado. Por su parte, la ONU, la UE, los Estados Unidos, China y Rusia también apoyan la unidad de Irak y rechazan el referéndum inconstitucional.
El Gobierno iraquí de Haider al Abadi ya ha tomado represalias por la consulta y este martes ha dado a la región kurda tres días de plazo para ceder el control de sus aeropuertos. Tampoco negociará una autonomía diferente a la actual: "No mantendremos ninguna discusión", asegura el primer ministro.
Solo Israel, enemigo histórico de Irán, apoya abiertamente el plebiscito. Turquía e Irán amenazan con cerrar tanto sus oleoductos como las vías de suministros de una región seca en la que escasea la comida.
Más allá de los intereses económicos, al referéndum también puede ser usado como consolidación de la familia Barzani en el poder, lo que también alimenta también el rechazo internacional.
En el próximo mes de noviembre el Kurdistán espera poder celebrar elecciones presidenciales y generales para desbloquear el Parlamento, cerrado desde 2015.
El primer ministro asegura que no busca la reelección, pero su primogénito, Masrur Barzani, puede utilizar su apellido como arma propagandísitica para suceder a su padre, quien ya lleva en la presidencia diez años.
4. La lucha kurda contra el Estado Islámico
Como estado independiente, los kurdos tienen su propio Ejército, los llamados peshmerga, de unos 350.000 combatientes.
Estos peshmerga forman parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una coalición de milicias kurdo-árabes respaldadas por Estados Unidos, en la lucha contra el Estado Islámico en la Guerra de Siria.
Según sus portavoces, las FDS tienen un 80% de Raqqa, bastión del Daesh en el país, y esperan poder tomar la totalidad de la ciudad siria en menos de un mes. La reconquista de Raqqa se enmarca en la ofensiva Éufrates Enfurecido, pero puede estar en peligro debido a un cambio de las relaciones diplomáticas con el pueblo kurdo.
El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, ha declarado al respecto este martes que "si hubiera una declaración de independencia provocaría una importante crisis en Oriente Próximo en un momento en el que Estado Islámico está siendo derrotado en Irak".
En la misma línea, el ministro de Exterirores sirio, Walid al Moallem ha abogado por negociar "una mayor autonomía", a pesar de que Siria también se opone al referéndum:"Una vez erradiquemos a Estado Islámico, podemos sentarnos con los kurdos y alcanzar un acuerdo sobre el futuro", ha sostenido.
Por el momento, el primer ministro de la región separatista declaró este lunes que "los peshmerga están preparados para seguir con las acciones contra el Estado Islámico conjuntamente con las fuerzas iraquíes", si bien recordó que "si no fuera por los kurdos, Irak habría perdido su integridad territorial en 2005".
5. Una tierra prometida
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Los kurdos apoyaron a la Triple Entente en la Primera Guerra Mundial en uno de los frentes clave, que enfrentaba a los aliados con el Imperio Otomano. Como premio a su sacrificio, los aliados franceses, rusos y británicos les prometieron un estado propio donde vivir con el Tratado de Sèvres en 1920.
Sin embargo, el Imperio Otomano cayó, los turcos también reclamaron la misma tierra e iniciaron una guerra independentista.
Sèvres nunca fue ratificado por los firmantes y, tres años después, con el Tratado de Lausana, el Kurdistán queda dividido hasta la fecha entre Turquía, Reino Unido (Irak), Irán y Francia (Siria).