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España acumula hasta septiembre un mes de precios cero y negativos en la luz

Molinos de viento, en una imagen de archivo.

El pasado 1 de abril se registró por primera vez un precio de la luz negativo en el mercado eléctrico español. La abundancia de energía renovable barata y la baja demanda empujaron los precios en la subasta diaria del mercado mayorista hasta tal punto que el precio se cerró en -0,01 euros por megavatio hora (€/MWh). Una vez es anecdótico, pero desde entonces la situación se ha repetido durante cientos de horas, y el sector está realmente preocupado. En concreto, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre se han registrado 527 horas con el coste de la luz a 0€/MWh, y otras 242 con el precio directamente en negativo. Las dos cifras suman 769 horas, el equivalente a 32 días de electricidad gratuita en lo que va de año.

Que la luz esté regalada en el mercado mayorista no significa que sea gratuita para los hogares, aunque sí abarata el coste de la factura. En primer lugar, solo los clientes con una tarifa regulada (PVPC) pagan la luz en función de la subasta diaria, mientras que el resto —7 de cada 10 hogares— tienen una tarifa libre, que depende del contrato firmado con la comercializadora. Además, aunque se tenga una PVPC, el precio de la energía solo representa una parte de la factura, y durante muchas horas son más caros los cargos y peajes de la luz que la propia electricidad.

La presencia cada vez mayor de las energías renovables en el mix de producción eléctrica provoca que la energía se abarate muchísimo durante las horas centrales del día —cuando hace más sol—, que coinciden además con un consumo muy bajo. Esa combinación provoca que la oferta de energía barata sea superior a la demanda, y la subasta se cubre con ofertas cercanas a 0€/MWh. "Las centrales que producen a coste cero, como la eólica y la solar, ofertan a cero euros con la idea de que la subasta luego se incremente con ofertas de otras centrales. El problema es que en algunas horas no hay ofertas superiores", resume Mercedes Ballesteros, directora de Energía del Ciemat, un órgano ligado al Ministerio de Ciencia y Universidades.

El sector fotovoltaico lleva meses pidiendo al Gobierno soluciones a este problema, porque una luz demasiado barata durante unas pocas horas del día no favorece a nadie. "Perdemos todos", opina Ballesteros, "porque es verdad que abarata la luz, pero el consumidor no paga cero. Necesitamos un mercado sensato para evitar la canibalización del sistema", añade. Este término es muy común el sector, y describe que un panorama de precios cero en la luz provoca que los promotores fotovoltaicos no puedan recuperar el coste de sus plantas, y decidan abortar futuros proyectos porque solo abaratarán todavía más la luz. Y si no se construyen nuevas plantas solares, a largo plazo la energía se encarecerá.

La energía fotovoltaica es la más afectada porque está condenada a funcionar en las horas de sol, mientras que la eólica puede compensar las pérdidas del día con la venta de electricidad durante la hora de cenar, cuando el precio de la luz se dispara porque el consumo repunta y la solar abandona el mix. En todo caso, el sector fotovoltaico debería poder soportar la situación. Francisco Valverde, experto independiente en energías renovables, calcula que el precio medio de venta de la energía solar este año ha sido de unos 36 €/MWh, por mucho que haya habido casi 800 horas de precios cero. Esa cantidad debería ser suficiente para contentar a los inversores, porque el umbral de rentabilidad de un parque solar suele rodar los 25 €/MWh, aunque depende del lugar y del tamaño de la planta. "Incluso para parques de nueva construcción debería ser aceptable, pero es que además en 2021 y 2022 disfrutaron de precios obscenos. En 2021 vendieron a 150 €/MWh y en 2022 a 105 €/MWh", señala el analista.

Joaquín Giráldez, socio de la eléctrica Ingebau, opina también que no se trata de que la subasta cierre un día en cero, o en negativo, sino de la fotografía global. "Más que fijarse en un precio puntual, lo importante es que la instalación pueda devolver el préstamo que han pedido para construirla. En el mundo de la energía dicen para fuera que se están arruinando, pero el que es listo no está perdiendo dinero".

Además, muchas instalaciones de generación renovable ni siquiera se ven afectadas por el precio que marque la subasta porque tienen unos ingresos garantizados, por eso algunas ofertan la luz en el mercado incluso a -20 €/MWh, -50 €/MWh o incluso a -500 €/MWh. Lo único que buscan es garantizarse que pueden vender la electricidad, porque las leyes de la física obligan a que toda la electricidad que se genere se tiene que consumir, y para ello es necesario que su precio se case en el mercado.

En este bloque entran las plantas acogidas al sistema Recore creado en 2007 por el Gobierno de Zapatero, a las que están acogidos unos 5GW de plantas fotovoltaicas, el 20% de ellas, y que tienen garantizadas una rentabilidad del 7%, aproximadamente, independientemente del coste real de la luz en el mercado. Tampoco se ven afectadas las que tienen un contrato a largo plazo con un consumidor (PPA) porque tienen pactado un precio de venta fijo —aunque la energía tenga que pasar por la subasta—. Ni las que se construyeron con las subastas del Ministerio de Transición Ecológica en 2021, que tienen una rentabilidad garantizada también.

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El resto de renovables que tienen que soportar precios cero o negativos tienen un mecanismo que puede ayudar a compensar la situación, las llamadas Garantías de Origen (GDO), unos sellos que entrega la CNMC a las productoras de energía renovable que garantizan que el origen de la luz es limpio, y que se pueden vender para sacar un dinero extra. Hace dos años podían valer unos 8 €/MWh, un margen que permitiría vender la luz a pérdidas, pero ahora se pueden llegar a comprar por menos de 1 €/MWh, de manera que su efecto apenas se nota.

La solución tardará unos años en llegar

Para equilibrar el mercado y evitar que haya precios cero después de comer y 150 €/MWh a la hora de cenar, hay que acompasar la oferta y la demanda, según los expertos. Una vía es mediante el almacenamiento con grandes baterías, que permite sacar la luz de la red y guardarla cuando está barata, y venderla cuando está cara. "Hoy lunes, por ejemplo", relata Francisco Valverde, "podríamos cargar una batería gratis por la tarde y descargarla por la noche vendiéndola a 170 €/MWh, no sé por qué no hay empresas haciendo esto ya", añade el experto. Además de sacarle un beneficio a una electricidad que es gratis, inyectaría oferta en la subasta de la noche, forzando a la baja su precio si se hace a gran escala.

Otra solución es directamente aumentar el consumo de energía en las horas de mucho sol. Por ejemplo, con la recarga de coches eléctricos, con la sustitución de gas por electricidad en la industria intensiva en energía, o con la producción de masiva de hidrógeno verde, tres sectores que se van a desarrollar a lo largo de la década, especialmente el último.

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