Libertad religiosa
Ateos confesos: entre la discriminación y la pena de muerte
Un estudio de la Unión Internacional Humanista y Ética –una organización que aglutina grupos ateos y secularistas de todo el mundo–, revela que en el 16% de los países analizados –un total de 198–, se produce una grave violación de los derechos de aquellas personas que se declaran ateas, agnósticas, humanistas, libreprensadoras o, simplemente, no religiosas.
El informe, publicado en diciembre pasado y titulado Freedom of Thought (Libertad de Pensamiento), recoge y analiza la situación de los derechos y el trato que reciben por parte de los Gobiernos quienes no profesan religión alguna. Para ello, los responsables del estudio dividieron a las distintas naciones en cinco categorías: países en los que se producen graves violaciones contra la libertad de pensamiento y la no religión; países en los que quienes no profesan ninguna confesión sufren una severa dicriminación; Estados que ejercen un sistema discriminatorio hacia los ateos, aunque más leve; países cuya relación entre las legislaciones intitucionales y el derecho al libreprensamiento es satisfactoria; y, por último, aquellos que cuentan con una igualdad entre creyentes y no creyentes, que se reducen a nueve países.
Para dirimir la situación de cada país, el estudio tiene en cuenta hasta cinco factores: cuestiones sistémicas generales, el grado de libertad de pensamiento y de religión, la eduación, la existencia de ciertos tipos de comunidades y hasta de tribunales religiosos y el nivel de promoción de valores humanistas. Con estos datos trataron de perfilar el grado de influencia religiosa en las instituciones de cada país. Si bien era algo predecible, el estudio señala que los peores registros en cuanto a libertad de pensamiento y religión se producen, por lo general, en Estados donde apenas se respetan los derechos humanos.
Así, el informe recoge hasta 32 países en los que se producen graves violaciones contra la libertad de pensamiento y religión, repartidos entre África, Oriente Medio y Asia. De este modo, 12 de ellos se localizan en el continente africano –donde destacan Egipto, Libia, Marruecos o Nigeria, todos de mayoría musulmana– y otros 10 se engloban en Oriente Próximo, como Yemen, Arabia Saudí, Siria, Qatar, Pakistán o Irak. También se encuentran en este grupo países asiáticos como China, Corea del Norte, Indonesia o Malasia. Por su parte, entre los mejor valorados, donde sólo figuran nueve, se encuentran Sierra Leona, Taiwán, Estonia, Kosovo, Bélgica, Países Bajos, las islas Fiji y las islas de la Micronesia Kiribati y Nauru.
Cabe señalar que en un gran número de países, el informe carece de suficiente información sobre asuntos tan cruciales como la libertad de pensamiento o religión o la situación en ámbitos como la educación o información sobre las comunidades religiosas del país. Así, en países como Cuba –situado en el grupo de sistemas discriminatorios– o Taiwán, el estudio únicamente cuenta con uno de los cinco factores que se deben tener en cuenta para situar a los países en un nivel u otro.
Repudiados, arrestados, asesinados...
El informe ejemplifica, asimismo, casos individuales de violación contra la libertad de religión y de expresión. Es el caso de Ahmad Al-Harkan, un ateo y activista egipcio cuyo arresto, en octubre de 2014, se vinculó a una denuncia presentada por varios académicos por sus apariciones en medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, en las que discutía sobre el ateísmo y el derecho a que este pudiera ser expresado con libertad.
También recuerda la situación del blogero y activista saudí Raif Badawi, sentenciado a 10 años de cárcel y 1.000 latigazos por "insultar al islam" y que actualmente podría enfrentarse a la pena de muerte. El informe tacha a Arabia Saudí de ser un país donde se ejerce una "completa tiranía" que "se opone a toda libertad de pensamiento, expresión y religión".
Hace un mes, el Gobiernio saudí se defendía de las críticas de la comunidad internacional por la situación de los derechos humanos en el país tras la condena a Badawi argumentando su "intensa sorpresa" y "consternación" por las informaciones vertidas en los medios de comunicación ante el caso del bloguero y aseguraba que los tribunales saudíes son "independientes" y que la Constitución del país "asegura la protección de los derechos humanos", al estar basada en la sharia o islámica.
Cabe señalar que el país se rige por la escuela saudí del wahabismo, una corriente dentro del sunismo que da el control del sistema judicial a los clérigos y que cuenta con una ley que equiparaba el "ateísmo" con el "terrorismo".
Marruecos tampoco se queda atrás. El ateo marroquí Kacem El Ghazali todavía se encontraba en el instituto cuando creó un blog secularista anónimo en 2010 por el que fue amenazado por apostasía y blasfemia. Tras varias apariciones en medios internacionales, el director de la escuela acusó a El Ghazali de ser un agitador en contra de la fe musulmana. El imán de su comunidad lanzó acusasiones contra él e incluso su familia dejó de hablarle. Tras permanecer varios años en la clandestinidad, el joven obtuvo asilo en Suiza. Actualmente es representante de la Unión Internacional Humanista y Ética en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
En esta línea, el pasado mes de febrero, el bloguero bangladeshí Avijit Roy, conocido por su defensa del ateísmo y la ciencia, fue asesinado a puñaladas en plena calle. Roy paseaba con su mujer, Rafida Bonya Ahmed, por Dacca después de haber presentado un libro en la universidad cuando fueron atacados a puñaladas por unos desconocidos. La Policía barajó la hipótesis de que fuera asesinado por extremistas religiosos. Su mujer aseguraba hace unas semanas que seguirá defendiendo las causas que promovía su marido.
... y condenados a muerte
El estudio recala la existencia de leyes que "niegan el derecho a existir" de los ateos y que en ciertos países se pretende "revocar sus derechos como ciudadanos –como el poder contraer matrimonio–, "obstruir su acceso a la educación pública, prohibirles ejercer cargos públicos o que trabajen para el Estado o incluso criminalizar la expresión de sus ideas". En el peor de los casos, los actores estatales tienen la potestad de ordenar su ejecución por renunciar a la religión que predomina en el país.
Así, de los países que analiza el informe, en 12 de ellos sus códigos penales recogen sentencias de muerte por apostasía y otros 13 por blasfemia, siendo sentenciados por "expresar el ateísmo".
En este sentido, atendiendo a una encuesta del centro de estudios estadounidense Pew Research Centre, un 84% de los musulmanes en Egipto, un 86% en Jordania, un 51% en Nigeria y un 30% en Indonesia apoyaban en 2010 la pena de muerte para los apóstatas.
La lista de países que contemplan la pena de muerte no ha variado con respecto a 2013 y abarca varios continentes. Entre estos países se encuentran Somalia, Sudán, Mauritania, Nigeria, Afganistán, Irán, Maldivas, Pakistán, Malasia, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Yemen.
Pero, más allá de las penas de muerte, los autores del informe también señalan un aumento de lo que llaman "campañas de odio". En esta línea, detallan que los discursos del odio provienen cada vez más de líderes políticos, incluso de jefes de Estado.
España, sistema discriminatorio
Según el informe, España se encuentra entre los países con un sistema discriminatorio. Y es que el estudio destaca que en nuestro país se privilegia las instituciones religiosas católicas por parte del Estado: se financia a dichas instituciones y estas, además, están exentas de pagar impuestos. En el ámbito educativo, el informe destaca el destino de fondos estatales a centros de ámbito religioso
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Cabe recordar, del mismo modo, que la Conferencia Episcopal Española presentó el pasado mes de febrero un nuevo currículo de Religión Católica para enseñar "la realidad del cristianismo" sin "catequizar". El currículo, publicado el 24 de febrero en el BOE, evalúa, entre otros contenidos, el conocimiento de las formas de comunicarse con Dios. Así, en Primaria, los alumnos de religión estudiarán a Dios como "padre de la humanidad que quiere nuestra felicidad".
Para Bachillerato, donde la religión no es de oferta obligatoria, la Conferencia Episcopal propone un currículo en relación con "la cultura, el conocimiento y la situación actual". Así, los alumnos estudiarán las respuestas de sentido que ofrece el ateísmo, agnosticismo o laicismo frente a las que dan las religiones. De este modo, los alumnos serán evaluados por su capacidad para "proponer proyectos o soluciones que podrían llevarse a cabo en las políticas nacionales o internacionales para hacer el mundo más humano". Asimismo, estudirán la economía a la luz de la doctrina eclesial.
Según un informe de la organización Win Gallup International, en 2012, la mitad de la población española, el 52%, se declaraba abiertamente religiosa, frente al 38% que se decía no ser eligiosa y un 9% que afirmaba convencidamente su ateísmo.