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Inmaculada Nieto: "Hay que esmerarse en recuperar a mucha gente enfadada"

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Por Andalucía ha tenido un arranque que sería indulgente definir sólo como accidentado. El acuerdo entre Podemos e IU para cerrar la coalición –que incluye a Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde– se cerró el viernes tan tarde que el partido morado está legalmente fuera, por lo que ahora hay que buscar una "solución jurídica" para introducir a sus candidatos y darle acceso a fondos públicos. Tanto asunto pendiente dificulta marcar distancia con una crisis que ha dejado una herida de desconfianza. No es la mejor atmósfera para arrancar una campaña. Pero es la que le ha tocado a su candidata, Inmaculada Nieto (Algeciras, Cádiz, 1971), responsable de Política Institucional de IU, así como portavoz de Unidas Podemos la pasada legislatura, que sonríe y se arma de un discurso amable en la forma, contundente en el fondo, para sacar cuanto antes a la coalición del marco del enfrentamiento y la búsqueda de culpables y abrir paso a la crítica y la propuesta.

No va a ser fácil. Lo primero que hizo en la presentación de Por Andalucía el miércoles fue pedir "disculpas". Detrás la escuchaba Juan Antonio Delgado, el guardia civil y diputado que Podemos intentó situar como candidato, llevando la negociación al límite. Su presencia escenificaba la decisión de su partido de seguir adelante con la coalición, pese a que hay asuntos serios por cerrar. Justo tras la presentación, tuvo lugar la entrevista de infoLibre con Nieto, que afirma desconocer el detalle de lo ocurrido en la fatídica noche del viernes, en la que no estuvo en primera línea, y no estar encima de las negociaciones para dar el encaje a Podemos, que tienen su fecha límite en el lunes. Se muestra confiada, eso sí, en que no habrá sustos de última hora: "Espero que no. No".

¿Con qué estado de ánimo nace la coalición?

Con alivio. Porque los precedentes fueron de mucho estrés e incertidumbre.

Ha dicho que es un acuerdo "irreversible". ¿Cuando se hace irreversible? ¿El martes cuando Delgado (Podemos) confirma su asistencia a la presentación?

No, el acuerdo era irreversible el viernes, cuando se toma la decisión y decimos "vamos palante", pero quedó sepultado por el ruido sobre si habría posibilidad de materializarlo y en qué términos.

¿El que Podemos no se registrase a tiempo y la necesidad de buscar ahora una solución jurídica puede arruinar la campaña?

Creo que no. Hoy teníamos que ser autocríticos, por este desbarajuste. Por eso he querido disculparme, que es algo que en política se hace poco. Y también porque ha sido algo que hemos afeado al Gobierno de [Juan Manuel] Moreno Bonilla, encantando de conocerse todo el rato aunque hiciera cosas muy mal. A la gente no se la puede tratar como menor de edad. La gente sabe que esto no se ha hecho bien. Y creo que merecía la pena marcar un punto de inflexión. Ahora, si yo soy capaz de hacer las cosas bien, y de situar las cosas que importan en el centro, esa referencia quedará atrás. Va a depender de nosotras, de que dejemos de hablar de lo interno y de los líos y ofrezcamos una propuesta creíble –no milagrosa, creíble–, con rigor y seriedad.

¿Le preocupa el grado de implicación de la militancia de Podemos?

Me preocupa toda persona que se pudiera sentir concernida por la coalición o por la unidad y que estos días se haya alejado. Hay que reconectar, pero no sólo con la militancia de Podemos, con toda la ciudadanía. Si pusimos mayor empeño en llegar a un acuerdo es porque nos llegaba que la gente veía que era una opción factible para tener un gobierno de derechos y no de derechas. Entonces yo creo que ha habido mucha más gente enfadada o disgustada. Hay que esmerarse en recuperarla.

¿Qué le llega de la militancia de IU?

Había una convicción de que las cosas iban a acabar bien, porque el viernes lanzamos el mensaje de que había acuerdo político. Eso no quiere decir que hayan vivido en una tumbona lo que ha pasado estos días, para nada, pero sabían que la negociación estaba en buenas manos y el objetivo estaba claro.

¿La forma en que se han desarrollado los acontecimientos hace posible que este sea el primer hito del proyecto que quiere liderar en España Yolanda Díaz?

Creo que lo que tiene ella en la cabeza es un proceso de mayor envergadura y con una metodología distinta. Ella quiere empezar en lo social y luego vincularlo con las organizaciones. Aun así, yo creo que sí le ayuda este pacto, inédito porque no hay otro territorio en el que esa izquierda fragmentada se haya recompuesto. Su proceso es diferente, pero creo que esto le suma.

¿Cuenta con Díaz para la campaña?

Sí.

¿Con qué implicación?

Con la que le permita su endemoniada agenda. De hecho, aún no ha podido iniciar su propio proceso de escucha. Pero sí, va a estar. Va a ayudarnos con su presencia y su participación, igual que nos ayuda su referencia de buen gobierno. La reforma laboral nos da una percha de solvencia, de que somos gente capaz de gobernar muy bien.

Yolanda Díaz va a estar. Va a ayudarnos con su presencia y su participación, igual que nos ayuda su referencia de buen gobierno. La reforma laboral nos da una percha de solvencia, de que somos gente capaz de gobernar muy bien

¿Esa es la gran baza de esta candidatura? ¿La tarea del Gobierno?

No, porque esto es un proceso andaluz, pero sí nos da un anclaje de realidad. Estar en el Gobierno nos permite decir: "Igual que hemos hecho equis cosas allí, aquí –con las competencias y recursos que hay– se podrían hacer estas otras". Esto sí sirve. Pero, claro, hay que hacerlo en el contexto andaluz. Si no, la campaña va a ser un pimpampum entre defensores y detractores del Gobierno central, y de eso no va esta campaña, o no debería. Va de avanzar o de cronificar un modelo involucionista. Y no porque pueda entrar Vox, sino porque ya está el PP, que ya viene de hacer destrozos.

¿Qué destrozo ha hecho el PP en Andalucía?

El principal, con lo servicios públicos. Nunca la Junta ha tenido tanto dinero. La salida de esta crisis ha supuesto un giro de 180 grados con respecto a hace una década. Entonces se sacó dinero del sistema público de protección social, educación y sanidad y se enjuagó la deuda financiera, que nos acabamos quedando. Ahora es diferente, porque se dice: "Vamos a inyectar dinero para sostener el sistema y las empresas". Este Gobierno [andaluz] ha tenido dinero por castigo [en gran cantidad] y eso no se compadece con este debilitamiento de los servicios públicos.

La denuncia del deterioro de lo público ha sido su primera gran línea de oposición. La segunda, que se ha producido una "normalización" de Vox. Antonio Maíllo, anterior coordinador de IU, alertaba sobre los riesgos de advertir tanto sobre el peligro de la ultraderecha que al final...

...la banalización del mal.

Eso, que la gente terminara por verlo normal. ¿Ha gestionado bien Unidas Podemos en Andalucía la advertencia sobre Vox?

A grandes rasgos sí, porque hemos hecho una reflexión sobre la amplísima coincidencia económica de la extrema derecha y del PP. En lo social, es verdad que Vox verbaliza de manera más desinhibida cosas que anidan también en las filas del PP, pero recordemos que el PP ya estableció cuando no existía Vox que a una mujer que no tenga una pareja varón no hay que pagarle los tratamientos de fecundidad. Sí creo, y esto merecería una reflexión más serena, que no hemos sido suficientemente contundentes sobre las repercusiones que tiene el que haya consensos que se hayan volado, como la declaración institucional del 8 de marzo o del 25 de noviembre.

¿Se da la paradoja de que Vox, a pesar de pactar con el PP, acaba centrando a Moreno?

El presidente tiene un perfil amable porque otros le hacen el trabajo macara. Esto es muy antiguo, el poli bueno y el poli malo. Moreno Bonilla ha sido la guinda de los pasteles, pero el PP andaluz es cualquier cosa menos centrado. Por mucha educación que tenga Moreno, y yo se la agradezco, su agenda política es muy agresiva. Y la confrontación permanente con el Gobierno central, esa utilización de instituciones al servicio del avance demoscópico de su partido, es muy reprochable.

Moreno tiene un perfil amable porque otros le hacen el trabajo macara. Esto es muy antiguo, el poli bueno y el poli malo. Por mucha educación que tenga Moreno, y yo se la agradezco, su agenda política es muy agresiva

¿Asume que demoscópicamente a Moreno le ha salido bien? ¿Se cree las encuestas?

Tengo mis dudas. Sí creo que hay una tendencia para el PP mejor que hace tres años, cuando sacó el peor resultado de su historia. Pero tampoco se tenía que esmerar mucho.

Al margen de las encuestas, está en discusión si está habiendo un cambio más profundo en la sociedad andaluza, un cambio sociológico hacia el conservadurismo. ¿Usted lo detecta?

Yo digo una cosa: las personas somos gregarias y el sufrimiento disciplina. La pandemia tiene un impacto en lo político, porque a todos nos ha cambiado. Y sí, cuando tienes una incertidumbre, y no hemos tenido una incertidumbre mayor que esta, necesitas puerto de abrigo. Necesitamos certezas. No lo hemos valorado lo suficiente y no sabemos qué traducción va a tener. Quizás explique mayor tolerancia frente a cosas ante las que antes nos hubiéramos plantado. Lo que yo creo es que genera mayor certidumbre una política preocupada por las condiciones de vida y de trabajo que este Gobierno andaluz insumiso que dice: "No, aquí no se aplicará la Ley de Vivienda".

¿A qué aspira Por Andalucía? ¿Los 17 parlamentarios de Adelante Andalucía son una referencia?

No. Si te metes, te metes. Este es el mejor proyecto.

Las encuestas no van por ahí.

Bueno, también el Partido Socialista tenía [en 2018] unas encuestas que no abrían paso en ningún escenario al PP.

¿Hay margen para generar la atmósfera que necesita una campaña y sacarla del mal ambiente generado por la crisis en la formación de Por Andalucía?

El que haya, por pequeño que sea, tenemos que explorarlo entero. Tenemos que reivindicar la política y su utilidad. Si nos contagiamos de la parodia, de la caricatura, si metemos la cabeza en el ruido... ahí no hay nada que hacer. Soy una candidata que no sirve para eso, no tengo ese registro. Perdería la oportunidad de poner en la mesa lo que sí puede ayudarnos, que es la solvencia de un proyecto que necesita tanta calma para consolidarse como calma necesita la gente para vivir. Es que ya está bien de tanto ruido.

¿Qué dice de vuestro espacio político que haya habido hasta cinco independientes que hayan rechazado embarcarse como candidatos?

No de nuestro espacio político, habla del minuto y resultado en el que está el sistema político. No creo que hubiera muchas personas de otras ideologías, o de otras tendencias, que hoy entraran en una contienda electoral tal y como están las cosas. Es una pena. Pero ante esa agresividad [que hay en la política], a lo mejor una persona independiente se asoma, ve el lío y se le quitan las ganas.

Alguna de las personas contactadas me ha reconocido que sentía que no había garantía de que la alianza no saltase por los aires en unos meses.

(Sonríe) Las garantías y la política... No sé si es el ángulo correcto de analizar la decisión de meterse en política.

¿Por qué habiendo dos programas tan parecidos como los de Podemos e IU hay al final tantas dificultades para encontrarse en un proyecto común?

Porque los programas vienen acompañados de personas, la política para que fluya necesita de un espacio de confianza que hay que construir. Las personas son siempre importantes al final.

¿El acuerdo del viernes [que detalla repartos de listas y recursos económicos] no da la razón a los que dicen que se pelean por los puestos?

No. Eso es una simplificación interesada. Todo siempre es más complejo. Y líos para hacer las candidaturas hay siempre, en todos los partidos y aunque vayan solos [sin coalición]. Esto no es un momento inaugural en las crisis políticas. Esto no es algo que en otras casas políticas no genere tensiones, no es verdad. También hay que romper eso. La política es muy compleja y tiene mucha tramoya. Hombre, si la vives al minuto y con todo el foco mediático la complicas tremendamente. La gente se pone más nerviosa y todo tiene más dificultad. La pugna por los puestos tiene que ver mucho con la gente que va a optar a los puestos, y esas tensiones habrá quien no las quiera reconocer, pero atraviesan a todos los partidos.

¿Pelearnos por los puestos? Eso es una simplificación interesada. Todo siempre es más complejo. Y líos para hacer las candidaturas hay siempre, en todos los partidos y aunque vayan solos

¿Veremos un mitin o acto de campaña con usted, Yolanda Díaz, Ione Belarra e Íñigo Errejón?

(Sonríe) Fíjate, estaría bien, si no se come lo que digamos de Andalucía, si no lo acapara todo el morbo de si se han saludado de cerca o de lejos o se sentó no sé quién al lado de no sé quién y se oculta lo que nos parece nuestra mayor fortaleza y potencia, que es hablarle a la gente de sus cosas. Va a haber que medir eso, porque como nos pasemos de morbo nos vamos a hacer daño. Necesitamos hablar de Andalucía y de las cuestiones que le interesan a la gente, sobre las que creemos razonablemente que tomaremos decisiones con mayor acierto que el Gobierno actual. El que compañeros de fuera nos arropen siempre será bienvenido, pero que no opaque.

¿Le gustaría, en cualquier caso? ¿Le parecería positivo?

Pero no imprescindible.

No, imprescindible creo que no es. Pero vaya, lo que abunda no daña.

Su espacio político siempre ha tenido una relación ambivalente con el PSOE. ¿Representa Juan Espadas el tipo de PSOE con el que se puede entender Por Andalucía?

No lo conozco mucho. Es accesible. Es como lo que hablábamos antes de Moreno Bonilla, que también es accesible. Pero aquí lo que mandan son las prioridades del programa y para qué se hacen las cosas. Si ese escenario se diera y nuestra gente decidiera como decidió en Madrid que fuésemos para dentro [del Gobierno], habría que hablar de para hacer qué cosas.

¿Usted mete al PSOE en el mismo saco que el PP y Vox a la hora de hacer campaña en...?

No [en mitad de la pregunta]. No voy a perder ni un minuto en mirar para los lados. El objetivo es hacer ver a la ciudadanía que el Gobierno actual no puede reeditarse, ni en esta fórmula ni en otra tan mala o peor. Eso excluye de nuestros mensajes a quienes estén en el mismo objetivo. Sería una torpeza.

¿Está cerrada la herida de la ruptura traumática con el PSOE de 2015?

Como decía mi madre, el PSOE en el pecado llevó la penitencia...

¿Cree que el PSOE al romper con IU y pactar luego con Ciudadanos empezó a perder el poder?

Como en Matrix, tenía las dos píldoras y cogió la del color equivocado. Se equivocó.

Desde que IU entra a gobernar con el PSOE en 2012 hasta ahora, diez años después, ¿qué ha aprendido su formación política? ¿En qué ha cambiado?

Hemos cambiado mucho. Hemos asentado nuestra teoría de la refundación de la izquierda, la hemos vivido con sus luces y sus sombras. Hemos aprendido y asumido que hay nuevas formas de participar en política, de conducirse en términos sociales, de querer ser representado... Asumimos bien que la interlocución que la gente quería desde esa izquierda impugnatoria no era exclusivamente la que podíamos ofrecerle nosotros, y aprendimos que esto era un bloque y que nuestro objetivo histórico al verlo con perspectiva era que efectivamente hubiera un bloque, por lo que había que coser ahí para que las políticas de transformación social no perdieran espacio por creernos que éramos los únicos que las pueden hacer.

¿La candidatura de Adelante le puede quitar barniz andalucista a Por Andalucía? ¿Puede ser un competidor electoral que reste fuerza por ese flanco?

Hay dos elementos diferenciadores. El primero es que el modelo de la CUP andaluza no casa con el modelo de país que tenemos.

¿Así ven a Adelante Andalucía, como una CUP andaluza?

(Asiente) Y nosotros, si hay que gobernar, se gobierna. Si nuestra gente nos dice "a gobernar", se gobierna. Eso significa gestionar contradicciones y saber que no todo lo que quieres hacer se puede hacer a no ser que saques mayoría absoluta.

Mirando al conjunto de España, ¿sale el espacio Unidas Podemos herido de esta crisis?

Espero que no, creo que no. Si ha habido atisbos, se están reconduciendo. Pero hay que tener cuidado, es muy complicado construir y muy fácil destruir, sobre todo cuando la gente que tiene que dar los pasos correctos está sometida a mucha presión, foco público y tensiones.

Creo que Unidas Podemos no sale herido. Pero hay que tener cuidado, es muy complicado construir y muy fácil destruir, sobre todo cuando la gente que tiene que dar los pasos correctos está sometida a mucha presión

¿Estuvo en riesgo el Gobierno?

No. Creo que yo que hay otros elementos que son de más calado que este, como las escuchas, u otros en los que hay que gestionar ángulos de visión difíciles de conciliar bajo el foco mediático. Lo que pasa es que hemos llegado antes a un gobierno de coalición que a asentar en la cultura democrática que un gobierno de coalición no se pone de acuerdo a la primera en todo, y que a lo mejor a veces no se pone de acuerdo. Hemos llegado antes a los hechos que a las consideraciones.

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Estará acompasado con los tiempos legales. Queda presentar las candidaturas [el plazo termina el lunes]. Irá todo acompasado.

¿No hay margen para sustos y acuerdos de ultima hora?

Espero que no. No, ya está todo.

Por Andalucía ha tenido un arranque que sería indulgente definir sólo como accidentado. El acuerdo entre Podemos e IU para cerrar la coalición –que incluye a Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde– se cerró el viernes tan tarde que el partido morado está legalmente fuera, por lo que ahora hay que buscar una "solución jurídica" para introducir a sus candidatos y darle acceso a fondos públicos. Tanto asunto pendiente dificulta marcar distancia con una crisis que ha dejado una herida de desconfianza. No es la mejor atmósfera para arrancar una campaña. Pero es la que le ha tocado a su candidata, Inmaculada Nieto (Algeciras, Cádiz, 1971), responsable de Política Institucional de IU, así como portavoz de Unidas Podemos la pasada legislatura, que sonríe y se arma de un discurso amable en la forma, contundente en el fondo, para sacar cuanto antes a la coalición del marco del enfrentamiento y la búsqueda de culpables y abrir paso a la crítica y la propuesta.

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