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La fotovoltaica vive su época dorada pero tendrá que lidiar con la oposición rural y los precios cero de la luz

Instalación fotovoltaica en Portugal, en una foto de archivo.

El sector fotovoltaico se prepara para su época dorada en los próximos años, en los que promete liderar la generación eléctrica de España, pero la oposición social y los precios cero de la luz podrían truncar ese camino. Este miércoles se han reunido decenas de empresarios en Madrid para celebrar la buena salud del sector solar, aunque los elogios se han combinado con llamadas de atención sobre estos dos asuntos, que se han descrito como preocupaciones "estructurales" que continuarán a lo largo de la década. Los bajos precios de la luz han provocado este año que los paneles solares hayan trabajado más de 1.200 horas sin beneficios, mientras que en algunas comunidades autónomas los choques con los vecinos y la Administración han espantado la inversión en fotovoltaica.

El Foro Solar 2024, el principal evento fotovoltaico del año, se celebró este miércoles y estuvo plagado de elogios hacia su propia tecnología, con unos promotores que saben que tienen al Gobierno de su lado. La reciente actualización del PNIEC, la hoja de ruta energética de España de aquí a 2030, propone más que duplicar el número de paneles solares en los próximos años, y el Ministerio de Transición Ecológica ya ha dado luz verde para construir el equivalente a 70.000 campos de fútbol antes de 2028, todo un impulso para el sector. El presidente de la patronal fotovoltaica UNEF, Rafael Benjumea, destacó este miércoles el apoyo de la ministra Teresa Ribera, que en breves partirá a Bruselas y abandonará su ministerio. "Agradecemos su trabajo estos años porque ha tenido un papel clave en la transformación del sector energético, y estamos muy contentos con el resultado del PNIEC", dijo el portavoz.

Pero los elogios terminaron cuando Benjumea citó hasta cinco comunidades autónomas en las que empiezan a observar un rechazo importante hacia el panel solar, ya no solo entre la población, sino entre los propios políticos. El último caso ha sido el de Asturias, donde el Gobierno regional bloqueó en agosto la instalación de baterías —que se recargan con energía solar— y estableció que no pueden situarse a menos de un kilómetro de núcleos urbanos y 500 metros de explotaciones agrícolas, una normativa que UNEF atribuye a la desinformación sobre el supuesto impacto en la salud del campo electromagnético de esta tecnología. "Es verdad que las renovables tienen un impacto visual, pero el caso de Asturias son directamente bulos, y tenemos que evitar que lleguen al legislador", advirtió el líder de UNEF. También señaló a Aragón, donde se ha aprobado este año un impuesto a las renovables; a La Rioja, donde hay una moratoria a la solar y a la eólica; y a Canarias y Cataluña, donde hay un requisito de participación social en todas las plantas de nueva construcción que no gusta al sector privado.

Transición Ecológica ya señaló hace dos semanas, durante la presentación del nuevo PNIEC, que rebajar la conflictividad social es un "pilar fundamental" del Gobierno para los próximos años, aunque por ahora no se esperan normativas a corto plazo para aplacar el rechazo a estas instalaciones. Este miércoles, Eva María Blanco, subdirectora de Evaluación Ambiental de este ministerio, reconoció que por mucho que estos proyectos "ayuden a combatir el cambio climático, dejan huella en el territorio, y esto no se puede perder de vista". "Si construyes una carretera, hay un beneficio local para moverse que compensa los impactos negativos, pero en el caso de las renovables ese impacto positivo es más difícil de apreciar, y hay que incluirlo en los proyectos".

Alipio García, director de Transición Energética del Gobierno de Castilla–La Mancha también reconoció que han tenido núcleos de oposición a la solar en pueblos como en Brihuega (Guadalajara), donde no quieren perder el atractivo de sus campos de lavanda. "En La Mancha tenemos instalados 7 gigavatios de fotovoltaica, y hemos autorizado otros 13 gigavatios más. Cuando se multiplique por dos y por tres la potencia solar instalada tendremos un cambio radical de escenario, y hay que adelantarse a la posible oposición popular”, apuntó. 

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Las soluciones vinieron de Mario Rodríguez, responsable de Transición Justa en la organización Ecodes, que lleva años estudiando cómo encajar desde pequeñas instalaciones a macroplantas en municipios. "Es muy importante el cómo se aterriza. Se tiende a hablar con el ayuntamiento y el dueño del terreno, pero no con los vecinos, y muchas veces las necesidades del pueblo no están en la cabeza del empresario. No se trata tanto de pagar muchos impuestos, como de construir una carretera, un centro asistencial para tercera edad o abaratar la luz para los vecinos", afirmó.

Los precios cero se notan

Los bajos precios de la luz durante las horas solares, principalmente en la tarde, son otra de las grandes preocupaciones del sector. Se esperaba que este escenario llegase en los próximos años, pero se ha adelantado y en 2024 ya se han registrado más de 1.200 horas con precios en el mercado mayorista inferiores a 2 euros por megavatio hora (€/MWh), cuando una instalación fotovoltaica necesita vender su electricidad por encima de 25 €/MWh para sacar rentabilidad a la planta. Es cierto que los últimos tres años, con el precio de la luz por las nubes, han dado suficiente dinero al sector para compensar esta situación, pero los empresarios piden aumentar la demanda eléctrica rápidamente para que los precios de la luz se equilibren y la situación no se enquiste, como afirmó Loreto Ordóñez, CEO, Engie. "El PNIEC contempla un crecimiento de la demanda del 5% [anual], cuando la media de crecimiento en España es del 1%; necesitamos incorporar más demanda industrial", dijo la Ordóñez.

La culpa de que el consumo de electricidad no crezca lo suficiente se repartió este miércoles entre el Gobierno y Red Eléctrica (REE). Según el sector solar, el Ministerio de Transición Ecológica está siendo extremadamente lento a la hora de impulsar el despliegue de baterías, que permiten almacenar la electricidad generada durante el día para venderla a la hora del desayuno o la cena, cuando se dispara el consumo, una manera muy efectiva de equilibrar los precios de la luz. El Ejecutivo tampoco está haciendo lo suficiente para atraer fábricas extranjeras que consuman la electricidad española, y aquí proponen una rebaja de impuestos y tasas energéticas para convertir la península en un referente industrial. A Red Eléctrica, la empresa que monopoliza la red de transporte de la luz, los empresarios solares le achacaron una falta de puntos de conexión eléctricos en la red, indispensables para poder construir nuevas fábricas intensivas en energía. "No solo no capturamos demanda, es que estamos rechazando demanda porque no hay capacidad en la red para incorporarla”, añadió la ejecutiva de Engie. 

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