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SOS Rural, el lobby que ahora expande bulos sobre las renovables tras su campaña en el Mar Menor

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Los bulos sobre las energías renovables se han multiplicado en los últimos años desde asociaciones agraristas y ruralistas de todo el país. En las últimas semanas, ha ganado eco en redes sociales la plataforma SOS Rural, que acusa a las plantas fotovoltaicas de "ahogar al campo" a través de publicaciones con información falsa. La organización sigue el patrón de su matriz, la Fundación Ingenio, un lobby conocido en Murcia por desinformar sobre el Mar Menor para proteger a la agroindustria que ha contaminado durante años la laguna.

Los tuits de SOS Rural han pasado durante meses desapercibidos, pero hace unos días se hizo viral una fotografía de su cuenta de X de una macroplanta solar bajo el título "Antes esto era todo campo. Firma contra las macroplantas antes de que sea demasiado tarde", que ya ha sido visto 250.000 veces. Defensores de las renovables contestaron que se trataba de una instalación ubicada en la India, pero que había sido utilizada como reclamo para combatir a la energía solar en España, donde las renovables ocupan el 0,2% de las tierras fértiles.

Javier Poza, secretario general de SOS Rural, explica a infoLibre que la fotografía fue un desliz del que no se había dado cuenta, pero que en todo caso la va a borrar porque el objetivo de su plataforma "no es tergiversar ni engañar" al público, sino "proteger las tierras de cultivo y garantizar la autonomía alimentaria". "No estamos en contra de las energías limpias, pero la tierra es limitada y si usamos las tierras fértiles para poner solares pasaremos de una dependencia energética a una alimentaria", explica Javier Poza. Para difundir ese mensaje, dice, se van a valer de las redes sociales, y los mensajes virales son la manera más rápida de lograrlo. También insiste en que SOS Rural es una organización "apolítica" y que no tienen ninguna vinculación con la extrema derecha.

Uno de los expertos del sector eléctrico que ha contestado a esta organización es Pedro Fresco, director de Avaesen, la patronal valenciana de las energías renovables, y autor del libro Energy Fakes, que contrasta las principales críticas infundadas sobre la energía limpia. "No entiendo qué tiene la agricultura contra la fotovoltaica, si a estas alturas está más que contrastado que la superficie que usan los paneles solares es ínfima", señala Fresco, que añade además que SOS Rural promociona en X la campaña para que sea viral. Es decir, paga a la red social para que publicite sus tuits.

La fotografía de una planta india no es un caso aislado. A finales de julio SOS Rural publicó un tuit que hablaba del supuesto "verdadero impacto de una macroplanta solar", en el que calculaban que cada hectárea de paneles deja 162,5 toneladas de residuos una vez que ya termina su vida útil, un bulo en toda regla porque los promotores fotovoltaicos están obligados a deshacerse de ellos por contrato. De hecho, deben adelantan una serie de avales para costear esta limpieza, incluso aunque la empresa haya quebrado cuando los paneles terminen su vida útil. La publicación ha sido vista 680.000 veces. El propio Javier Poza lanza afirmaciones infundadas en la web de SOS Rural como que "es de sobra conocido que donde se planta una placa solar no vuelve a crecer nada en décadas"

La organización ruralista nació en abril de 2023 bajo el amparo de la Fundación Ingenio, un patronato creado en 2018 por la agroindustria murciana para acabar con el relato de que el sector primario había arrasado el Mar Menor. La CEO de la Fundación Ingenio, Natalia Corbalán, tomó la portavocía de SOS Rural, y se ha valido del puesto para atacar el Pacto Verde europeo y para agitar las manifestaciones agrícolas a lo largo España, puesto que SOS Rural dice representar a unos 2.000 profesionales de todo el país. Javier Poza llegó a la organización en marzo de 2024, tras 14 años trabajando en Bruselas para la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), uno de los principales sindicatos agrarios de España —ahora reniega de los sindicatos porque son "ideológicos"—, y como asesor del grupo político Renew Europe, en el que estuvo inscrito Ciudadanos.

La plataforma SOS Rural no solo ha sido creada por la Fundación Ingenio, sino que su financiación íntegra procede por ahora de sus patronos, entre los que se encuentran grandes exportadores agrícolas como Agromark o Gregal, y las dos principales cooperativas de regantes de Murcia. Dos de sus patronos, G's Spain y Ciky Oro han sido incluso multadas por su participación en el llamado caso Topillo, una trama de vertidos de salmueras con nitratos al Mar Menor. 

SOS Rural también ha heredado de la Fundación Ingenio su estrategia de desinformación a través de redes sociales, donde el patronato publica una marabunta de mensajes culpando a las aguas residuales urbanas del pésimo estado del Mar Menor, su mantra para desviar la atención de las innumerables advertencias científicas que apuntan a la agricultura. Pedro Luengo, coordinador de Ecologistas en Acción en Murcia, se ha enfrentado a la fundación desde su creación, y afirma que gastan ingentes cantidades de dinero de empresarios agrícolas para manipular la opinión pública. "Han pagado vallas publicitarias, cátedras universitarias y pagan a medios de comunicación como La Opinión de Murcia para que publiquen páginas de publicidad llenas de mentiras que hacen pasar por artículos periodísticos", señala Luengo.

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El portavoz ecologista también denuncia que este patronato contrata a supuestos investigadores extranjeros para dar peso a su versión. Por ejemplo, Natalia Corbalán acudió en julio a la Asamblea de Murcia a petición de Vox y se hizo eco de la opinión de Brian Lapointe, un experto en contaminación del agua de la Universidad Atlántica de Florida que acudió a Murcia en marzo para explicar cómo se había contaminado la laguna Indian River, no el Mar Menor. Por este trabajo de manipulación, el brazo murciano de Ecologistas en Acción otorgó en junio el Premio Atila a la Fundación Ingenio y a Vox, un galardón a las instituciones que más han contribuido a dañar el medioambiente.

Las asociaciones de vecinos y los ecologistas murcianos llevan años denunciando que la Fundación Ingenio es en realidad un lobby de las grandes empresas agrarias para frenar el descontento público y político tras los episodios de mortalidad masiva de peces de 2016, 2019 y 2021. Los análisis del Instituto Español de Oceanografía (IEO) afirman que los vertidos agrícolas continuos durante años son los responsables del crecimiento masivo de algas y la muerte de la fauna por hipoxia, pero el patronato defiende en foros, en medios de comunicación afines y hasta en la Asamblea Regional que la culpa es del vertido de aguas urbanas.

La fundación también ha tratado de llevar a su terreno al Partido Popular, que gobierna la región en solitario. En el pasado la afinidad entre el patronato y el presidente Fernando López Miras era completa, pero ahora es Vox quien más trabaja codo con codo con la Fundación Ingenio. El partido ultra presentó en enero una reforma de la Ley del Mar Menor calcada a las reclamaciones del lobby agrícola, aunque no salió adelante en la Asamblea. Recientemente, Vox también invitó a Natalia Corbalán a participar en las ponencias celebradas en julio en la Asamblea regional en las que se debaten si reformar la Ley del Mar Menor de 2019, donde la portavoz repitió los bulos que culpan a las aguas residuales del desastre del Mar Menor.

Los bulos sobre las energías renovables se han multiplicado en los últimos años desde asociaciones agraristas y ruralistas de todo el país. En las últimas semanas, ha ganado eco en redes sociales la plataforma SOS Rural, que acusa a las plantas fotovoltaicas de "ahogar al campo" a través de publicaciones con información falsa. La organización sigue el patrón de su matriz, la Fundación Ingenio, un lobby conocido en Murcia por desinformar sobre el Mar Menor para proteger a la agroindustria que ha contaminado durante años la laguna.

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