Aunque no tocaba hasta la primavera del año que viene, la ciudadanía de Castilla y León tiene este domingo una cita con las urnas que acapara toda la atención política del panorama nacional. Su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, decidió disolver las Cortes y convocar elecciones en mitad de la legislatura. Con las encuestas marcando una tendencia a la baja, los populares se juegan sobre el territorio validar un poder que ostentan desde hace 35 años. Pero las elecciones en Castilla y León son también una prueba de fuego para Pablo Casado y para el equilibrio de fuerzas en la derecha con la duda que planea toda la campaña sobre si será o no la primera vez que Vox logre formar parte de un Gobierno.
1: ¿Por qué hay elecciones?
Algunos sondeos de los últimos días señalan precisamente a esta pregunta como uno de los mayores lastres que arrastra el presidente en funciones y candidato del PP: no haber sabido explicar razones sólidas que sustenten la ruptura de un Gobierno que parecía estable. En su día, Alfonso Fernández Mañueco llegó a hablar de "la traición” de Ciudadanos y de la sombra de una posible moción de censura que aliara a los naranjas con el PSOE y con Unidas Podemos para desalojar a los populares del sillón de mando. Un argumento que casi nadie llegó a creer porque, de hecho, Ciudadanos ya rechazó esa moción de censura, presentada por los socialistas al mismo tiempo que la de Murcia.
En la opinión pública sí ha calado, sin embargo, la idea de que la convocatoria adelantada tiene más que ver con la propia agenda de intereses del Partido Popular. En clave autonómica, a los populares se les presenta una primavera complicada en los juzgados a cuenta de varias investigaciones sobre tramas de corrupción. En clave estatal, Pablo Casado llevaba tiempo reclamando de puertas hacia adentro que alguno de sus barones territoriales apretase el botón para propiciar el inicio de un ciclo electoral de victorias del PP que acabasen impulsando su propia trayectoria hacia las generales.
2: ¿Qué preocupa en el PP?
Una de las principales preocupaciones del PP a tenor de lo que reflejan los sondeos es una baja participación propiciada precisamente por la incomprensión ciudadana respecto a los motivos del adelanto electoral. Hay quien concluye que un desplome de la movilización podría afectar principalmente al partido en el Gobierno, responsable del adelanto, con el desgaste de 35 años de poder y con un candidato que no despierta pasiones entre el electorado conservador.
Todos los análisis políticos de esta convocatoria electoral concluyen en una misma hipótesis: el gran interés de Pablo Casado es demostrar que el PP también puede conseguir amplias mayorías más allá de Isabel Díaz Ayuso. El objetivo de Génova es iniciar en Castilla y León todo un reguero de aplastantes victorias electorales que se vayan encadenando en lo que resta de legislatura a modo de paseíllo hacia las generales, con Andalucía como próxima parada en el horizonte.
El problema es que la tendencia que marcan las encuestas no va ni mucho menos en esa dirección. La curva que dibujan todos los sondeos es claramente descendente para el PP, que en el mejor de los casos necesitaría a la extrema derecha para gobernar. La incógnita es cómo de lejos se quedarán los populares de la mayoría absoluta y cuál es finalmente el peso de VOX. De ese reparto de fuerzas dependerá que Mañueco tenga que enfrentar a su partido al segundo peor escenario de todos los posibles, tan solo por detrás de perder: necesitar meter a la ultraderecha en el Gobierno para asegurarse el poder.
De consumarse tal posibilidad, el plan triunfal diseñado por Casado habría concluido en fiasco. Confirmar por la vía de los hechos que la única alternativa del PP para poder gobernar pasa por hacerle hueco a VOX en el Ejecutivo podría suponer un impacto en la línea de flotación de los populares y del liderazgo del propio Pablo Casado.
3: ¿Cómo llega el PSOE?
Para los socialistas se trata de uno de esos terrenos hostiles en las urnas. Instalados eternamente en la oposición, el candidato Luis Tudanca consiguió en 2019 por primera vez en 32 años que el PSOE ganara unas elecciones en Castilla y León. Y las ganó ampliamente, alcanzando los 35 escaños por los 29 del PP. Un resultado histórico que, sin embargo, no valió para alcanzar la presidencia de la Junta porque los apoyos de Ciudadanos se dirigieron a apuntalar al PP en el poder, frustrando así la alternancia.
La gran incógnita para los socialistas ahora es si, casi tres años después de su victoria, los ciudadanos y ciudadanas de Castilla y León los siguen considerando una alternativa real de Gobierno o, por el contrario, se produce un efecto desplome parecido al de Ángel Gabilondo en la Comunidad de Madrid. Solo el CIS de Tezanos ha apuntado la posibilidad de que Luis Tudanca vuelva a ganar las elecciones, aunque los socialistas recuerdan que ya en 2019 fueron la fuerza más votada con todas las encuestas en contra. La carambola política a la que se aferran en el PSOE es que la suma de PP y VOX no alcance la mayoría absoluta y se pueda conformar un gobierno alternativo a la derecha con una alianza entre el resto de fuerzas que obtengan representación en las Cortes.
4: ¿Gobernará Vox?
La formación de extrema derecha parece decidida a emprender un nuevo rumbo a partir de las elecciones de Castilla y León si los resultados así lo permiten. Hace solo unos días en una entrevista en Antena 3, la dirigiente de Vox Rocío Monasterio se mostró convencida de que "es el momento de entrar en los Gobiernos y de ejecutar nuestro programa". Todo dependerá de la relación de fuerzas que arrojen las urnas. Una gran irrupción de la extrema derecha en las Cortes de Castilla y León, donde ahora mismo tan solo cuentan con un procurador, reforzaría su capacidad de exigir formar parte del Ejecutivo e incluso de ocupar alguna vicepresidencia. Los sondeos apuntan a que el desgaste del PP podría ser rentabilizado por la formación de Santiago Abascal, que eligió a un candidato desconocido, Juan García-Gallardo, con un amplio historial de afirmaciones homófobas, machistas y racistas en redes sociales.
5: ¿Qué expectativas tiene Unidas Podemos?
A los de Pablo Fernández la campaña electoral les ha sentado bien. O, para ser más precisos, la polémica sobre las macrogranjas. Cuando Mañueco convocó las elecciones varios sondeos apuntaban a la posibilidad real de que los morados quedasen fuera de las Cortes de Castilla y León. Pero todo el mundo en Unidas Podemos coincide en que la polémica surgida tras las palabras de Alberto Garzón en torno a la sostenibilidad de la ganadería extensiva frente a la intensiva ha conseguido colocarles en el mapa en un asunto que despierta mucha sensibilidad en una tierra donde la agricultura y la ganadería familiar son protagonistas. Ninguna encuesta de las últimas semanas contempla ya que los morados no obtengan representación y casi todas señalan un escenario mejor que el de 2019. Y eso que los condicionantes no les son favorables.
Inmerso en el enésimo proceso de reinvención, el espacio político a la izquierda del PSOE se encuentra en plena transición hacia un liderazgo de Yolanda Díaz que nadie sabe a ciencia cierta cómo se articulará a medio plazo y que, en cualquier caso, aún no ha operado en esta convocatoria electoral. De hecho, la vicepresidenta apenas ha tenido presencia en la campaña y ha preferido mantener un perfil discreto. Tan solo acudió a un acto el pasado jueves para acompañar a Pablo Fernández donde no coincidió con nadie de la dirección morada. Desde el entorno de la vicepresidenta se insiste en aclarar que Yolanda Díaz respalda a Unidas Podemos en las elecciones pero que, en cualquier caso, esa candidatura no tiene ninguna relación con un futuro proyecto político que aún ni siquiera ha echado a andar.
6: ¿Última oportunidad para Ciudadanos?
En caída libre desde las generales de 2019 y pasando de Gobierno a fuerza extraparlamentaria en las elecciones de Madrid, Ciudadanos se aferra a Castilla y León como un clavo ardiendo al que agarrarse para intentar un punto de inflexión. En el seno del partido naranja se ha llegado definitivamente a la conclusión de que el único camino transitable hacia la supervivencia política es marcar distancias con el PP, formación que ha roto todos los pactos de gobierno autonómicos que mantenía con los de Arrimadas a excepción de Andalucía. La figura de Francisco Igea como vicepresidente es bien valorada en los sondeos por la ciudadanía y todas las esperanzan están puestas en mantener una presencia en las Cortes que les haga incluso ser imprescindibles para una hipotética formación de Gobierno alternativa a la del PP. La promesa de Igea es que esta vez no dará su apoyo a Mañueco, aunque ya dijo lo mismo en 2019. Los naranjas darían por bueno un resultado que les permitiese salvar los muebles y mantener representación parlamentaria.
7: ¿Cuál será el impacto de la España vaciada?
La mayoría de analistas políticos y de sociólogos al frente de estudios demoscópicos coinciden en reconocer que es complicado predecir el impacto real que puedan llegar a tener las plataformas de la España Vaciada. Todas las miradas están puestas en este tipo de organizaciones que han dado el paso al frente por primera vez y que podrían llegar a resultar decisivas en la conformación de un Gobierno. Expresión de un sentimiento de abandono hacia entornos rurales o incluso capitales de provincias abandonadas durante años en cuanto a infraestructuras de comunicaciones y servicios públicos básicos como la atención sanitaria, habrá papeletas de la España Vaciada en Valladolid, Soria, Burgos, Salamanca y Palencia. Además, la marca 'Por Ávila' también concurrirá a las elecciones por esta provincia al margen de las plataformas de la España Vaciada. La encuesta del CIS otorga a esta candidatura entre 1 y 2 escaños, y todos los sondeos coinciden en que la irrupción de 'Soria Ya' también contará con varios procuradores.
8: ¿Qué se juega en España?
Nunca antes unas elecciones en Castilla y León habían acaparado tanto foco mediático nacional. De lo que pase este domingo en las elecciones puede depender un sinfín de consecuencias políticas que van desde la convocatoria electoral en Andalucía, pasando por el liderazgo de Pablo Casado hasta una influencia directa en el transcurso de la legislatura estatal.
Hay quien da por hecho que tras la votación de este domingo será el presidente andaluz, Juanma Moreno, quien pulse el botón electoral. Aunque hay escenarios que podrían enfriar esa hipótesis. Si la supuesta victoria del PP tiene un sabor amargo porque se quede muy lejos de la mayoría absoluta y la irrupción de VOX sea de gran alcance, podría desanimar a los populares a volver jugársela de manera inmediata en otra cita que no toca hasta finales de año.
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Pero está en juego incluso el liderazgo de Pablo Casado a medio plazo. Su gran objetivo es demostrar que el PP que preside también puede conseguir victorias apabullantes que no tengan que ver con Isabel Díaz Ayuso. De no lograrlo, algo en lo que, más allá de las diferencias, coinciden sondeos tan dispares como el del CIS, 40DB o GAD3, las turbulencias podrían hacer tambalear la silla de Casado por la propia contestación interna.
Sobre la posibilidad de que un mal resultado del PP pueda animar a Sánchez a adelantar las generales, en el Gobierno son tajantes. "La legislatura se agotará", repiten en Moncloa. Desde Unidas Podemos señalan a Portugal como lección política para la izquierda de que el mensaje que traslada la ciudadadanía es un deseo de estabilidad y de concordia entre las fuerzas políticas progresistas. Y que lo contrario sería castigado. Ese hipotético mal resultado del PP en Castilla y León o incluso una posible victoria del PSOE podrían no ser decisivas para una convocatoria electoral inmediata aunque consolidarían la posición de fuerza de Pedro Sánchez respecto a Casado.
y 9: ¿Qué dicen las encuestas?
El único sondeo publicado que señala una victoria electoral del PSOE en Castilla y León es el del CIS. Según la encuestadora pública, Luis Tudanca obtendría entre 29 y 34 procuradores, seguido del PP con entre 24 y 30, Vox con entre 8 y 9, Unidas Podemos con entre 2 y 4 y Ciudadanos entre 2 y 5. También le da representación a candidaturas como Unión del Pueblo Leonés (2-3), 'Soria, ¡Ya!' (2-3) y Por Ávila (1). Por el contrario, la encuesta más favorable para el PP es la de GAD3, que le da a Mañueco la victoria con entre 34 y 37 escaños y al PSOE entre 25 y 28. Más allá de las diferencias, todas las encuestas publicadas en la última semana señalan una misma dirección: la tendencia del PP es a la baja y su victoria, de producirse, quedaría lejos de la mayoría absoluta.
Aunque no tocaba hasta la primavera del año que viene, la ciudadanía de Castilla y León tiene este domingo una cita con las urnas que acapara toda la atención política del panorama nacional. Su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, decidió disolver las Cortes y convocar elecciones en mitad de la legislatura. Con las encuestas marcando una tendencia a la baja, los populares se juegan sobre el territorio validar un poder que ostentan desde hace 35 años. Pero las elecciones en Castilla y León son también una prueba de fuego para Pablo Casado y para el equilibrio de fuerzas en la derecha con la duda que planea toda la campaña sobre si será o no la primera vez que Vox logre formar parte de un Gobierno.