Gaza, diez meses después: el genocidio sigue sin que nadie detenga a Israel
Este miércoles se cumplen diez meses desde el primer ataque de Hamás sobre Israel, que se saldó con más de 1.200 muertos y un centenar de desaparecidos. Un ataque tras el cual Israel inició una contraofensiva que ya ha acabado con la vida de al menos 39.363 palestinos en la Franja de Gaza desde el 7 de octubre según el Ministerio de Salud de Gaza, mientras otros 90.923 palestinos habrían resultado heridos. Son datos que facilita a infoLibre la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), que también indica que hasta 1,9 millones de personas —nueve de cada diez— en toda la Franja de Gaza están desplazadas internamente, incluidas personas que han sido desplazadas repetidamente, algunas hasta en diez ocasiones.
Aunque la diferencia de cifras es abismal y es la población Palestina la está sufriendo las consecuencias de la guerra, el Gobierno de Israel liderado por Benjamín Netanyahu afirma que todas las acciones militares contra el país vecino forman parte de su "derecho a la legítima defensa" cuyo objetivo último es acabar con la milicia de Hamás, a quien Israel siempre compara con el ISIS. Una tesis que cuenta con el respaldo mayoritario de la población judía en Israel. Un 39 % de los israelíes creen que la respuesta sobre la Franja tras los ataques de octubre es "adecuada”, mientras que una cifra similar, el 34 %, afirma que no es suficiente y sólo un 19 % la ve excesiva, según una encuesta publicada por el Pew Research Center a finales de mayo.
Pero el conflicto no empieza y acaba en Palestina, sino que va más allá con la participación de países como Irán, Pakistán, Yemen, Libia, Irak o Siria, además de la implicación Egipto, Estados Unidos y la Unión Europea. Con el asesinato el pasado 31 de julio del jefe del ala política de Hamás en Teherán, Ismail Haniyeh, y el intento de replicarlo con un importante comandante de Hezbolá en Beirut, el conflicto está "en su punto más caliente", con "altas posibilidades" de que haya una guerra regional en Oriente Medio, según Pablo del Amo, coordinador y analista de Descifrando la Guerra, y lejos del alto al fuego. "El asesinato de Haniyeh da a entender que no hay posibilidad de alto fuego porque, literalmente, Israel ha acabado con al principal valedor de Hamás, lo que ha provocado el enfado de los cataríes y la ruptura de las negociaciones para detener la guerra", sintetiza Del Amo.
Una opinión compartida por Ruth Ferrero-Turrión, profesora de Ciencia Política e investigadora sénior en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales, que vaticina un ataque por parte de Irán "en las próximas horas" que estaría "coordinado con el resto del eje de la resistencia contra Israel". Al igual que Del Amo, incide en que los asesinatos a los líderes de Hamas "rompen de facto cualquier posibilidad de negociar un proceso de paz que se estaba negociando" y sostiene que "no hay ninguna posibilidad de que se pueda firmar un alto fuego permanente" y "muchísimo menos encontrar una solución a la cuestión de Palestina". Para el analista de Descifrando la Guerra, lo más probable es que "todo se convierta en una guerra desde varios frentes".
Israel actualmente cuenta con el ejército más poderoso de Oriente Medio pero no ha logrado ninguno de los objetivos que se marcó tras el inicio de los ataques: ni el regreso de todos los rehenes ni la destrucción de Hamás ni acabar con la "amenaza" de Gaza. Netanyahu repite en cada uno de sus discursos que "la guerra será larga y puede durar varios meses más" ya que es consciente de que su nivel de impopularidad ha crecido exponencialmente entre sus propios ciudadanos y el fin de la guerra coincidirá probablemente con el fin de su carrera política, cuya dimisión se pide en manifestaciones cada vez más frecuentes y multitudinarias. Así lo describe Del Amo: "Netanyahu quiere seguir echando más leña al fuego porque sabe que en el momento de que se acabe la guerra su cargo de primer ministro corre peligro y, además, quizás se le juzgue por corrupción. No por crímenes de guerra, eso está más que aceptado y apoyado en la sociedad israelí", resume.
El (escaso) papel de la comunidad internacional y las implicaciones para EEUU
El conflicto palestino-israelí ha dado la vuelta al mundo y existe profunda división entre los países que apoyan a Palestina y los que toman partido por Israel. En el caso de la Unión Europea, algunos como Austria, República Checa o Alemania han mostrado un apoyo casi sin fisuras a Israel y han dificultado conseguir una posición crítica dentro de los 27, mientra que otros como España, Irlanda, Eslovenia o Malta sí se han mostrado más críticos con el Gobierno de Netanyahu. En el seno de la Unión Europea la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, se ha mantenido en la equidistancia. En su polémico viaje a Israel se reunió con Netanyahu poco después de comenzar la invasión. Después, en los debates electorales de cara a las elecciones del pasado 9J combinó las críticas por los bombardeos con el derecho de Israel a defenderse.
La profesora Ferrero-Turrión lamenta que la UE no haya conseguido alcanzar ningún tipo de posición común en relación con la cuestión de Palestina y subraya que "esto lo diferencia de manera muy clara con la guerra en Ucrania", lo que "ha puesto de manifiesto la existencia de dos raseros a la hora de abordar los distintos conflictos que vulneran el derecho internacional en la mismísima vecindad de la Unión Europea". Así, considera que esa situación "puede generar un problema", especialmente en ese proceso de construcción de autonomía estratégica en materia de seguridad y defensa, "puesto que parece que solamente se alcanzan acuerdos cuando se abordan temáticas que tienen que ver con la vecindad oriental pero nada en relación con la vecindad sur". Del Amo también se muestra muy crítico con el papel de la UE durante estos diez meses, aunque admite que "tiene el poder que tiene" en Oriente Medio.
En cuanto a Estados Unidos, ambos destacan que es "el aliado tradicional de Israel en la región" y es el que le está dando todo el apoyo financiero y militar a Israel para sostener el conflicto "a pesar de que se han planteado algunas líneas rojas por parte de Biden", en palabras de la Ferrero-Turrión. "Lo cierto es que Netanyahu tiene agenda propia y algunas de las advertencias que le han llegado desde la Casa Blanca las ha incumplido", señala la profesora de la Complutense, que cita ejemplos como la entrada "a sangre y fuego" en Gaza o la cautela a la hora de enfrentarse a vulneraciones y a crímenes de la inhumanidad en la Franja. El analista de Descifrando la Guerra también considera que Estados Unidos ha sido "el principal garante" de que la situación sea la que es en la actualidad. "No ha parado los pies Israel, sino al revés. Le ha dado más armas, dinero, cobertura diplomática y financiera...". A su juicio, todo ello ha logrado "envalentonar" a un Netanyahu "que ha hecho lo que ha querido" y que ahora puede causar también una guerra en la región.
La conclusión es que "esto deja en muy mala posición al gobierno de Biden y a Estados Unidos en su conjunto, especialmente de cara a las elecciones de noviembre", añade Ferrero-Turrión. Así, cree que "puede ir en detrimento de la campaña de Kamala Harris, especialmente ante el electorado más progresista" y afirma que Biden es el "presidente más sionista" que ha tenido EEUU, al no "haberse movido ni un ápice" de su posición tradicional pese a los ataques indiscriminados sobre la población palestina. Por su parte, sobre la importancia que pueda tener esta guerra en las elecciones de noviembre, Del Amo considera que la "inestabilidad" no beneficia a Harris, porque es su administración la que ha llevado a cabo la interlocución con Netanyahu, y cree que "puede servir a Israel para presionar más a Estados Unidos para que le apoye", pero también al eje de la resistencia de Irán "para intentar subir la apuesta y hacer que en un periodo electoral Estados Unidos se vea con menos ganas de intervenir en Oriente Medio".
Más allá del reconocimiento (simbólico) de España
Una década después de que lo exigiese por unanimidad el Congreso de los Diputados, el reconocimiento de Palestina por parte de España llegó el pasado mes de mayo de la mano de otros dos países europeos, Noruega e Irlanda. Pero más allá del valor simbólico, el reconocimiento, coinciden los expertos consultados, apenas cambia gran cosa en la práctica. Ni acaba con la ocupación ni soluciona por sí solo una crisis que lleva décadas enquistada en Oriente Próximo y que se ha intensificado desde el pasado octubre. "No ha cambiado absolutamente nada. La situación sigue, el genocidio y la ocupación continúan", afirma del Amo. Aunque el analista reconoce que España ha tenido "más tiranteces" con Israel que otros países, "solamente ha afectado a nivel retórico", concluye. "No va más allá de la narrativa, del discurso y del conflicto específico en el momento en el que salió el reconocimiento", coincide la profesora de la Complutense.
El Gobierno de Pedro Sánchez también se ha sumado al proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia, el máximo tribunal de Naciones Unidas, donde los jueces analizan la situación en Gaza en el marco de la demanda por genocidio presentada por Sudáfrica contra Israel, pero no significa que nuestro país se una a la denuncia por genocidio. "España no toma partido por ninguna de las dos partes del proceso", afirmó el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Ferrero-Turrión no tiene claro que vaya a haber "consecuencias de tipo penal para Netanyahu", pero sí cree que "hay una mayor conciencia por parte de mucha más gente de que Israel se ha ido progresivamente transformando en un Estado de corte iliberal con rasgos autoritarios en el que no puede ser considerado una democracia como tal", afirma. A su modo de ver, "hay un claro daño ante la imagen de Israel en el exterior".
En el propio Ejecutivo de coalición hay discrepancias y el socio minoritario, Sumar, que aboga por ser más contundente contra el país hebrero. "A pesar de los esfuerzos para hacer llegar ayuda humanitaria, la situación en Gaza sigue siendo dramática y el genocidio sigue en curso", lamenta el portavoz de Sumar y ministro de cultura, Ernest Urtasun, en declaraciones a este periódico. "Los asesinatos, torturas, desapariciones y el uso del hambre como arma de guerra no han cesado", prosigue, al tiempo que destaca, al igual que los expertos, "la peligrosa escalada regional" que puede haber tras el asesinato de Haniyeh en Irán. Así, Urtasun considera "imprescindible redoblar la presión sobre Israel para que cese cuanto antes la ofensiva militar y se permita entrar a la ayuda humanitaria, en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas".
Hay formaciones integradas dentro de la coalición como Izquierda Unida y otras que ya no están en el grupo parlamentario como Podemos que abogan por que se rompan "todo tipo de relaciones" con Israel —diplomáticas, comerciales, académicas y de colaboración militar— por que se suspenda el acuerdo de asociación entre la Unión Europea y por que se le excluya de todos los programas financiados por la Unión Europea—entre ellos el programa Horizonte Europa—, además del embargo comercial y armamentístico. Urtasun se detiene en el "embargo completo de armas en la región", y considera que se debe "seguir persiguiendo los crímenes de guerra cometidos por el gobierno de Netanyahu, apoyando los procedimiento abiertos por la Corte Internacional de Justicia".
La falta de libertad de prensa en un conflicto que cada vez tiene menos cobertura
A todos estos elementos se le suma que el gobierno de Netanyahu controla los movimientos de los corresponsales extranjeros, mientras los profesionales que quedan dentro de la Franja son víctimas de los bombardeos israelíes. Los reporteros locales utilizan las redes sociales para difundir vídeos sobre las atrocidades del ejército de Israel y a través del móvil se conectan en directo con medios internacionales. Así lo constata el corresponsal de Radio Nacional de España (RNE) en Jerusalén, Fran Sevilla. "El problema fundamental es que no he podido entrar en Gaza, ni yo ni ningún periodista occidental, por la prohibición de Israel. En otras ocasiones, en la antigua Yugoslavia, en Afganistán o en las guerras del Golfo, uno podía entrar sobre el terreno, aunque fuera peligroso, pero ahora ha sido imposible", explica en conversación con infoLibre.
Sevilla explica que se han podido hacer eco de lo que estaba ocurriendo gracias a los periodistas palestinos que están informando "a un precio altísimo" ya que está siendo la guerra, según apunta el periodista, con "más de un centenar de informadores asesinados por Israel": "Son cifras absolutamente sobrecogedoras". En ese sentido traza una comparativa con Ucrania, donde estaba desplazado hasta el pasado octubre, y subraya que allí "no se ha visto nada parecido": "No hay comparación posible con los bombardeos indiscriminados que aquí se producen", narra. Así, también relata que mientras que las autoridades israelíes han facilitado los contactos con los familiares de asesinados o secuestrados por Hamás, han impedido que se cuente la realidad también del otro lado.
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El parlamento israelí, la Knesset, aprobó, con 71 votos a favor y 10 en contra, el pasado mes de abril una ley que otorga la capacidad al gobierno de Netanyahu de prohibir temporalmente “las redes de difusión extranjeras consideradas un riesgo para la seguridad nacional", cerrar sus oficinas en en el país, confiscar sus equipos y bloquear el acceso a sus sitios web". Es esta norma la que ha permitido cerrar Al Jazeera, una de las pocas televisiones de alcance global y que ha podido documentar, desde dentro de la Franja, los ataques a hospitales o edificios de viviendas gracias al despliegue de periodistas en el terreno.
Los reporteros de Gaza sufren las mismas limitaciones que los ciudadanos palestinos: restricciones de movimiento, puntos de control y barreras y hasta el cierre de áreas. Otros de los principales obstáculos siguen siendo la imposibilidad de entrar en la Franja y el temor a que Israel ejerza de nuevo un apagón de la conexión a Internet. El informador de RNE también asegura que hay una "manipulación descarada" por parte de la población israelí que trata de "incrementar la brutalidad" de los palestinos tras los atentados de octubre para justificar sus propias acciones.
Sevilla, además, también acusa la disminución de la cobertura mediática en la zona. "Está mucho menos en el foco porque llevamos ya diez meses con el mismo escenario, con bombardeos masivos y atrocidades", señala. Así, destaca que "salvo algunos medios que seguimos dando cobertura, especialmente desde lo púbico, "los medios han ido perdiendo fuelle" y señala "que es otra de las características que buscaba el Gobierno israelí dentro de su guerra atroz".