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La situación en el PP

El “dedo divino” de Aguirre se impone en el PP de Madrid

El “dedo divino” de Aguirre se impone en la historia reciente del PP de Madrid

Para los suyos es “la jefa”, no sólo porque presida el PP de Madrid y, por tanto, el apodo se corresponda con su cargo, sino porque manda. Y mucho. Desde noviembre de 2004, cuando asumió el testigo de Pío García-Escudero al frente de los conservadores madrileños, Esperanza Aguirre ha ejercido un férreo control de la formación regional. Una circunstancia a la que ha ayudado también el hecho de haber ostentado la presidencia de la Comunidad de Madrid entre noviembre de 2003, tras el tamayazo, hasta septiembre de 2012, cuando anunció que dejaba el cargo por motivos personales. En estos años, nada de lo que ha ocurrido en Madrid ha escapado a su control. Y mucho menos las listas electorales. De ahí el malestar instalado en la dirección nacional del PP y en otros sectores de la formación conservadora cuando hace diez días, en plena ebullición de la polémica por la elección del presidente del PP de Andalucía, Aguirre irrumpió en el debate desde su cuenta de Twitter. “Ya está bien de tanto dedo divino”, espetó.

La propia María Dolores de Cospedal se vio obligada a contestar a la que en su día fue su jefa –trabajó en la Comunidad de Madrid como consejera de Transportes– señalando que ella no tiene “nada de divina”. Y Aguirre, a su vez, consideró oportuno intervenir de nuevo para liar aún más el tema y señalar que en ningún momento se refería a Cospedal, sino al presidente de honor del PP de Andalucía. Es decir, a Javier Arenas.

Resuelta –al menos superficialmente– la crisis andaluza con la intervención de Rajoy y la designación de Juan Manuel Moreno como único candidato a suceder a Juan Ignacio Zoido, Aguirre ha querido decir la última palabra. Este martes, ofreció una rueda de prensa en la sede del PP de Madrid en la que no tuvo ningún reparo a la hora de admitir que “sí”, que ha sido el “dedo divino” de Rajoy el que actuó en Andalucía y que a ella le habría gustado que los militantes de esta comunidad autónoma hubiesen participado más y que hubiese habido más de un candidato.

Con estas últimas declaraciones, se reabría el enfrentamiento. Primero, porque Aguirre aprovechó su intervención para advertir a la dirección nacional del partido de que cuando toque que Madrid designe candidatos a las instituciones –es decir, a la Comunidad y al Ayuntamiento–, la dirección regional tendrá mucho que decir. Y segundo, porque la presidenta volvía a poner en cuestión los mismos métodos de elección que ella emplea en el PP de Madrid.

Getafe, Alcorcón, Las Rozas... los 'dedos divinos' de Aguirre

Los ejemplos más recientes que citan en la formación tienen que ver con las pasadas elecciones municipales y autonómicas. En Getafe, por ejemplo, la dirección regional del partido, decidió que Carlos González, portavoz del Grupo Municipal del PP y vecino del municipio, no fuese el cabeza de lista. "No se consultó a los militantes, no se consultó al partido", recuerda un dirigente del PP de Madrid. Esto ocurrió en enero de 2011, meses antes de los comicios.

En lugar de González, Aguirre 'fichó' para este puesto a Juan Soler, diputado autonómico, exsenador y exdirector de FAES, la fundación que preside José María Aznar. En la formación fue muy criticado que Soler, sin vinculación alguna al pueblo de Getafe, aterrizase en el municipio impuesto por la presidenta. Aunque no consiguió mayoría absoluta, Soler es hoy alcalde de Getafe gracias al apoyo de UPyD, lo que implica que el PP logró arañar al PSOE este feudo tradicional de la izquierda, la joya de la corona del denominado "cinturón rojo de Madrid". Esta es la expresión con la que se conoce a los pueblos del sur de Madrid tradicionalmente gobernados por la izquierda. 

En el entorno de Aguirre defienden este movimiento porque condujo a dar una vuelta a la situación política en el municipio.

Meses antes, en octubre de 2010, Aguirre también había acordado que David Pérez, por entonces portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, fuese candidato a la Alcaldía de Alcorcón. Pérez tampoco tenía vinculación alguna con este municipio madrileño. Le bastaba, como a Soler, ser uno de los hombres de confianza de Aguirre. Fernando Díaz Robles, el hombre que por entonces era el portavoz del partido en Alcorcón, había renunciado a concurrir a los comicios. Pérez gobierna hoy en Alcorcón.

También una decisión de la dirección del PP de Madrid, en manos de Aguirre desde 2004, llevó en los meses previos a las municipales y autonómicas de 2011 a que Bonifacio de Santiago, que llevaba más de 15 años como alcalde de Las Rozas, fuese sustituido en la candidatura por Ignacio Fernández Rubio. La decisión no sentó nada bien a De Santiago, el hombre que, según él mismo contó, expulsó de su despacho a Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel, por ofrecerle 350 millones de pesetas (2,1 millones de euros) a cambio de un contrato.

También señalada por un 'dedo divino'

Los dedazos también tuvieron algo que ver en que la presidenta del PP de Madrid esté hoy donde está. El 7 de julio de 2002, José María Aznar convocó a Alberto Ruiz-Gallardón a La Moncloa para pedirle que fuese candidato al año siguiente al Ayuntamiento de Madrid. Por estas fechas, el ahora ministro de Justicia era presidente de la Comunidad. Fue Ruiz-Gallardón el que le sugirió al expresidente que la mejor persona para sustituirle era Esperanza Aguirre. Y así se hizo.

En 2004, un año después de las elecciones, ambos dirigentes conservadores se enfrentaban por lograr el control del PP de Madrid. Aguirre presentó su candidatura y también lo hizo, aunque se retiró, Manuel Cobo, mano derecha de Ruiz-Gallardón y vicealcalde de Madrid. En este proceso, cuentan fuentes conocedoras de los hechos, la dirección nacional del partido, concretamente Ángel Acebes, secretario general, se volcó en que sólo hubiese un candidato: Aguirre. Desde Génova se defendía que le correspondía el cargo puesto que, de lo contrario, sería la única presidenta de una comunidad autónoma del PP que no ostentaba también la presidencia del partido.

La interpretación del partido

En este contexto, las fuentes consultadas por infoLibre esgrimen que la demanda de Aguirre de mayor democracia interna en el PP tiene más que ver con una maniobra de desgaste a Rajoy que con una intención real.

En 2008, en plena fase precongresual y en el momento más bajo de liderazgo de Mariano Rajoy, Aguirre vio con buenos ojos que Íñigo Henríquez de Luna, presidente del PP del distrito madrileño de Salamanca, llevase al congreso una enmienda pidiendo primarias. Desde el entorno de la presidenta negaron estar detrás de la iniciativa. Otras fuentes, sin embargo, sostenían lo contrario. Henríquez de Luna es hoy portavoz del PP en la Asamblea de Madrid.

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"Yo me presenté candidata contra el presidente [Pío García-Escudero] y compitiendo conmigo se iba a presentar Manuel Cobo...", recordó este mismo martes Aguirre en rueda de prensa, cuando intentaba vestir de coherencia sus críticas para el PP de Andalucía. Estas llegaron a su máxima expresión el jueves cuando acusó a la formación regional de incumplir sus estatutos para renovar la presidencia.

En la dirección del partido contestan que las normas internas se han cumplido escrupulosamente y que cualquier militante que hubiese querido ser candidaro podría haber concurrido presentando 90 avales. Quizá el problema que se planteó fue que todos los militantes sabían que el aparato del partido se había decantado por Juan Manuel Moreno y luchar contra la decisión de Rajoy es complicado en un partido tan presidencialista como el PP.

Fuera ya Granados de los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado, tras desvelar El Mundo que tuvo una cuenta en Suiza al menos hasta las pasadas Navidades, Aguirre, apuntan en el partido, tiene una oportunidad de oro para demostrar que en su territorio no sirven los dedos divinos. El exsecretario general del PP de Madrid ha de ser relevado en el Senado. Su puesto es por designación autonómica. ¿Permitirá Aguirre que decida el Grupo Parlamentario?

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