Los sindicatos belgas se plantan y bloquean el tránsito de armas estadounidenses hacia Israel
El sindicalismo belga es el primero en Europa que toma medidas contra los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza. Los trabajadores del aeropuerto belga de Lieja, al este del país y cercano a Alemania y Países Bajos, llevan semanas viendo cómo los vuelos de carga hacia Israel son cada vez más desde que el 7 de octubre pasado el grupo terrorista Hamás lanzó su ataque. Su aeródromo, descubren ahora, está siendo utilizado por Estados Unidos para trasladar a vuelos de carga de empresas comerciales armas y munición que llegan desde los arsenales en Estados Unidos o de bases militares estadounidenses en Europa.
Así que han decidido pedir a sus afiliados que no trabajen en esos vuelos, que no ayuden a cargar ni a descargar material militar con destino a Israel, como ya hicieron con Rusia cuando Moscú ordenó atacar a Ucrania. La tasa de afiliación sindical en Bélgica, de las más altas de Europa, y el seguimiento de las consignas de las direcciones de los sindicatos va a provocar que desde Lieja y otros aeropuertos belgas sea muy difícil exportar armas hacia Israel.
El aeropuerto de Lieja rara vez llega a los 20 vuelos diarios de pasajeros, pero es el quinto de Europa en transporte de carga, sólo por detrás de los alemanes de Frankfurt y Leipzig, del parisino de Charles de Gaulle y del holandés de Ámsterdam-Schipol. Además de las divisiones de carga de aerolíneas como Ethiopian Airlines o Qatar Airways, en ese aeropuerto tiene su base global la empresa belga ASL Airlines, que transporte carga hacia Israel. Y aviones de carga de la compañía de bandera israelí El Al.
La única compañía de vuelos de pasajeros que sigue volando a Israel es precisamente El Al, porque el aeropuerto Ben Gourion de Tel Aviv está dentro del alcance teórico de los cohetes de Hamás y de Hezbolá. Pero los vuelos de carga siguen llegando. Y ese tráfico aéreo va en aumento porque crece la cantidad de carga que se transporta hacia Israel y porque hay que llevar en esos aviones la carga que llevaban en sus bodegas los vuelos de pasajeros.
Los sindicatos belgas creen que el aumento de la carga y de los vuelos se debe -y están de acuerdo los cuatro sindicatos con presencia en los aeropuertos belgas- a que Estados Unidos usa Lieja, y en menor medida el aeropuerto bruselense de Zaventem, como escala o, sobre todo, para traspasar de sus aviones a vuelos de carga comerciales las armas y las municiones que envía a Israel.
Los cuatro sindicatos presentes en el aeropuerto (CNE, Setca, Transcom y UBT) aseguran que tienen “testimonios recientes de empleados que hablan sobre todo de armas llegadas desde Estados Unidos y que transitan por los aeropuertos (belgas) de Lieja y Zaventem (el de Bruselas) para seguir hacia Tel-Aviv”.
Los sindicatos dicen que no quieren ser cómplices de los crímenes de guerra que puedan cometerse con el material que va hacia Israel y Palestina y que dudan de si el gobierno belga estaba al corriente de ese tránsito.
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Bélgica exportó en 2022 armas por valor de algo más de 830 millones de euros. Israel no aparece ni entre sus primeros 10 compradores. Las competencias sobre armamento son regionales en Bélgica y la empresa FN Herstal es 100% pública, de la región de Valonia. Cualquier decisión sobre las ventas de armas depende del ministro presidente regional, ahora mismo el socialista Elio Di Rupo, antiguo primer ministro belga. La normativa en vigor dice que Bélgica no envía armas a zonas de guerra. En 2021 dejó de vender armas a Arabia Saudí.
El comunicado conjunto de los cuatro sindicatos presentes en el aeropuerto asegura: “Mientras un genocidio está en curso en Palestina, los trabajadores de los diferentes aeropuertos de Bélgica ven armas partir hacia zonas de guerra. La carga y descarga de esas armas contribuye a armar a organizaciones para matar a inocentes. Nosotros, los diferentes sindicatos activos en el sector del aprovisionamiento en pista, pedimos a nuestros afiliados que no asuman vuelos que lleven material militar hacia Palestina o Israel”.
El aeropuerto asegura que se cumple toda la normativa y que las armas que despegan desde el mismo llevan todas las licencias de exportación precisas. Pero esas licencias se deben conceder únicamente a armas o municiones belgas, no a vuelos estadounidenses que usen el aeropuerto para hacer escala o que acarreen desde sus bases europeas material militar a Israel.