Día Mundial de la Libertad de Prensa
RSF pide a directores y reporteros ser “valientes” y seguir informando en zonas de conflicto
Reporteros sin Fronteras reunió durante la tarde del Día Mundial de la Libertad de Prensa a algunos de los periodistas más reconocidos del país para celebrar este día, “si es que se puede”, recordando los grandes problemas que aún ponen trabas a los periodistas.
El acto centró su atención en Eritrea, un país conocido como “la Corea del Norte de África” que es el mayor agujero negro mundial para los periodistas. El informador Amanuel Ghirmai tuvo que huir en 2009 cuando la mayoría de sus compañeros de profesión habían sido encarcelados o asesinados. Desde entonces trabaja desde París en Radio Erena; a través de ella los eritreos pueden acceder a la información que la dictadura en la que viven les censura. “Ni siquiera saben lo que ocurrió a su alrededor en las revueltas de la Primavera Árabe”, contó Ghirmai.
También el cubano Ricardo González participó en el acto para recordar los siete años que pasó entre rejas en su país por tratar de ejercer la profesión con libertad. Logró salir gracias a la intervención de RSF y otras organizaciones. Hoy vive en España y trabaja como escritor.
Las actrices Verónica Forqué y Elvira Minguez pusieron voz a las historias de algunos periodistas que vivieron y narraron barbaries en Ruanda o Afganistán, recordando las palabras de Manu Leguineche en El club de los faltos de cariño.
Los presentadores, los periodistas Hilario Pino y Rosa Montero, hablaron junto a Soledad Gallego-Díaz (El País), Alfonso Armada (Abc) o José Antonio Guardiola (TVE) de los informadores encarcelados en el extranjero que han apadrinado a través de RSF para luchar desde la distancia por su liberación y tratar, de un modo u otro, transmitirles fuerzas. “No hay nada peor que sentirse olvidado”, recordó Gallego-Díaz.
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"Deberíamos tratar de ponernos en el lugar del otro en la medida de lo posible", pidió Armada. "Bajo el pretexto de la crisis se están dejando de cubrir conflictos; hacer eso nos empobrece", continuó. Armada confía en que una mayor apuesta por los contenidos "devolvería la afectividad de los lectores a los periódicos". Alfonso Armada y Soledad Gallego-Díaz quisieron hacer también un llamamiento a la sociedad y a los gobiernos, recordando que muchos de los inmigrantes que se agolpan en las vallas y en los CETI de Ceuta y Melilla provienen de estos países y se ven obligados a abandonar sus países por motivos políticos. Su condición de "inmigrantes ilegales" es realmente la de refugiados.
El acto fue también un homenaje a Marc Marginedas, Javier Espinosa y Ricardo García Vilanova, que hace apenas unas semanas fueron liberados tras seis meses de secuestro en Siria. Marginedas y Espinosa mandaron sus mensajes a través de un vídeo en el que reivindicaron la importancia de seguir enviando a periodistas a cubrir lo que ocurre en las zonas de conflicto. En Siria informar se ha convertido en una tarea prácticamente imposible. No muchos se atreven a arriesgar sus vidas para contar la desgracia que viven allí millones de personas. Espinosa, que enviaba su vídeo desde Beirut (Líbano), recordó también a los periodistas locales de la zona, quienes más han sufrido la represión y “que aún permanecen retenidos”, lamentó.
El fotoperiodista García Vilanova sí estuvo físicamente en el acto. Su presencia allí era en parte un reclamo hacia la figura del reportero independientey la cantidad de riesgos que supone informar sin la cobertura de un medio de comunicación. Han sido ellos quienes, en un 70 u 80% de las ocasiones, han cubierto los últimos conflictos más importantes, como Malí, Siria o las revueltas de la primavera árabe. Sin embargo, "las empresas les pagan cantidades ridículas", como recordaba Malén Aznárez, a pesar de que se juegan la vida. Junto a Vilanova, Alberto D. Prieto (también periodista independiente), que acaba de volver de Siria, criticó la “hipocresía” de “las grandes cabeceras nacionales”. “Los periódicos no quieren comprar material de profesionales –aseguró—, lo compran a blogueros y ciudadanos porque, por lo visto, sus vidas valen menos”. Vilanova recordó que la información que ofrecen esos blogueros o ciudadanos está “más posicionada" de lo que puede estar la de los periodistas. Ambos lamentaron que los medios los elijan porque “son mucho más baratos”. Prieto destacó, al igual que Armada, la necesidad de empatizar con los que viven estos dramas, "porque quizás algún día tengan que ser ellos" los que informen de lo que ocurra en España.