Barómetro del CIS
El CIS coloca al PSOE diez puntos por encima de un PP que apenas se ve impulsado por el 'efecto Casado'
El PSOE no solo no pierde fuelle tras tres meses en el Gobierno, sino que seguiría manteniéndose como primera fuerza política si mañana se celebraran elecciones. Así al menos lo concluye el barómetro del CIS del mes de septiembre, el segundo desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa y el primero que recoge la elección de Pablo Casado como presidente del PP. Según el sondeo, el PSOE reuniría un 30,5% de los votos, mientras el PP recuperaría la segunda posición con el 20,8%, Ciudadanos caería hasta la tercera con el 19,6% y Unidos Podemos se mantendría cuarto con un 16,1% de los sufragios.
El trabajo de campo para el sondeo fue realizado entre el 1 y el 11 de septiembre, por lo que recoge el efecto de la polémica desatada por el escándalo del máster de la exministra Carmen Montón, pero no el de su dimisión, que se produjo el mismo día 11. Asimismo, el barómetro tampoco incluye los efectos de la polémica de la tesis doctoral de Pedro Sánchez, ni los relativos a los audios de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con el comisario Villarejo.
En el anterior barómetro con intención de voto, hecho público a principios de agosto y con datos de julio, los socialistas se dispararon tras su llegada al Gobierno hasta colocarse en cabeza con un 29,9% de intención de voto, su mejor resultado desde enero de 2013. No obstante, los tres meses de Sánchez en el Gobierno no desgastarían –siempre según el CIS– al PSOE, que mejora en seis décimas su intención de voto. El PP, por el contrario, se descalabró cayendo hasta la segunda posición con un 20,4% –su peor resultado de la serie histórica– empatado con Ciudadanos, y en el barómetro de septiembre mejora apenas cuatro décimas, lo que le permite mantenerse en segunda posición por la caída de Ciudadanos.
El partido naranja es el más perjudicado de la encuesta, ya que pasa del 20,4% a un 19,6% y se convierte en el único partido de los cuatro grandes que pierde porcentaje de intención de voto con respecto al anterior barómetro, que ya reflejó un parón en el ascenso que sostenía desde hacía un año. Unidos Podemos, por su parte, recupera algo del terreno perdido en julio, cuando se desplomó perdiendo cuatro puntos y registrando un 15,6% de intención de voto: la coalición morada y sus confluencias sumarían ahora un 16,1% de los sufragios, aún lejos de su resultado en las elecciones y de las estimaciones que registraban en las encuestas antes de la llegada de Sánchez al poder.
Con estos datos, la izquierda reforzaría su hegemonía electoral. En el anterior barómetro de julio, la suma de PSOE y Unidos Podemos alcanzaba el 45,5%, por el 40,8% que sumaban entonces PP y Ciudadanos. Ahora, los dos partidos principales de la izquierda reúnen una intención de voto equivalente al 46,6% de los sufragios, mientras sus competidores por la derecha se quedarían en apenas un 40,4%.
En cuanto a los principales líderes políticos, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, repite como el dirigente peor valorado, con una media de 3,07. En el extremo contrario se encuentra Sánchez, que es el líder político mejor considerado y recibe una calificación media de 4,11, seguido del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, con un 3,93. El coordinador federal de IU, Alberto Garzón, recibe un 3,79 de los encuestados, y Pablo Casado se queda con un 3,56.
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Además, el CIS ha incluido en este barómetro preguntas que no formula habitualmente relativas a la satisfacción de los encuestados con la democracia y la Constitución. El sondeo refleja que el 47,3% de los ciudadanos se muestra muy o bastante satisfecho con la Carta Magna, pero también que casi el 70% de los encuestados (concretamente el 69,6%) cree que debe sufrir una reforma. De ese porcentaje, casi la mitad cree que la modificación de la Constitución debería ser "importante", por un 33,2% que apuesta por cambios menores y un 14% que quiere una reforma "casi total".
Entre quienes piensan que son necesarios cambios en la Constitución la prioridad es mejorar "la coordinación de competencias en educación y sanidad". Un 32,4% de estos ciudadanos abogan por que la reforma constitucional tenga este propósito, por el 28,9% que piensa que se debe "incrementar la transparencia y el control de la actividad política" y el 22,7% que cree que la Carta Magna debería "mejorar la protección de los derechos sociales".
Por otra parte, una inmensa mayoría de los encuestados (el 85%) opina que la democracia es "preferible a cualquier otra forma de gobierno". Pero que la mayoría de los españoles sea demócrata no implica que los ciudadanos estén satisfechos con el funcionamiento de la democracia española: apenas un 4,6% se declara "muy satisfecho", por un 38% que está "bastante" contento con su funcionamiento. La mayor parte de los encuestados, el 42,5%, dicen estar "poco satisfechos" con la democracia en España, mientras el 12,3% no está "nada" contento.