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Reforma electoral

Contradicciones y falsos mitos de la reforma electoral que propone Ciudadanos

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, este sábado en Málaga.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, propuso el sábado en un acto en Málaga una reforma electoral con el objetivo de impedir que los partidos que no obtengan al menos el 3% del total de votos emitidos en toda España unas elecciones generales no puedan participar en el reparto de escaños y, en consecuencia, se queden sin representación en el Congreso. El líder de la formación naranja justificó esta propuesta en la necesidad de que "los españoles no estén en manos del 0,5 o 0,7% de nacionalistas que cambian el Gobierno o deciden los Presupuestos Generales del Estado". También aseguró que su objetivo es una ley electoral con "listas abiertas" en la que "los votos valgan igual en todo el país".

Con este anuncio, Ciudadanos enmienda la propuesta de reforma electoral que había defendido hasta la fecha y que tenía como eje que los 350 escaños del Congreso se escogieran en dos urnas diferentes: 175 en listas cerradas y circunscripción nacional en la que se imponía ese límite de al menos un 3% de los votos del conjunto de España y otros 175 en circunscripciones "de ámbito territorial superior al provincial" que solo elegirían un representante, tal y como ocurre en Reino Unido. Actualmente, las candidaturas que obtiene menos del 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción se quedan fuera de la atribución de escaños (artículo 163.1 de la LOREG).

La propuesta de Ciudadanos va sin duda enfocada a limitar la presencia de las formaciones periféricas en el Congreso, pues ninguno de los partidos nacionalistascon representación parlamentaria logró alcanzar ese porcentaje en los últimos comicios. Compromís fue el partido que quedó más cerca, con el 2,7% de los sufragios totales en España, seguido de ERC, con el 2,6%, PDeCat (2%), PNV (1,2%) y EH Bildu (0,8%). Durante su intervención, Rivera aludió a los "privilegios" de las formaciones nacionalistas e insistió en la importancia de mantener la "igualdad de todos los españoles", si bien incurrió en varias contradicciones y falsos mitos que infoLibre desgrana a continuación. 

01. Los "privilegios" de los nacionalistas. Los datos oficiales desmienten que todas las formaciones nacionalistas periféricas salgan sistemáticamente beneficiadas del actual sistema de reparto de escaños. De hecho, en líneas generales, muestran que el sistema ha sido proporcional para este tipo de partidos, pues su porcentaje de diputados ha sido muy parecido a su porcentaje de votos. Lo que sí es evidente es que el actual modelo de reparto de escaños, diseñado por UCD, beneficia a los partidos que ganan las elecciones. 

Por ejemplo, el PP, en las cinco elecciones que ha ganado en todo el período democrático ha obtenido, de media, 24 representantes más en el Congreso de los que le habrían correspondido en un sistema proporcional puro. El principal desvío tuvo lugar en la cita con las urnas de noviembre de 2011, cuando con el 44,6% de los votos obtuvo el 53,1% de los escaños. Entonces, los conservadores se hicieron con 186 actas, treinta más de las que habrían obtenido con una proporcionalidad perfecta. 

Lo mismo ocurre con el PSOE, aunque en este caso la media de diputados extra en las seis elecciones en las que ha quedado en primer lugar es de 26. Por ejemplo, en las generales de 1989, los socialistas fueron primera fuerza con el 39,6% de los votos, un resultado que les sirvió para quedar al borde de la mayoría absoluta en escaños, 175. Es decir, justo el 50% de todos los asientos que hay en el Congreso. En las otras siete elecciones ha obtenido, de media, diez diputados más de los que le habrían correspondido con un un sistema proporcional puro. 

Muy llamativo resulta también el caso de UCD. En las primeras elecciones del actual período democrático, en 1977, el partido de Adolfo Suárez quedó en el primer puesto con el 34,4% de los votos. Con este resultado consiguió hacerse con 165 escaños, el 47,1% del total. Con una proporcionalidad perfecta se habría quedado con 121 actas, 46 menos. En los siguientes comicios, los de 1979, el 34,8% de los sufragios obtenidos le sirvieron para acceder a 168 actas, el 48% del total, 46 más de la que le habría otorgado un sistema proporcional puro. 

El único partido nacionalista que ha salido algo beneficiado por el actual sistema es el PNV. Ha obtenido entre uno y dos escaños extra respecto a un modelo de proporcionalidad pura en cada una de las 13 elecciones celebradas desde 1977. En contraposición, el partido peor parado es ERC que, de media, ha obtenido en cada elección un parlamentario menos que con un modelo proporcional. Y en los comicios de 2000, 1993 y 1977 obtuvo dos diputados menos de los que le habrían pertenecido. En los casos de las diferentes marcas con las que se han presentado tanto Convergència como la izquierda abertzale, apenas hay desviación entre el porcentaje de votos y el de escaños. 

02. La falacia de que todos los votos valgan "igual". Durante su intervención el pasado sábado, Rivera también aseguró que el objetivo que pretende con su propuesta de reforma es que todos los votos "valgan igual en todo el país". Sin embargo, de llegar a materializarse, el nuevo sistema pondría en duda el mandato constitucional de que la elección de diputados "se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación proporcional." (artículo 68.3). 

Por ejemplo, tomando como referencia el resultado de las últimas elecciones generales, quedarían fuera del sistema de asignación de escaños los votos de 2.673.015 electores que optaron en esos comicios por dar su apoyo a formaciones que sí obtuvieron representación parlamentaria con el actual modelo a pesar de haber obtenido menos del 3% de los votos del conjunto del país.

Así, no tendrían acceso al Congreso las formaciones que quedaron segundas y cuartas, respectivamente, tanto en el País Vasco (PNV y EH Bildu), como en Cataluña (ERC y CDC). En diciembre de 2015, los votantes excluidos habrían sido 2.856.640. En ambos casos, sólo habrían obtenido representación los cuatro principales partidos PP, PSOE, Podemos (en este caso, incluyendo a IU y a su confluencia valenciana con Compromís) y Ciudadanos. 

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03. Una barrera electoral fácil de sortear. Por otro lado, Ciudadanos también obvia con su propuesta que los partidos nacionalistas tendrían fácil coordinarse para sortear esa barrera del 3% a nivel estatal. Bastaría con que conformaran una coalición electoral que se presentara en varias circunscripciones y que les permitiría incluso mantener sus siglas. Para ello, tendrían que registrarla ante la Junta Electoral bajo una denominación común que luego debería aparecer en sus papeletas aunque a continuación del nombre de la formación respectiva.

Esta es la fórmula, por ejemplo, que ha usado de manera recurrente IU para que concurran sus diferentes federaciones. De hecho, es un modelo que las formaciones nacionalistas han experimentado también en las elecciones europeas, pues la circunscripción única de estos comicios las obliga a coaligarse si quieren tener asientos en el Parlamento Europeo a pesar de que no existe barrera electoral. CiU, PNV y Coalición Canaria acudieron a las últimas europeas, las del 25 de mayo de 2014, bajo la marca Coalición por Europa. 

La coalición electoral también les permite tener acceso a los espacios gratuitos de propaganda electoral así como a las subvenciones electorales manteniendo la proporción de los votos obtenidos en la elección anterior por los partidos que la integren. 

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