10N | Elecciones Generales
España se instala en el empate entre izquierda y derecha
La izquierda ha cosechado más votos que la derecha en las cuartas elecciones generales que se celebran en cuatro años en España. Pero no muchos más. La igualdad es casi absoluta. Y empieza a ser una tónica en un país instalado en el empate técnico entre los bloques conservador y progresista.
Considerando sólo los partidos de ámbito estatal que han obtenido representación en el Congreso de los Diputados o más de 30.000 votos, el resultado por bloques sería este [ver la nota metodológica al término de este artículo]:
– Izquierda: 10.687.998 votos.– Derecha: 10.395.920 votos.
Si incluyéramos en la disyuntiva izquierda-derecha a los partidos regionalistas y nacionalistas, obviando el eje identitario –lo cual provoca, por ejemplo, distorsiones como que Vox esté en el mismo bloque que PNV y Junts X Cat–, la izquierda ganaría por algo más de margen:
– Izquierda: 12.198.802 votos.
– Derecha: 11.493.279 votos.
Excluyendo del bloque de la izquierda al Pacma (226.469 votos, primer partido en apoyos sin representación en el Congreso, que se autoproclama progresista) y Recortes Cero (34.306 votos), que tampoco logró escaño, ganaría la izquierda por un margen mínimo:
– Izquierda: 10.427.223 votos.
– Derecha: 10.395.920 votos.
Pero quedémonos con la referencia de los 10,68 millones de votos de izquierdas (PSOE, Unidas Podemos, Más País, Pacma y Recortes Cero) y 10,39 de derechas (PP, Vox, Ciudadanos, Navarra Suma), dando continuidad a la metodología del análisis de los resultados históricos realizado por este periódico en mayo [ver aquí]. ¿Qué nos dicen esos datos, puestos al trasluz de sus antecedentes? Antes de entrar en pormenores, adelantamos un dato: la política española se ha abonado al empate entre izquierdas y derechas de ámbito estatal.
Los detalles, en estas nueve claves:
1) El bloque de derechas baja en votos y porcentaje, pero sube en escaños. Los partidos conservadores, PP, Vox, Cs y Navarra Suma, suman 10.395.920 votos. Esto supone 929.109 menos que en abril, cuando obtuvieron 11.325.029. La caída es del 8,2%. En porcentaje, también han caído, de un 42,77% a un 42,66%. En cambio, suben en escaños, de 147 a 150, 3 más. ¿Por qué? Porque el bloque se beneficia de la mayor concentración del voto en dos opciones. Aquí hay que recordar que, pese a la impresión de fracaso de las derechas el 28 de abril, jamás los partidos conservadores de ámbito estatal cosecharon mayor número de papeletas en la historia democrática española. Esos 11,35 millones fueron un récord. Lo que alejó del poder a los tres partidos de derechas fue, precisamente, la división del voto.
2) La izquierda también baja, aunque en su caso en votos, porcentaje y también en escaños. Los partidos de izquierdas de ámbito estatal pasan de 11.670.185 a 10.687.998 votos: 982.187 menos, un 8,41%. Más castigada ahora que en abril por la división del voto, dada la participación de Más País, su representación pasa de 165 a 158 diputados, 7 menos. Sigue, no obstante, por encima de los 150 de la derecha.
3) De las 15 generales desde 1977, la izquierda de ámbito estatal ha sido más votada en 12 ocasiones, todas salvo 2000 (mayoría absoluta de José María Aznar), 2011 (mayoría absoluta de Mariano Rajoy) y 2016 (repetición electoral con victoria de Mariano Rajoy). El resto de generales han dado la victoria, en votos, a la izquierda: 1977, 1979, 1982, 1986, 1989, 1993, 1996, 2004, 2008, 2015 y las dos elecciones de 2019.
4) La diferencias entre izquierda y derecha son mínimas. La distancia este 10N, a favor de la primera, es de 345.156 votos y 1,2 puntos. La izquierda suma el 43,86% del voto a candidatos; la derecha, el 42,66%. Restando del bloque de la izquierda a los grupos progresistas que no han obtenido representación, Pacma y Recortes Cero (260.775 votos entre ambos), la distancia entre ambos bloques serían de menos de 85.000 votos. Casi empatados. No obstante, no es la vez que más cerca se quedan la izquierda de la derecha en España. Las primeras elecciones generales de la Transición, antes incluso de la aprobación de la Constitución, arrojaron el resultado más igualado. Las opciones de izquierdas cosecharon 8.272.783 votos, el 45,26%, mientras las de derechas se quedaron en 8.209.128, un 44,91%. La diferencia fue sólo de 63.655 papeletas y 0,35 puntos.
El resultado del domingo abunda en una tendencia: el fin de las victorias holgadas. No sólo de los partidos, sino de los bloques. Aunque no ha vuelto a haber tanta igualdad como en el 77, sí es sencillo detectar, sobre todo a raíz del colapso del bipartidismo, una tendencia al empate técnico. En 2011 la derecha obtuvo 10.866.566 votos, el 45,25%; la izquierda, 10.151.668 votos, el 42,27%. La diferencia fue de 714.898 votos y sólo 2,98 puntos. Entonces pareció un margen estrecho, pero las posteriores citas han demostrado que no lo era. La ruptura del tablero político tradicional no sólo no ha acabado por inclinar la balanza a favor de un bloque, sino al contrario. Las fuerzas se han equilibrado todavía más. Las diferencias de 2016 (+0,88 a favor de la derecha) y abril de 2019 (+1,3 a favor de la izquierda) son las menores en unas generales desde la recuperación de la democracia, sólo por detrás de aquel empate casi absoluto de 1977. Y junto con los 1,2 puntos de distancia del 10N.
No siempre ha sido así: hasta en cinco ocasiones (1982, 1986, 1989, 1993 y 2004), la diferencia entre el apoyo electoral a los partidos de izquierdas y de derechas ha alcanzado o superado los 10 puntos, siempre a favor de las opciones progresistas. Las distancias entre izquierda y derecha eran mucho mayores en la fase de consolidación democrática. En 1982, con la primera mayoría absoluta de Felipe González, se produjo el mayor vapuleo en las urnas de un bloque al otro, tanto en diferencia de votos como en porcentaje. La izquierda obtuvo 3,6 millones de votos más que la derecha, 17,22 puntos más. Las distancias siguieron siendo significativas, siempre a favor de la izquierda, en los tres siguientes comicios, saldados con dos mayorías absolutas (1986 y 1989) y una mayoría simple (1993) de Felipe González. Las última superioridad de más de 10 puntos fue en 2004, con la primera victoria de José Luis Rodríguez Zapatero. Las victorias del bloque conservador han más estrechas.
He aquí la serie histórica:
– 1977: 63.655 votos y 0,35 puntos de diferencia a favor de la izquierda.
– 1979: 312.420 votos y 1,74 puntos de diferencia a favor de la izquierda.
– 1982: 3,6 millones de votos 17,22 puntos de diferencia a favor de la izquierda.
– 1986: 2,8 millones de votos y 14,3 puntos de diferencia a favor de la izquierda
– 1989: 3,3 millones de votos y 16,58 puntos a favor de la izquierda.
– 1993: 3,01 millones de votos y 12,89 puntos a favor de la izquierda
– 1996: 2,3 millones de votos y 9,54 puntos a favor de la izquierda.
– 2000: 1,02 millones de votos y 4,48 puntos a favor de la izquierda.
– 2004: 2,55 millones de votos y 10 puntos de diferencia a favor de la izquierda,
– 2008: 2,3 millones de votos y 9,27 puntos a favor de la izquierda.
– 2011: 714.898 votos y 2,98 puntos a favor de la derecha.
– 2015: 1,3 millones de votos más y 5,32 puntos de diferencia a favor de la izquierda.
– 2016: 209.748 votos y 0,88 puntos a favor de la derecha.
– Abril de 2019: 345.156 votos y 1,3 puntos a favor de diferencia a favor de la izquierda.
– Noviembre de 2019: 292.078 votos y 1,2 puntos de diferencia a favor de la izquierda.
5) El bipartidismo no levanta cabeza. PP y PSOE han obtenido 11.772.852 papeletas, el 48,82% del total. Esto supone 113.943 votos menos que en abril, cuando cosecharon 11.886.795, una pérdida del 0,95%. En porcentaje, no obstante, suben del 45,36% al 48,82%,dada la caída de la participación. En cualquier caso, PP y PSOE siguen por debajo del 50%, incluso tras una repetición electoral que, en teoría, debía impulsar la reagrupación de voto en torno a los líderes de cada bloque. Vista la serie electoral en perspectiva, las elecciones de 2011, las que ganó Mariano Rajoy con mayoría absoluta, son las últimas en las que puede hablarse de bipartidismo. Entre el PP y el PSOE sumaron el 73,39% del voto. Desde entonces han caído entre ambos 24,57 puntos.
6) Estas elecciones no marcan el suelo ni el techo de ninguno de los dos bloques. Ahora han obtenido 10,39 millones de votos la derecha, el 42,6%, y 10,68 millones la izquierda, el 43,86%. ¿Cuáles han sido los máximos y mínimos de cada bloque? Por arriba, el bloque progresista ha llegado a obtener más votos que el conservador: 12.682.526 la izquierda en 2008 frente a 11.325.029 la derecha en abril de 2019. En porcentaje, el máximo de la derecha fue en 2016, con un 46,62%; el de la izquierda, en 1982, con un 53,39%. Por abajo, el mínimo en votos de la izquierda se produjo en 1979: 8.135.219. En el campo conservador fue en 1989: 7.123.571 papeletas. Jamás ha caído el bloque progresista por debajo del 40% del total del voto a candidaturas. En cambio, el bloque conservador cayó por debajo del 40% en todas las elecciones entre 1982 y 1996, así como en 2004. Desde entonces, no le ha vuelto a ocurrir. El mínimo de la izquierda fue en 2000 (41,08%); el de su opuesto, en 1989 (35%). Aquellos desequilibrios quedaron atrás.
7) Los partidos nacionalistas-independentistas suben. En abril obtuvieron 2.384.950 votos, el 9,01%. Ahora, 2.415.602, el 9,91%. Su subida porcentual en voto, desde los 2,38 hasta los 2,41 millones de papeletas, es del 1,28%.
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En escaños suben de 32 a 36. El voto nacionalista-independentista es mayoritariamente a partidos que se proclaman de izquierdas. ERC (869.934), Bildu (276.519), las CUP (244.754) y BNG (119.597) suman 1.510.804, el 62,54% del total del voto independentista con representación o más de 30.000 votos. El resto es para Junts X Cat (527.375) y PNV (377.423), que totalizan 904.798
8) Los partidos autonomistas o regionalistas con representación o más de 30.000 votos bajan. Coalición Canaria (123.981, 2 diputados), Partido Regionalista Cántabro (68.580, 1 diputado) y Teruel Existe (19.696, 1 diputado) suman 212.257 votos, el 0,87%. Tras las últimas elecciones, fueron el 1,54% Hay una explicación metodológica [ver nota al final del texto]. Ahora Compromís, al presentarse con Más País, ha dejado de computar en este bloque. Ello determina el resultado global más que la la le subida del Partido Regionalista Cántabro, la bajada de Coalición Canaria y la irrupción de ¡Teruel Existe!