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Un PSOE-M renovado que ofrezca cambio y esperanza

Jorge Lozano Somovilla

Próximamente, el Partido Socialista de Madrid celebrará su Congreso Ordinario, momento donde se debe proceder a renovar el proyecto político, articular la línea estratégica y elegir a las personas que dirigirán el partido en el próximo periodo. El PSOE-M desde hace tiempo está experimentando un progresivo decaimiento como opción política preferida por la ciudadanía madrileña y en las convocatorias electorales de los últimos años ha quedado a considerable distancia del PP, por lo que es preciso un cambio de rumbo profundo.

Los militantes socialistas debemos acelerar la llegada de una nueva etapa que permita relanzar el proyecto socialista en Madrid y recuperar para el PSOE-M el protagonismo perdido en la sociedad, pero para hacer realidad estos objetivos hace falta clarividencia y una mejor precisión y comunicación del proyecto que ofrecemos, debemos cambiar nuestra forma de funcionar.

Si el PSOE-M persigue volver a ser referente de una ciudadanía que desea otra política y que padece tantos años de errática e indecente gestión de la derecha, tiene a su vez que renovarse, como tantas veces ha ocurrido ya en nuestra historia centenaria. Convertirse en la esperanza de cambio significa básicamente ser portadores de los anhelos de la mayoría social, una mayoría cansada de división y ruido, de fractura social y comportamientos poco ejemplares, ciudadanos que necesitan de la política para articular sus aspiraciones en actuaciones. No es la dimensión de los problemas lo preocupante, es la cortedad de la política aplicada lo que genera distancia.

Sin embargo, no se trata del simple cambio por el cambio, como si fuera un mero eslogan publicitario y hueco. Los movimientos sin dirección que se apoyan en tácticas cortoplacistas y meramente oportunistas solo producen trastornos y soluciones efímeras. No, se trata de cambiar nuestra forma de funcionar y relacionarnos con la ciudadanía, preservando los ideales por los que se nos reconoce. Solo transformándonos desde dentro y haciendo del PSOE de Madrid una organización más sólida, que cuente con los mejores y sea más flexible en sus formas de participación daremos el primer paso para ser alternativa de gobierno.

La primera tarea consiste en poner al PSOE de Madrid a punto, una organización que ha pasado por momentos muy dramáticos en los últimos años, interviniendo la Ejecutiva Federal dicha federación por una causa en la que el Tribunal de Cuentas no observó meses después responsabilidad penal o contable, dicha intervención produjo la destitución del anterior secretario general y la suspensión del funcionamiento de su órgano más representativo, algo inédito y de suma gravedad. Pero lo peor de todo fue el profundo desgarro interno que todo esto provocó, generando desafección interna y confusión externa, circunstancias que perviven y que han obstaculizado la actuación política.

Es imprescindible superar esta situación, que nunca se debe volver a repetir. Las nuevas personas que se hagan cargo del partido en Madrid deben fortalecer la organización, para ello se deben sumar nuevas energías, incorporando nuevos compañeros a la organización y dirección, trabajar por un proyecto de amplia base social, hacer de las agrupaciones un lugar vivo y con capacidad de plantear iniciativas y de profundizar fructíferamente el trabajo político en los distritos o municipios, desarrollar foros efectivos de discusión programática, establecer nuevos canales de participación más flexibles y accesibles y facilitar el acceso de todos los que quieran colaborar con nosotros. Al mismo tiempo se debe redoblar el trabajo en hacer una organización cada vez más coherente y respetuosa con sus normas y decisiones democráticas, velando los dirigentes por su cumplimiento y, por supuesto, desde la lealtad y compromiso con el proyecto de la Ejecutiva Federal, marcar un perfil propio del Partido en Madrid que se identifique con la sociedad que aspira a representar.

En materia programática, la lucha por la igualdad, el combate contra la injusticia, el afán modernizador e inclusivo en la construcción social, el trabajar por un mundo más justo y seguro, el fortalecimiento democrático de las instituciones y, desde luego, la imprescindible conjunción del progreso económico y el avance social. Todo ello sigue formando parte del ideario socialista y lo será siempre, siendo las señas de identidad de nuestro proyecto político.

No obstante, debemos ser conscientes que en cada coyuntura histórica corresponde a los socialistas de cada momento definir y adecuar los proyectos políticos que ofrecen a la sociedad a los retos y características de la sociedad que les toca vivir, siempre dentro de la fortaleza que dan los firmes anclajes de sus ideales y trayectoria histórica. Si no se actuará así, el PSOE dejaría de ser útil y su espacio lo ocuparían otros, como ha empezado a ocurrir. En consecuencia, junto a lo orgánico, es urgente conciliar mucho mejor que hasta ahora la oferta socialista con los anhelos de la sociedad, empatizar con ellos y darles forma política, en suma convertir la mayoría social en mayoría de cambio político.

La crisis y la gestión que de ella ha realizado la derecha ha dejado una sociedad, y Madrid es un ejemplo, más fracturada, con bajos salarios, trabajadores pobres, deterioro de las condiciones de vida de las clases medias y dificultades para el progreso social de amplias capas de la población, donde siguen existiendo muchas barreras infranqueables para la mujer, así como un déficit de atención a los más débiles y dependientes. Además todo ello coexiste con un deterioro de los servicios públicos esenciales para la comunidad, siendo la última demostración la reciente encuesta de Facua, donde se mostraba que dos de cada tres madrileños observa un deterioro significativo en la Sanidad Pública.

En Madrid, conviven un reducido grupo de ganadores de esta crisis con grandes segmentos sociales de perdedores, amplias franjas de la sociedad han visto descender su nivel de bienestar y además el empleo creado está siendo de baja calidad, con contratos en muchos casos que no superan la semana (el 26% del total, además en los últimos 5 años se ha pasado en España de una duración media de los contratos de 62 a 50 días), con sueldos significativamente bajos y precarias condiciones laborales. En definitiva, una sociedad más desigual, donde ha habido una ruptura del pacto social; en tanto no se restablezcan los parámetros anteriores a la crisis y la recuperación alcance a todos, no se puede hablar de fin de la crisis.

A pesar de ser una de las regiones españolas con mayor renta, Madrid se ha convertido en la última década en el área urbana, capital y corona metropolitana más segregada de Europa y en la segunda con mayor nivel de desigualdad social a nivel europeo, según los últimos estudios panaeuropeos. Otros estudios recientes sitúan a Madrid a la cabeza de la desigualdad en España y es la segunda comunidad, según el Instituto de Estudios Fiscales, donde menos redistribución de la renta se produce por los poderes públicos. Madrid es una región que genera riqueza y tiene un enorme potencial, pero no la reparte de forma equitativa, una comunidad fracturada socialmente, con una 21,7% de población en riesgo de pobreza o exclusión social en 2016 según tasa AROPE, índice que utiliza la UE. No es decente ni sostenible este modelo.

Madrid debe ser el referente del progreso tanto económico como social de España, defendiendo y practicando políticas en favor de la igualdad de las personas y territorios, además no teniendo identidad nacional debe ser protagonista en la construcción de un proyecto federal que permita el progreso armónico y solidario de todos los territorios de España, apostando decididamente por un modelo productivo basado en la formación y la cualificación, la innovación y la calidad de servicios públicos. No es de recibo que Madrid figure a la cola de gasto educativo en España, la mitad por alumno que el País Vasco. Si por algo debe destacar Madrid es precisamente por su sistema educativo y de formación, Madrid debe desplegar todo el potencial de talento, profesionalidad y buenas infraestructuras que posee y estar en la vanguardia de un nuevo modelo de desarrollo, que impulse a todo el país.

Es evidente que la sociedad ha cambiado mucho en poco tiempo, una nueva sociedad global emerge caracterizada por el cambio que imprimen las nuevas tecnologías, nuevas generaciones con otras preocupaciones y aspiraciones, relatividad en las distancias e información al instante, digitalización, robotización en los procesos productivos, pero también con inseguridades y nuevas formas de explotación y marginación. Todo esto está alterando nuestros esquemas productivos, sociales y en la propia idea de la representación política, afectando notablemente a cómo ven los ciudadanos a sus representantes, se está conformando un nuevo tipo de sociedad cuyos perfiles no están aún fijados. Los socialistas debemos comprender estos cambios, adelantarnos a ellos y darles una dirección inclusiva y progresista, para ello nuestra organización debe ser ágil y tener una dirección con mejor presencia en la sociedad.

El PSOE-M, debe ofrecer un proyecto de mayoría social que empatice y articule las aspiraciones ciudadanas y que ofrezca esperanza a todos los que quieren vivir en una sociedad de igualdades y oportunidades, para ello debe tener visión del momento histórico, hacer más visibles sus prioridades, tener audacia y solvencia en los planteamientos y contar con personas en las que la ciudadanía se identifique. Un partido que crea más en sí mismo, cuente con los mejores y que esté en dialogo con la sociedad, convirtiendo sus problemas en los nuestros, que se ponga en la piel de las personas, un partido con rumbo claro y reconocible, que identifique bien los problemas y plantee soluciones viables, con vocación de liderar el presente.

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No será sencillo, hay desconfianzas que vencer, el nuevo PSOE-M debe ofrecer oportunidades a todos y exigir responsabilidades de todos. Se puede y debe aspirar a transformar el PSOE-M para convertirse en el mejor instrumento que lidere políticamente la construcción de una sociedad que combine progreso económico con cohesión social y sea referente en España, para ello se necesita el compromiso colectivo, nadie es más fuerte que todos juntos persiguiendo una idea y un proyecto movilizador, desde las miríadas de la diversidad se puede lograr una unidad que fortalezca.

Como decía Willy Brandt, no nos pueden vencer las dificultades, solo la resignación. No ocurrirá si renovamos con decisión el PSOE-M y además articulamos con inteligencia y altura de miras un proyecto atractivo, solvente e identificado con la mayoría progresista, un proyecto que fortalezca nuestra sociedad democrática con un sentido profundo de la solidaridad, que ofrezca esperanza de cambio, para ello hay que poner el PSOE-M a punto, este es el trabajo que los socialistas tenemos por delante. ___________

*Jorge Lozano Somovilla es militante del PSOE-M.

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