El Gobierno de la Comunidad de Madrid ya tiene listo su proyecto de presupuestos para 2022, el primero desde que Isabel Díaz Ayuso entró en la Puerta del Sol hace algo más de dos años. Se trata de unas cuentas públicas, aún pendientes de la extrema derecha, que superan los 23.000 millones de euros –22.000 millones de euros sin tener en cuenta los fondos comunitarios–. Y en las que más de seis de cada diez euros están destinados en exclusiva a Educación y Sanidad, donde el Ejecutivo regional se marca como "prioridad" la Atención Primaria. Es cierto que el dinero dedicado a la considerada como puerta de entrada al sistema sanitario aumenta respecto a 2019. Sin embargo, su crecimiento es el más reducido de entre todas las principales partidas sanitarias. De hecho, la proporción que representa este concepto respecto al gasto total en salud retrocede un punto en comparación con la de las últimas cuentas presentadas antes del estallido de la pandemia.
Con la crisis del coronavirus todavía presente, el Gobierno de Ayuso ha decidido poner sobre la mesa para el próximo ejercicio 8.783,8 millones de euros para sanidad, área que se queda con el 38,6% del presupuesto y que experimenta un crecimiento de 693 millones en comparación con las últimas cuentas públicas aprobadas en la región. Una cifra que, sin embargo, es insuficiente para los sindicatos. "El incremento previsto queda muy por debajo de lo que necesitamos. El gasto en sanidad roza el 4% del PIB, cuando la media del gasto sanitario de las comunidades autónomas se sitúa entre el 5% y el 6%", apuntan fuentes de CCOO, que afean que "el incremento" en la materia, del 8,6%, se sitúe por debajo del aumento global del 14,8% que experimentan las cuentas públicas. Y todo ello, completan desde el sindicato, "a pesar de los estragos causados por la pandemia".
Todas las partidas sanitarias experimentan un aumento respecto a las de 2019. Sin embargo, algunas mucho más que otras. Así, a pesar de marcarse como una "prioridad" para el Ejecutivo regional, el desembolso para Primaria es el que menos crece respecto a hace un par de años, a pesar de haber sido uno de los pilares fundamentales en la lucha contra la pandemia. Así, y a falta de conocer las cuentas públicas en profundidad, el Gobierno de Ayuso sitúa el presupuesto para el próximo ejercicio del nivel inicial de atención sanitaria en los 2.055,9 millones de euros, 76,6 millones más que en 2019. Esto supone un crecimiento del 3,9%, frente a los aumentos del 61,9% para Salud Pública, 31,6% para "Planificación, Investigación y Formación", 9,8% para Atención Hospitalaria y 5,4% para el Summa 112.
Con estas cifras sobre la mesa, la partida destinada a Atención Primaria pierde peso respecto a 2019. Hace un par de años, el Ejecutivo regional asignó a este concepto 1.979,1 millones de un desembolso total en materia sanitaria de 8.090,7 millones. Es decir, la denominada puerta de entrada al sistema de salud representaba entonces el 24,46% del gasto sanitario. Ahora, sin embargo, esa proporción retrocede hasta el 23,4%, según los datos aportados por la administración madrileña tras el Consejo de Gobierno en el que se ha dado luz verde al proyecto de presupuestos, que será registrado este jueves en la Asamblea de Madrid para arrancar su tramitación parlamentaria.
Los principales sindicatos del sector, que esta semana amenazaron con movilizaciones si el Gobierno de Ayuso no mejoraba la financiación de este nivel asistencial y lo dotaba de más profesionales, consideran "manifiestamente insuficiente" la partida. "A cierre de 2019, el gasto real en Primaria, no el presupuestado, se situó en los 2.193 millones de euros, mientras que a cierre de 2020 fue de 2.292 millones de euros. Por tanto, la cantidad de 2.055 millones que ahora se pone sobre la mesa es, en realidad, un retroceso. Lo presupuestado está muy por debajo del gasto real", opina Julián Ezquerra, médico de familia y secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts). "No se ajusta a las necesidades que tiene la Atención Primaria", coincide Julián Ordoñez, secretario de Sanidad de UGT Madrid.
Atención a mayores, recorte en Telemadrid y bajada de impuestos
De todas las secciones, es Políticas de Empleo la que más aumenta de cara a 2022 –un 42,7%–, seguida de Cultura (41%), Economía (28,8%) y Transportes (20,8%). Sin embargo, son Sanidad y Educación las que representan un mayor peso en las cuentas públicas –más de seis de cada diez euros–. En materia educativa, la partida se sitúa en 5.723 millones de euros, un incremento del 16,4% –806,7 millones– respecto al ejercicio de 2019. Algo más pronunciada es, sin embargo, la subida en Políticas Sociales: 2.190,3 millones de euros, un incremento del 19,2%. Suben de forma considerable partidas como la de lucha contra la exclusión social o familia y menor. Las que menos, en términos porcentuales, juventud y atención a personas mayores, a la que se destinarán 603,5 millones de euros.
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Las cuentas públicas también consuman un tijeretazo en el dinero público que recibe Telemadrid, tal y como el PP acordó con Vox para que la extrema derecha permitiese la ratificación de José Antonio Sánchez como nuevo administrador provisional de la radiotelevisión autonómica. Es más, es algo que ha querido destacar el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty. "Quiero destacar que la Comunidad de Madrid en los presupuestos disminuye su aportación al presupuesto de Telemadrid. El anterior era de 74,7 millones de euros, y ahora bajará a 67,3 millones de euros. El 10% que habíamos comprometido", apuntó en rueda de prensa. Es cierto que en el cuadro-resumen se recogen 82 millones del ente en 2022. Sin embargo, esa cifra es el resultado de sumar a los 67,3 millones lo que se espera obtener en publicidad.
"Al mismo tiempo, vamos a mantener durante el año próximo la defensa de nuestra autonomía financiera para tener los impuestos más bajos de toda España", ha señalado Lasquetty. En este sentido, el consejero de Hacienda ha anunciado que la próxima semana el Consejo de Gobierno dará luz verde a la bajada de medio punto en cada uno de los tramos de la parte autonómica del IRPF y a la ley que "suprime los impuestos propios" de la Comunidad de Madrid. "La previsión es que la tramitación se haga en paralelo a la ley de presupuestos y que las dos cuestiones entren en vigor en 2022", han explicado desde el Ejecutivo regional. Para el próximo ejercicio, se prevé que la recaudación de los impuestos directos se sitúe en los 13.726,4 millones de euros, mientras que la de los tributos indirectos se sitúe en los 9.772,7 millones de euros.
Las cuentas públicas se registrarán este jueves en la Asamblea de Madrid, donde iniciarán un trámite parlamentario de dos meses que culminará, previsiblemente, a finales de diciembre. Sin embargo, todavía no cuentan con el beneplácito de Vox, cuyos votos son clave a la hora de que los presupuestos salgan adelante –a Ayuso le vale con el voto favorable o, al menos, con la abstención de cuatro de sus diputados–. La formación de ultraderecha exige la gratuidad de la educación de cero a tres años, bachillerato y formación profesional, además de la derogación de las leyes LGTBI y la aprobación de la ley de igualdad que acaba de registrar en la Asamblea. El Gobierno, por su parte, mantiene que solo está abierto a tocar algunos artículos de las normas –no a derogarlas– y a estudiar algunas fórmulas en relación a la gratuidad. Las negociaciones, que llevan abiertas semanas, continuarán.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ya tiene listo su proyecto de presupuestos para 2022, el primero desde que Isabel Díaz Ayuso entró en la Puerta del Sol hace algo más de dos años. Se trata de unas cuentas públicas, aún pendientes de la extrema derecha, que superan los 23.000 millones de euros –22.000 millones de euros sin tener en cuenta los fondos comunitarios–. Y en las que más de seis de cada diez euros están destinados en exclusiva a Educación y Sanidad, donde el Ejecutivo regional se marca como "prioridad" la Atención Primaria. Es cierto que el dinero dedicado a la considerada como puerta de entrada al sistema sanitario aumenta respecto a 2019. Sin embargo, su crecimiento es el más reducido de entre todas las principales partidas sanitarias. De hecho, la proporción que representa este concepto respecto al gasto total en salud retrocede un punto en comparación con la de las últimas cuentas presentadas antes del estallido de la pandemia.