Verdades y mentiras sobre la realidad económica griega

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Grecia se enfrenta a la suspensión de pagos en mitad de una situación social extrema. Desde que el país heleno fue rescatado por primera vez en el año 2010, el proceso de devaluación interna llevado a cabo por las autoridades bajo la presión de los acreedores ha conducido al país a una brutal recesión que ha acabado con prácticamente una cuarta parte de su PIB. La troika, no obstante, sigue exigiendo recortes: el IVA o el gasto en pensiones han sido dos de los puntos de discrepancia que han provocado el fracaso de las negociaciones y han puesto a Grecia al borde del abismo.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha declarado públicamente que considera "impensable" que sus compatriotas contribuyan a mantener el sistema de pensiones griego si es más generoso que el suyo propio, mientras desde Alemania la queja es que los griegos se jubilan antes que la media de los germanoss. En el punto de mira de la troika también está el gasto militar de Grecia, ya que en su última propuesta –rechazada por el Gobierno heleno–, las instituciones acreedoras pedían una reducción de 400 millones en esta partida.

Los datos a nivel macroeconómico son palmarios: Grecia ha perdido desde el año 2008 nada menos que 22 puntos de su PIB, según datos de Eurostat relativos a 2013. Su deuda pública, por contra, ha engordado del 112,9% del PIB de 2008 al 175,1% que tenía en 2013. Pero los números también demuestran que los dispendios del Gobierno griego no son especialmente grandes en los servicios sociales y que los helenos han sufrido un enorme tajo en sus salarios, aunque en partidas como la militar la Administración sí que mantiene niveles de gasto más elevados que la media europea.

El gasto en pensiones, una paradoja

En las pensiones, uno de los grandes puntos de fricción en las negociaciones de Grecia con la troika, el gasto en función del PIB no deja en buen lugar al país, ya que en el año 2012 –según los últimos datos ofrecidos por Eurostat– Grecia gastaba un equivalente al 17,5% de su PIB en esta partida, por un 13,2% de media de la UE. Alemania, por su parte, tenía un gasto en pensiones del 12,3% de su PIB, por un escaso 12% de España. Pero lo más llamativo es que estas magnitudes se dan completamente la vuelta cuando se comparan los diferentes niveles de gasto en pensiones medidos en euros por habitante, y ajustados en función de los precios de cada país.

Esos datos, ofrecidos igualmente por Eurostat, revelan que Grecia no sólo no es el país que más invierte en pensiones de toda la UE, sino que se encuentra prácticamente en la media: los helenos gastan 3.425,93 euros por persona –con datos ajustados en paridad de poder adquisitivo–, mientras que el promedio comunitario es de 3.402,57 euros por habitante. España, por su parte, es mucho más austera: nuestro país tan sólo destina 2.792,43 euros a pensiones por cada persona si se ajustan los precios, mientras que Alemania, en estas mismas circunstancias, ofrece 4.062,78 euros por habitante.

La explicación a este contraste la da Lucas Duplá, analista financiero y economista por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que asegura que las diferencias se deben simplemente a que las rebajas en las pensiones griegas no se han notado a nivel macroeconómico –en 2008 suponían sólo el 12,7% del PIB– porque el PIB ha descendido mucho más rápidamente que el gasto en esta partida. El primer recorte de esta prestación se produjo ya en 2011, cuando el entonces primer ministro Yorgos Papandreu aprobó un recorte del 20% en las pensiones de más de 1.200 euros y un tajo de un 40% en las de los jubilados menores de 55 años, y Duplá advierte de que las reformas que se han hecho en este campo "son de implantación progresiva", por lo que sus efectos se verán a medio y largo plazo.

Uno de los IVA más altos de la UE

El IVA es otro de los grandes caballos de batalla en la fallida negociación de Grecia con la troika, ya que los acreedores pretendían que el impuesto se cobrase completo en sectores como el hotelero o el de la restauración –que actualmente se benefician de tasas reducidas– y en algunas de las islas, que se benefician de un régimen más laxo por su situación. El nuevo IVA propuesto por la troika mantendría la tasa reducida en los alimentos básicos, la energía y el agua.

No obstante, el tipo de este impuesto en Grecia –que la troika pretendía mantener en sus niveles actuales– es ya uno de los más altos de la UE. Sólo seis países –Dinamarca, Croacia, Hungría, Rumanía, Finlandia y Suecia– tienen un tipo estándar más alto que el de Grecia, donde se sitúa en un 23%; su tasa reducida –que se aplica en productos como los alimentos básicos, el agua, el transporte o los restaurantes– es del 13%. La superreducida, por su parte, es del 6,5%, y se aplica en algunos productos farmacéuticos, los hoteles o los libros.

Las jubilaciones, por su parte, también fueron objeto de la negociación con la troika, e incluso el primer ministro griego, Alexis Tsipras, accedió a endurecer las condiciones para conseguir el retiro anticipado. Pero un estudio de la OCDE con datos de 2012 revela que la edad real de jubilación de los griegos no difiere tanto de la de los ciudadanos de otros países de la UE. Durante ese año, la edad media de retiro de los hombres helenos se situó en 61,9 años –legalmente era a los 65–, mientras que el promedio en el caso de las mujeres fue a los 60,3 años –con el límite legal establecido en los 63 años y medio–.

Mucho gasto militar y prejubilaciones muy accesibles

Son cifras similares, aunque algo inferiores, a las de España o Alemania, que en 2012 tenían la edad de jubilación de hombres y mujeres en 65 años –en España la reforma que la amplió a los 67 años es de implantación progresiva–. Los ciudadanos germanos se retiraron con 62,1 años de media, mientras que las alemanas lo hicieron con 61,6 años; en nuestro país, de igual forma, los hombres españoles trabajaron de media hasta los 62,3 años, mientras que las mujeres lo hicieron hasta los 63,2.

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Duplá explica que, en cualquier caso, los ciudadanos griegos tienen una serie de ventajas a la hora de prejubilarse que no gustan a los acreedores. Y es que, sin llegar a los 60 años "está establecido que los trabajadores de una serie de oficios pueden retirarse con un pequeño recorte en su pensión" aduciendo que su profesión es de riesgo, explica el experto, que relata que este sistema está motivado por las dificultades con las que se encuentran los trabajadores mayores para obtener un empleo. "Por lo que se les ha criticado muchísimo es por el hecho de que, por ejemplo, entre esos oficios estaba el de peluquero", afirma Duplá, que no obstante sostiene que en un mercado laboral tan precario retirar esos privilegios provocaría "que mucha gente fuera directamente al hambre".

También existen trampas a la hora de pagar impuestos: según un estudio del año 2012, en Grecia existe una economía sumergida con un tamaño superior al 25% del PIB registrado. Sin embargo, eso no es óbice para que el sistema tributario heleno consiga recaudar una cantidad equivalente al 45,8% del PIB del país en impuestos –con datos de 2013–, por encima del 37,8% de España o el 44,7% de Alemania. Esto está provocado, fundamentalmente, por la gran cantidad de impuestos que se aplican a las rentas del trabajo.

Lo que también ha sido muy criticado por los socios es el gasto militar griego. La troika, en su última propuesta, pretendía que el Gobierno de Tsipras recortase 400 millones de euros en esta partida, mientras que el Ejecutivo heleno sólo estaba dispuesto a rebajarlo en 200 –en el año 2013 gastó 3.881 millones en esta partida–. No obstante, en este aspecto Grecia sí que invierte mucho más que la media de la UE: mientras el promedio comunitario está en el 1,2% del PIB –con datos de 2013–, Grecia gasta un 2,1%, más que duplicando el gasto de Alemania (un 1% del PIB) y España (un 0,8%, en datos de 2012).

Grecia se enfrenta a la suspensión de pagos en mitad de una situación social extrema. Desde que el país heleno fue rescatado por primera vez en el año 2010, el proceso de devaluación interna llevado a cabo por las autoridades bajo la presión de los acreedores ha conducido al país a una brutal recesión que ha acabado con prácticamente una cuarta parte de su PIB. La troika, no obstante, sigue exigiendo recortes: el IVA o el gasto en pensiones han sido dos de los puntos de discrepancia que han provocado el fracaso de las negociaciones y han puesto a Grecia al borde del abismo.

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