Crisis en la eurozona
Sánchez quería votar en 2011 en el referéndum griego pero ahora...
"Yo quiero participar en el referéndum griego; al euro le va la vida en ello. No puede decidirlo sólo Atenas, sino entre todos".
Palabra de Pedro Sánchez, el hoy secretario general del PSOE. Pero eso lo dijo así, textual, en un tuit, no estos últimos días, tras la convocatoria del referéndum por parte de Alexis Tsipras sobre las condiciones impuestas por los acreedores. Fue en noviembre de 2011, al término de la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, en la que era sólo diputado por Madrid. El 31 de octubre de ese año, el primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandréu, sorprendió al anunciar la convocatoria de un plebiscito la aplicación del plan de rescate aprobado por la eurozona. "En un asunto que determina el futuro del país, el ciudadano tiene la primera palabra", justificó entonces el jefe del Gobierno. Ahora Sánchez, ya como líder del partido, no se opone a otro referéndum, el de Tsipras, pero ve "insólito" que proponga votar no, ya que eso supondría "salir del euro".
El 1 de noviembre de 2011, Sánchez dejó ver, a través de dos tuits –que todavía permanecen en su timeline– que apoyaba la medida del primer ministro del Pasok. Aunque con matices: consideraba que el futuro de la moneda única no podía depender de lo que decidiesen los griegos en una consulta. "¿En el referéndum convocado por Papandréu no deberían votar todos los europeos?", se preguntaba en su cuenta en la red social.
Sánchez no coincidía con la opinión manifestada por el candidato del PSOE a las generales que se celebrarían unos días después, el 20 de noviembre. Alfredo Pérez Rubalcaba calificó el anuncio de Papandréu de "mala decisión porque pospone la solución de la crisis" y demorarla es "posponer la solución de la zona euro y de nuestra estabilidad financiera". Sánchez no estaba entonces en la ejecutiva del PSOE. Había formado parte del equipo cercano a Rubalcaba y estaba adscrito a la Comisión de Economía del Congreso.
"Reconocimiento" a un político como Papandréu
La propuesta del primer ministro griego en 2011 sentó como un tiro a los mercados internacionales y a los líderes europeos. Tal fue la presión que el propio Gobierno socialista tuvo que renunciar al referéndum muy pronto, el 3 de noviembre. Así lo anunció el ministro de Finanzas, Evángelos Venizelos, con el argumento de que el país había de moverse rápidamente hacia un sistema bancario a salvo para poder percibir otro tramo más del primer rescate.
Papandréu calibró mal sus fuerzas. Al final, tuvo que dimitir tras dos años en el Ejecutivo marcados por el fracaso de gestión ante la crisis de deuda y por la contestación masiva de sus ciudadanos. Fue el 6 de noviembre de 2011. Sánchez lamentó su caída en Twitter.
A Papandréu le siguió un Gobierno de unidad nacional presidido por el tecnócrata Lukás Papadimos, exvicepresidente del Banco Central Europeo, y en el que se integraron socialistas, conservadores y ultraderechistas. El resto de la historia ya se conoce: en 2012 ganó Andonis Samarás, de Nueva Democracia, primer ministro hasta la victoria de Alexis Tsipras, líder de la coalición izquierdista Syriza, en las generales de enero de 2015.
Conversación con Rajoy
Ahora Grecia se encuentra otra vez en la cuerda floja. Y la Unión Europea, en un momento crítico, con la incertidumbre sobre el futuro del euro planeando en el horizonte. El pasado sábado, de madrugada, Tsipras convocó por sorpresa un referéndum para el 5 de julio, para que los ciudadanos se pronuncien sobre la propuesta de acuerdo de los acreedores (FMI, Banco Central Europa y la Comisión Europea). Su Gobierno sigue apostando por el no.
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy hablaron el domingo sobre la situación en Grecia, según informaron fuentes socialistas. Y ambos coincidieron en la conveniencia de que Grecia permanezca en el euro y en que las turbulencias financieras "no afecten" a España. El líder del PSOE también mantuvo conversaciones con el primer ministro francés, Manuel Valls, y con el presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz.
Este lunes, Sánchez fue entrevistado por Al rojo vivo, en La Sexta. No se mostró contrario a que los helenos voten en urna si aceptan o no la propuesta planteada por la troika la semana pasada. "El problema del referéndum, a mi juicio, no es que los griegos voten sí o no, es conocer cuál es, primero, el programa que van a votar, es decir, que tengan las garantías democráticas para saber exactamente qué es lo que van a votar, y en segundo lugar, me parece algo insólito que el Gobierno griego proponga votar no a ese programa, porque votar no a ese programa, ¿qué significa? ¿Salir del euro?", contestó.
La respuesta en televisión de Sánchez revela un giro respecto a la posición de 2011, en la medida en que no plantea que todos los europeos voten en referéndumtodos. En este caso, se limitó a no rechazar la consulta, aunque con duras críticas al planteamiento de Tsipras. Fuentes socialistas no pudieron precisar más la opinión del secretario general, y se remitieron al encuentro informal con periodistas que mantendrá este martes el responsable del área económica del programa del PSOE para las generales, Jordi Sevilla, en la sede federal.
Ambas partes han de hacer los deberes
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Sánchez insistió en que hay que llegar a un acuerdo y en que Grecia debe seguir en el euro, y para ello exigió una resolución "pronta, rápida, justa" por parte de los acreedores, pero también reclamó "responsabilidad" por parte del Gobierno de Tsipras. Un doble requerimiento que está escrito en el manual del partido desde la victoria del líder de Syriza. Es decir, que han de hacer sus deberes tanto el Ejecutivo heleno –para acabar con el fraude y modernizar su Administración– como las autoridades comunitarias y el FMI. Que Atenas abandonara la moneda única sería "un fracaso absoluto" y las previsiones serían "dantescas". El líder socialista subrayó que la UE "es un proyecto de solidaridad" y Grecia, en los últimos años, como consecuencia de "las políticas austericidas" impuestas por la troika, ha visto recortado su PIB más de un 20%.
A Rajoy, a su vez, el líder del PSOE le pidió una posición "constructiva", que a su juicio no ha tenido hasta ahora con el Gabinete de Tsipras. Este, por lo demás, ha de abandonar la "retórica frentista" y los "gestos" hacia Rusia.
Sánchez cree que España está hoy "más fuerte" que hace tres años, cuando se recrudeció el acoso de los mercados hacia España y el Ejecutivo tuvo que recurrir al rescate bancario. Pero no obstante el país tiene "vulnerabilidades", ya que la deuda pública ha crecido: 300.000 millones más de agujero que cuando llegó Mariano Rajoy a la Moncloa, y en consecuencia, España está más "expuesta". También subrayó que comparar la situación de Grecia con la que "pueda pasar" en el país es "una irresponsabilidad".