Orbán lanza desde el Parlamento Europeo su cruzada contra la inmigración y la izquierda

Viktor Orban la sesión plenaria para la presentación del programa de actividades de la presidencia húngara en el Parlamento Europeo.

Youmni Kezzouf (Mediapart)

Viktor Orbán ha vuelto al Parlamento Europeo. Seis años después de su última comparecencia, en 2018, en un intento de disuadir a la institución de iniciar un procedimiento sancionador contra su país por violar el Estado de Derecho, el primer ministro húngaro intervino el miércoles 9 de octubre ante una asamblea poco concurrida, en calidad de titular de la presidencia de turno de la Unión Europea (UE) hasta el 31 de diciembre. Muchos eurodiputados de izquierdas optaron por boicotear su discurso, tras manifestar su oposición en los pasillos del Parlamento.

El jefe del Gobierno húngaro ultraderechista, cuyo lema para sus seis meses de mandato es Make Europe Great Again, en referencia a Donald Trump, optó por convertir su discurso en una plataforma para sus obsesiones antiinmigración, sin decir ni una palabra sobre su posición respecto a la guerra en Ucrania. Ya desde los primeros días de su presidencia, en julio, Viktor Orbán viajó a Rusia para reunirse con Vladimir Putin, con el fin de liderar una "iniciativa de paz" sin consultar al resto de la UE.

“Nos enfrentamos a opciones que decidirán el destino de Europa”, empezó diciendo Orbán, citando a Emmanuel Macron, quien afirmó que “nuestra Europa podría morir”. Como era de esperar, las amenazas para la UE, según Orbán, son la transición ecológica y la inmigración, a la que apuntó en gran parte al pedir la creación de “cumbres de Schengen” y centros de clasificación fuera de las fronteras de la UE para los solicitantes de asilo.

“El sistema europeo de asilo no funciona, no nos engañemos”, dijo, antes de continuar, ante los abucheos de la izquierda y los aplausos de los grupos de extrema derecha: “La inmigración irregular conduce a un aumento del antisemitismo, la violencia contra las mujeres y la homofobia”. Desde que llegó al poder en 2011, Viktor Orbán ha ido privando metódicamente de sus derechos a los ciudadanos LGTBIQ+ de su país mediante una serie de leyes cada vez más represivas. También reafirmó el miércoles que, para él, “el matrimonio es un hombre y una mujer; el padre es un hombre, la madre es una mujer”.

Los grupos de extrema derecha, encantados

Como era de esperar, los representantes de los tres grupos de extrema derecha del Parlamento Europeo que tomaron sucesivamente la palabra aplaudieron su discurso, mientras que los eurodiputados de la izquierda radical concluyeron cantando el Bella Ciao, la canción de los partisanos italianos. Aunque el eurodiputado de extrema derecha francés Jordan Bardella, presidente del grupo Patriotas por Europa (PfE), tercera fuerza del Parlamento Europeo, al que pertenece el partido de Viktor Orbán, no tomó la palabra, Jean-Paul Garraud, eurodiputado de la Agrupación Nacional (RN), se encargó de echar flores al húngaro.

“Frente a la adversidad constante, usted representa a quienes se niegan a ver cómo sus países son privados de su poder por una UE cada vez más centralizadora”, elogió, para luego añadir: “Muchas naciones quieren recuperar el control de su política migratoria. El sacrosanto principio de la libertad de circulación para todo el mundo está a punto de ceder”.

El otro gran grupo de extrema derecha del Parlamento Europeo, los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), liderados por los italianos del partido de Georgia Meloni, también dieron la bienvenida a la presidencia que Orbán representa. Sus europarlamentarios comparten las mismas obsesiones antiinmigración y anti-LGBT que el primer ministro húngaro, como recordó Nicola Procaccini desde el estrado: “Los pueblos de la UE están viviendo un gélido invierno demográfico, que debemos afrontar cuidando más y mejor de la familia. La inmigración no puede ser la solución al descenso de la natalidad. Europa corre el riesgo de implosionar”.

Usted es siervo de un dictador sanguinario y peligroso, Vladimir Putin. Está usted robando la democracia a Hungría y el dinero a los ciudadanos de Europa

Terry Reintke, eurodiputado verde alemán

El grupo de Georgia Meloni, que durante mucho tiempo intentó asociarse a Viktor Orbán antes de verle formar otro grupo con la RN, defiende en cambio una postura pro-ucraniana que va en contra de la visión del húngaro. “Como amigo, también debo decirle lo que no nos gusta de su proyecto”, declaró Nicola Procaccini. “Tenemos un adversario interno, la furia progresista, pero también tenemos un enemigo externo del que usted parece no ser consciente, el cuarteto del caos, la alianza de China, Irán, Rusia y Corea del Norte”.

La postura de Viktor Orbán sobre Rusia dio a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la oportunidad de criticarle frontalmente. “Hay quien dice que la guerra no es culpa del invasor, sino del invadido. ¿Habrían dicho lo mismo de los húngaros en 1956?” preguntó, refiriéndose a la revolución húngara aplastada por Moscú. “En ningún idioma europeo la paz es sinónimo de rendición. El pueblo ucraniano lucha por la libertad. Sólo hay un camino hacia una paz justa: debemos seguir apoyando a Ucrania financiera y militarmente.”

Orbán ajusta cuentas

La capacidad de los grupos de extrema derecha para influir en el Parlamento Europeo está directamente relacionada con su posición respecto a Rusia. El grupo ECR, del que forman parte Marion Maréchal y sus tres colegas que también han abandonado el partido ultra Reconquête, se encuentra en el lado correcto del “cordón sanitario”, gracias a su alineamiento con la Comisión en esta cuestión. Esto contrasta con el grupo PfE, en el que la RN tiene un escaño, que sigue estando oficialmente excluido de las instituciones.

En su propia intervención, el eurodiputado de RN Jean-Paul Garraud siguió los pasos de Orbán: “¿Cuántas veces he oído aquí los discursos belicosos de quienes quieren permitir que el suelo ruso sea bombardeado por misiles de largo alcance? Esa sería la forma más segura de llevarnos a una guerra total”, dijo, tras denunciar el “cordón antidemocrático” establecido contra su grupo. Esta situación también fue denunciada por el primer ministro húngaro, que habló de “intifada política”. “Ustedes nos dan lecciones de democracia mientras excluyen al PfE de los puestos importantes”, arremetió, a pesar de que el cordón sanitario ya ha empezado a desmoronarse.

Los demás partidos de la oposición se han propuesto culpar a Viktor Orbán de su ejercicio antiliberal del poder y de las acusaciones de corrupción que pesan sobre él.

Orbán acusa a la migración del aumento de la homofobia y dice que el sistema de asilo de la UE "no funciona"

Orbán acusa a la migración del aumento de la homofobia y dice que el sistema de asilo de la UE "no funciona"

La semana pasada, Bruselas inició un nuevo procedimiento contra Hungría, alegando que su nueva ley de soberanía violaba la legislación europea. “Aquí no es usted bienvenido. Esta es la casa de la democracia europea, no la casa de la mentira y la corrupción”, resumió el eurodiputado verde alemán Terry Reintke. “Es usted siervo de un dictador sanguinario y peligroso, Vladimir Putin. Está robando la democracia a Hungría y el dinero a los ciudadanos europeos”.

Valérie Hayer, presidenta del grupo centrista, pidió que se suspendiera el derecho de voto de Hungría en el Consejo en virtud del artículo 7 del Tratado de la Unión Europea. “La democracia funciona mejor en Hungría que en la mayoría de los países europeos”, afirmó Viktor Orbán para concluir, asegurando que su pueblo era libre de manifestarse si lo deseaba. A continuación ajustó cuentas con sus oponentes espetándoles: “Dicen que soy un corrupto, han pasado treinta y cinco años, puedo sobrevivir. Nuestra democracia va muy bien, gracias.[...] Este debate ha demostrado una cosa, que hay que proteger a Europa de la izquierda. Gracias por invitarme.”

Traducción de Miguel López

Más sobre este tema
stats