La actividad humana provoca cerca del 60% de las heridas o muertes de aves en España
El 59,5% de las heridas o muertes de aves en España están ocasionadas por la acción humana, según ha evidenciado un estudio de SEO/BirdLife que ha analizado las causas de los registros de los Centros de Recuperación de Fauna (CRF) de las comunidades autónomas entre 2000 y 2018 y ha informado Europa Press.
El Informe sobre las causas de mortalidad no natural de avifauna en España de la ONG conservacionista ha estudiado 272.655 registros de los CRF y ha concluido que la principal causa de muerte no natural son las colisiones con tendidos eléctricos, un 40%, es decir, cuatro de cada diez aves muertas.
A esta causa, le sigue la captura ilegal de ejemplares para su cría en cautividad (20%), la electrocución y el atropello (8% cada una), los envenenamientos e intoxicaciones y la colisión con aerogeneradores, un 5%, y los disparos ilegales, más de un 3%.
Los datos recogidos por los CRF se corresponden con aves muertas o heridas encontradas por particulares o autoridades que trabajan en el campo, como es el caso de los empleados del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) o los agentes forestales y de medio ambiente.
Desde hace 10 años, estos centros han recibido a 348 especies afectadas por causas humanas. Así, la lista por número de ejemplares ingresados está encabezada por el jilguero europeo (11.732 registros), seguido del cernícalo vulgar (10.167), el busardo ratonero (8.608), el buitre leonado (7.426), gaviota patiamarilla (7.196), el vencejo común (6.266) y el búho real (6.215).
Según apunta SEO/BirdLife, estos registros permiten —a través de la aplicación de una modelización matemática que ofrece una horquilla entre los 25 millones y 100 millones de ejemplares al año— estimar de manera más realista los ejemplares heridos o muertos por causas no naturales.
Además, para conocer el orden de las causas de ingreso y las diferentes amenazas de las aves, uno de los autores del informe y responsable de Especies en SEO/BirdLife, Nicolás López-Jiménez, ha explicado que durante la investigación se han consdierado cuestiones distintas como el tamaño poblacional relativo de las diferentes especies, sus áreas de distribución y las tasas de desaparición de cadáveres en el medio natural y las tasas de detección de los individuos.
Entre todas las especies afectadas, el 22,66% de los registros (77 especies) se encuentran incluidas dentro de las categorías de mayor riesgo de extinción en el Libro Rojo de las Aves de España de SEO/BirdLife.
Así, si se atiende a la protección legal, el 64,82% de los registros corresponden a taxones incluidos en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y un 6,78% a especies consideradas oficialmente amenazadas por las administraciones públicas y están incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA).
Dentro de los registros por especie, la ONG también destaca los más de 1.000 registros/año del cernícalo vulgar (en peligro); los más de 100 registros anuales de la pardela cenicienta mediterránea y milano real (ambos en peligro) y de cuatro especies calificadas como vulnerables en el Libro Rojo.
Asimismo, entre los 10 y 100 registros/año, se encuentra el arao común (especie en peligro crítico), otras siete que se encuentran en peligro (águila imperial ibérica, martín pescador común, alcotán europeo, grajilla occidental, codorniz común, petrel de Bulwer y aguilucho pálido) y 10 vulnerables.
Del mismo modo, entre uno y diez registros al año, se cuentan nueve especies En Peligro Crítico, 15 En Peligro y 10 Vulnerables y, por debajo de un registro, figuran cinco especies catalogadas como En Peligro Crítico, seis En Peligro y otras seis Vulnerables.
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Asimismo, SEO/BirdLife precisa que las electrocuciones afectan especialmente al búho real, culebrera europea y águila real; mientras que, para el milano real y la gaviota reidora, el envenenamiento o la intoxicación es la principal causa. También los aerogeneradores constituyen el principal peligro no natural para los buitres leonados y los atropellos, principalmente con maquinaria agrícola, representan la principal causa para el aguilucho cenizo.
Este estudio, que se ha desarrollado en el marco del proyecto LIFE Guardianes de la Naturaleza, también evidencia un incremento de los ingresos entre junio y agosto que, según ha indicado la ONG, se puede deber a la mayor presencia de público en el medio natural, que deriva en un mayor número de hallazgos casuales; la presencia de ejemplares juveniles y pollos volantones, más proclives a sufrir accidentes, y la apertura de la media veda, que puede estar en el origen de muchos ingresos por disparo. Asimismo, los datos han demostrado un aumento de un 66,41% en el periodo analizado (2008-2018).
El responsable del Programa Legal de la ONG, David de la Bodega, ha explicado que este estudio es un documento de referencia para guiar las actuaciones de las distintas entidades encargadas de su conservación, así como para establecer y priorizar las medidas necesarias para impedir la muerte de millones de ejemplares de avifauna todos los años debido a actividades humanas.