España entra en modo campaña electoral. Unas elecciones generales que nadie esperaba tan pronto, con el precedente del vuelco institucional el pasado 28 de mayo. Los partidos se lanzan a las calurosas calles y, sobre todo, a los medios de comunicación para lograr el voto en una lucha más ajustada de lo que se creía hace unas semanas y que deja la puerta abierta, según las encuestas, a que PP y Vox no sumen mayoría absoluta y las izquierdas puedan retener La Moncloa.
El PP está a la cabeza en todos los sondeos, hasta en el último del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecho público este miércoles. Pero la mayoría con Vox no está asegurada ni en ese barómetro ni en el de 40dB de este lunes para El País y la Cadena Ser. Gad3, en sus últimos estudios, rebaja también esa mayoría absoluta holgada que se apuntaba para Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Lo que ha hecho también que la izquierda piense que hay mucho partido y se está dando una remontada.
Son varios los factores que, a tenor de lo que reflejan los sondeos, pueden ser determinantes de cara al 23 de julio y pueden decantar la balanza finalmente. Con un alto grado de volatilidad y con efectos que por ahora no se pueden medir, como la campaña por medios hostiles desplegada por Pedro Sánchez y las consecuencias de los pactos del Partido Popular y Vox a lo largo y ancho de España (a los que quedan todavía capítulos durante estas dos semanas antes de las urnas).
Los indecisos y la importancia de la campaña
En los partidos se fijan especialmente en movilizar a los suyos, pero, sobre todo, en arañar el voto de los indecisos. Según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas, un 14,1% de los españoles todavía no sabe a quién va a votar, mientras que el 2,8% no contesta. Esto se traduce especialmente en la importancia del llamado “voto útil”, una carta que están jugando con fuerza los cuatro principales partidos.
El PSOE se vende como el único partido con fuerza para hacer de dique contra las derechas, mientras que el PP intenta emular el estilo de Juanma Moreno en Andalucía para captar votos del PSOE y de Vox. En cambio, desde Sumar, Yolanda Díaz se presenta con la necesidad de quedar por delante de la ultraderecha y como garantía a partir de ese puesto de que la izquierda sea competitiva. La ultraderecha de Santiago Abascal tiene como misión hacer valer su papeleta para que el PP no se centre ante la improbabilidad de una mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo.
Cada diputado será esencial a la hora de hacer números en el Congreso. De los que tienen dudas entre los dos partidos, el porcentaje más alto está entre los que no han decidido entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz (36,4%). El porcentaje entre PP y Vox es del 16,4%. Pero otro dato fundamental: el 10,1% de ellos no sabe si escogerá entre Ferraz o Génova. Esta ha sido una de las preocupaciones fundamentales del PSOE, que cree ya, según fuentes del partido, que se ha taponado la sangría hacia el Partido Popular. Se aferran también al dato de la encuesta de este lunes de El País y la Cadena Ser hecha por 40dB de que crece la fidelidad del votante socialista (que era la más baja en estos momentos de los cuatro partidos). En el sondeo del CIS el PSOE sigue siendo el que tiene la lealtad más baja (con un 9,1% de sus anteriores votantes respondiendo que ahora lo harán por los populares), pero en Ferraz dice que se ha acabado ya ese traspaso.
Las mujeres, más indecisas que los hombres
Los datos pormenorizados del CIS dejan otro aspecto muy importante: las mujeres están más indecisas en estos momentos que los hombres (dos puntos por encima de media). Por lo tanto, mucho puede depender de su papeleta, en un momento en el que la izquierda está poniendo en el foco los pactos entre el PP y Vox, que están conllevando la desaparición de concejalías y consejerías de Igualdad y el ascenso a puestos institucionales de negacionistas como la presidente de la Cortes de Aragón, Marta Fernández, de Vox, que ha llegado a afirmar en su primera entrevista tras asumir el cargo que la violencia de género no existe.
El 63,1% de los españoles llega ya a la campaña habiendo decidido su papeleta, según recogen los datos del CIS. Pero durante estos quince días de mítines y actos son el motivo de voto para el 22,8%. Incluso hay otra bolsas de electores: el 6,4% lo hará durante la jornada de reflexión y el 5,9% el mismo día 23. Esa campaña, además, tan mediática tiene un dato detrás que confiesan al CIS los encuestados: la televisión es el principal medio para consumir información electoral -34,4%-, por delante de la prensa -30,4%-, las redes sociales -15,3%- y la radio, 14,9%.
Los socialistas ganan en igualdad o vivienda, el PP en economía y seguridad
Unos comicios en los que la economía no parece determinante en el discurso público a diferencia de otras ediciones. De hecho, el 69,9% de los ciudadanos califica de buena o muy buena su situación económica personal, aunque no se corresponde al porcentaje cuando se pregunta por la del país, que se califica de mala o muy mala del 65,6%. Es uno de los puntos que tiene más en cuenta La Moncloa, por lo que creen clave el papel de Nadia Calviño durante estos quince días.
Las preguntas del CIS también dibujan una radiografía sobre en qué temas están más fuertes cada uno de los partidos. Los socialistas tienen mejor puntuación, a tenor de los ciudadanos, que el PP en la gestión del empleo, la educación, la sanidad, la Unión Europea, la política social, la vivienda, la inmigración, el Estado de las Autonomías, el medio ambiente, la igualdad y los retos demográficos. En cambio, los de Feijóo superan a sus rivales en la economía, la seguridad ciudadana y las infraestructuras.
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La lectura que hacen en La Moncloa, según fuentes consultadas, es que se están recortando las diferencias y la derecha y la ultraderecha ya pierden la mayoría absoluta. Además, están convencidos de que se verá próximamente en los sondeos en datos el “subidón” que les ha dado ir a El Hormiguero y otros programas. además de que se penalizará el ruido interno de PP y Vox con pactos como el de Extremadura.
En Génova 13 siguen hablando de que están sobre los 150 diputados, por lo que su línea estratégica pasa, por ahora, en decir que tendrán la mayoría holgada suficiente para no tener que dejar entrar a Vox. De hecho, Núñez Feijóo y altos cargos del partido ya están desplegando la presión para que el PSOE se tenga que abstener si no es la lista más votada el próximo 23 de julio. Sánchez y dirigentes del partido ya han descartado esa opción poniendo sobre la mesa que sólo hay dos opciones: Gobierno progresista o de Feijóo con Abascal. Los populares se fijan especialmente en el barómetro de GAD3, que se publica a diario en Abc. En el de este miércoles los populares obtienen 155 puestos en el Congreso, pero siguen necesitando a la ultraderecha para tener la mayoría absoluta.
En la de 40dB publicada por El País y la Ser se dibuja un escenario en el que no hay mayoría absoluta de las derechas, que se quedan a ocho asientos de la cifra mágica de los 176. En cambio, el PSOE logra incrementar cinco escaños durante la precampaña y ve la posibilidad de mejorar su porcentaje de votos respecto a 2019. En Ferraz hablan ya de “remontada” y creen que esto se evidencia en la negativa de Alberto Núñez Feijóo de participar en más debates (sólo ha confirmado su presencia en el de Atresmedia contra Sánchez el próximo lunes). El CIS pone por delante al PP (122-140 diputados), pero las izquierdas pueden sumar más que las derechas, con un PSOE que estaría entre los 115 y los 115 y los 135 y Sumar moviéndose entre los 43 y los 50.
España entra en modo campaña electoral. Unas elecciones generales que nadie esperaba tan pronto, con el precedente del vuelco institucional el pasado 28 de mayo. Los partidos se lanzan a las calurosas calles y, sobre todo, a los medios de comunicación para lograr el voto en una lucha más ajustada de lo que se creía hace unas semanas y que deja la puerta abierta, según las encuestas, a que PP y Vox no sumen mayoría absoluta y las izquierdas puedan retener La Moncloa.