9J | ELECCIONES EUROPEAS
La abstención, el fantasma que se lanzará a combatir la izquierda desde el arranque de la campaña del 9J
“La derecha está totalmente movilizada”. Este diagnóstico sale desde los cuarteles generales del PSOE y de Sumar a escasas horas de que arranque la campaña electoral para el 9 de junio. Y los partidos de izquierdas tienen que combatir un fantasma que amenaza a los comicios europeos: la abstención de parte del electorado progresista que se levantó del sofá el pasado 23 de julio para frenar a las derechas.
Las elecciones europeas tienen unos índices de participación por debajo de los que se dan en las generales. No suele superar el 50%, aunque en 2019 fue del 60,73% al coincidir con las municipales y en las europeas. En las de 2014 fue del 43,81% y en las de 2009 se situó en el 44,9%. Los registros fueron del 45,14% en 2004 y del 63,05% en 1999 (al coincidir otra vez con las locales).
En esta ocasión sólo se ponen las urnas europeas el 9 de junio por lo que no habrá ese tirón municipal. En las sedes electorales socialista y de Sumar se calcula que esa participación podría estar en torno a ese cincuenta por ciento, por lo que van a intentar una mayor movilización porque eso puede lastrar al voto progresista. “Tenemos que hacer que a la gente no le dé pereza, que no se vaya a la playa”, explica una de las personas de la plancha electoral del PSOE.
Objetivo: hacer calar la importancia del 9J
En el PSOE y en Sumar, según varias fuentes consultadas, ponen en primera línea que hay que hacer calar entre el electorado la importancia de lo que suponen los comicios continentales y se ahondará en la idea de que alrededor del 60% de las leyes emanan del Parlamento Europeo. Mucha pedagogía: no se trata de algo lejano y no se puede conformar el electorado de izquierdas con haber conseguido retener el Palacio de La Moncloa el pasado 23 de julio.
En el centro del debate van a poner tanto el PSOE como Sumar el horizonte de “amenaza real” del avance de las derechas en Europa con el PPE abriéndose a pactar con fuerzas de ultraderecha, algo que hasta ahora había evitado el grupo conservador pero que aparece como posibilidad incluso en la boca de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Esto supondría un cambio total en las alianzas que han dominado una UE que ha triangulado entre populares, socialdemócratas y liberales.
En el PSOE ponen como evidencia de esa amenaza la foto de este fin de semana en Madrid donde Santiago Abascal (Vox) hizo de anfitrión de una cumbre ultra en la que estaban Marine Le Pen o Javier Milei, además de recibir el apoyo vía mensaje de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Los socialistas confiesan que esas críticas contra España van a seguir por parte de los ultras porque representan el modelo contrario: “Somos la aldea gala”, indican fuentes de La Moncloa.
El PSOE ve a Feijóo "nervioso"
La lucha contra la ultraderecha será uno de los ejes principales de la campaña del PSOE durante estos quince días: “Los progresistas tenemos que poner pie en pared”. Confían en la dirección federal en que este choque con Milei sirva también para despertar a parte del electorado socialista. Además, vaticinan en la calle Ferraz que durante estas semanas Alberto Núñez Feijóo “se va a poner nervioso” ante la resistencia de Abascal y acabará con un discurso duro de tintes de ultraderecha como pasó en las elecciones catalanas con la migración.
En el cuartel general socialista ponen de relieve que quieren la máxima participación posible y consideran que su electorado está movilizándose especialmente después de los resultados en las elecciones vascas y catalanas. En virtud de sus sondeos pueden ganar los comicios y ven cómo se está reduciendo esa brecha con el PP. Además, esperan que la política internacional también despierte interés con decisiones como el reconocimiento del Estado Palestino el próximo martes en el Consejo de Ministros de la mano de países como Irlanda y Noruega. Todo, como indican fuentes socialistas, frente a un PP que no es claro sobre la cuestión: “El liderazgo de Feijóo es errático, se ve en este tema y que un día dice que vamos a pactar con Junts y otro con ERC en Cataluña”.
Sánchez, como la candidatura socialista en su conjunto, pondrá también sobre la mesa su denuncia sobre la “máquina de fango” de las derechas y la necesidad de defender la democracia ante la fábrica de bulos. Esta idea está siendo desarrollada con profundidad por el presidente estos días y fue un pilar de su comparecencia este miércoles en el Congreso con la promesa de tomar medidas concretas una vez pasen las elecciones del 9 de junio.
Pero, además, el presidente del Gobierno durante estos quince días va a dar un gran protagonismo en su discurso al tema económico, señalando los datos de empleo y de crecimiento a través de un modelo en el que se amplían derechos. Contrapondrá estas políticas frente al austericidio que dominó la Europa conservadora que pilotó la crisis económica de hace quince años.
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En Sumar también ponen mucho el acento en la necesidad de movilizar al electorado progresista y en ese cometido está inmersa la propia vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que participará en unos diez actos para arropar a su candidata, Estrella Galán. El partido pondrá esa lucha contra la derecha y la ultraderecha en el centro de sus argumentos en un momento en el que su cálculo está sobre un 52% respecto a la participación.
En Sumar aprietan con el mensaje de que la lucha contra la ultraderecha no debe quedarse en meras palabras, por lo que van a presionar en la campaña para que la coalición dé más pasos como la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Los de Díaz marcaron también perfil propio el pasado martes con su voto en contra de la ley contra el proxenetismo del PSOE calificándola de insuficiente. Pero, a pesar de estas diferencias, tanto los socialistas como los miembros de Sumar garantizan la cohesión total y la estabilidad de la coalición.
En Sumar subrayan que confían en una buena campaña para lograr implicar a los progresistas en una dura batalla también dentro de la izquierda con un PSOE intentando hincar el diente en su electorado y con la candidatura también de Podemos con Irene Montero al frente. Asimismo, el partido de Yolanda Díaz fomentará el lado ecologista de su discurso y las medidas laboristas como la reducción de la jornada laboral. Con otro obsesión compartida con el PSOE: movilizar el voto joven, al que quieren interpelar en su sentimiento europeísta y que fue clave para poder resistir en las pasadas elecciones generales.