Encerrada en el baño de la Sutton Eva Baroja

Juan Carlos Monedero ha respondido a las noticias sobre las acusaciones de acoso sexual contra él diciendo que “cuanto todo se aclare” irá a los medios porque él tiene una ventaja que es que “no hay una persona y un personaje”, en alusión a la recordada retórica de la carta con la que su excompañero en la fundación de Podemos Iñigo Errejón se excusó de sus propias acusaciones de acoso sexual. Si miramos ese plano detalle, podríamos quedarnos sólo en la guerra fratricida entre Podemos y los partidos en los que se fue partiendo, pero el caso Monedero y el caso Errejón computan juntos como algo mucho más grande que eso.
Mientras preparaba esta columna, leí y escuché la idea flotante de que tuvo que llegar el 8 de marzo de 2018 para que muchos pudieran saber que algunos comportamientos estaban mal. Que culturalmente todo cambió ese 8 de marzo, al parecer, se cayó un telón de ignorancia por el que incluso gente ilustrada y politizada descubrió que algunas conductas comunes son inaceptables. Algunos, como presuntamente Errejón y Monedero, lo sabrían o lo descubrirían pero siguieron con sus consejos vendo que para mí no tengo.
Hoy, como en la semana de Errejón, se frotan las manos quienes no buscan sólo el descrédito de estos partidos sino el descrédito de los avances feministas que han contribuido a empujar
Esa es la parte grande de todo esto. El daño demoledor que hace la absoluta falta de coherencia entre los dichos y los presuntos hechos de algunos de los padres intelectuales de las formaciones que con más vehemencia y sin ambages han defendido que no hay peros ni medias tintas ni silencios posibles ante las denuncias de acoso sexual. Hoy, como en la semana de Errejón, se frotan las manos quienes no buscan sólo el descrédito de estos partidos sino el descrédito de los avances feministas que han contribuido a empujar.
La reacción de Podemos, del Podemos de Irene Montero y Ione Belarra, también está careciendo de coherencia, con el discurso bandera de la formación y, sobre todo, con los hechos que están desvelando los periodistas de varios medios, medios de derecha y de izquierda, como por supuesto tiene que ser. Lo que más desacredita cualquier causa y lo que más desacredita la política en general es que el público perciba que la vara de medir es diferente según quien sea el sujeto de la acción. El silencio del entorno es uno de los elementos fundamentales que posibilitan el acoso sexual, y eso no es algo nuevo que nadie haya descubierto de repente el 8 de marzo de 2018.
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