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Un estudio científico sitúa a Madrid como responsable del 25% del exceso de muertes por covid

Varias personas con mascarillas pasean por El Rastro de Madrid, en septiembre de 2021.

Impactó en toda España, pero no de la misma forma. Ni, tampoco, provocando las mismas consecuencias. El 1 de febrero de 2020, el Centro Nacional de Microbiología confirmaba el primer positivo por coronavirus de nuestro país. Se trataba de un turista alemán que había viajado hasta la isla canaria de La Gomera, donde fue ingresado y aislado, del mismo modo que lo hicieron las otras personas con las que había estado en contacto. Veinticinco días después, la Comunidad de Madrid dio la voz de alerta de su primer caso. A partir de ahí la expansión fue exponencial. Tanto, que la región se convirtió en la más afectada por el virus, siendo la responsable de hasta el 25% de toda la sobremortalidad que la enfermedad provocó en nuestro país. Canarias, por su parte, fue la autonomía que mejor lo contuvo.

Así lo ha revelado un estudio publicado en la revista Gaceta Sanitaria y liderado por Nazrul Islam, epidemiólogo de la Universidad de Southampton (Inglaterra), junto a los científicos españoles Fernando José García López, Miguel Ángel Royo Bordonada y María Victoria Zunzunegui. La investigación ha analizado en concreto los datos de mortalidad de todo el año 2020 y los correspondientes al primer semestre de 2021. Es decir, el periodo anterior a que "el programa de vacunación en España se extendiera a toda la población", explican a través de un comunicado. Los análisis se centraron en tres aspectos: uno fue el exceso de muertes, otro los cambios en la esperanza de vida y, el último, los años de vida que se perdieron por todas las muertes prematuras que provocó el covid. Y en todas Madrid es la que ha salido perdiendo.

La respuesta, según los investigadores, está en las decisiones políticas. "Tenían que haber actuado antes", señala el epidemiólogo García López en conversación con este periódico. "Si se observan los datos de esta región y los de las más cercanas a ella, Castilla-La Mancha y Castilla y León, con el resto de España, se comprueba que los efectos del covid fueron como la noche y el día", continúa. Y así lo certifica también la investigación. "La localización geográfica de la población en España no puede ser un factor que determine el riesgo de morir en una pandemia", lamentan los expertos, que atribuyen las diferencias a la "gestión de la pandemia, ya que cada comunidad autónoma adoptó políticas de salud pública distintas". Algunas, dicen, "ajenas a las buenas prácticas profesionales".

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Pero vayamos a los datos. El exceso de mortalidad, es decir, los fallecimientos que nunca se habrían producido si no hubiera habido pandemia, fue de 89.200 personas, una cifra de la que el 25%, según los investigadores, se atribuye a Madrid. Allí, en concreto, hubo 22.000 muertes de más, un número un 42% superior a las muertes oficialmente atribuidas a la enfermedad. En la otra cara de la moneda, el archipiélago canario tuvo 210 menos fallecimientos de los esperados —de los que se hubieran podido prever en condiciones normales. ¿Y eso tiene algún tipo de explicación? Pues según los investigadores pasó en otras ocho autonomías y pudo haber sido "por cambios medioambientales o de conducta, por una temporada de gripe muy benigna o por el cumplimiento de medidas higiénicas de salud pública".

La esperanza de vida, por su parte, ha seguido un patrón similar. En Madrid se produjo un "descenso brusco" de, en concreto, 3,58 años en hombres y 2,25 en mujeres, unos números muy similares a los obtenidos en Castilla-La Mancha (2,72 y 2,38, respectivamente) y Castilla y León (2,13 y 1,39) y alejados de, otra vez, Canarias, donde este indicador ni siquiera se movió. Pero tampoco mejoró la situación demasiado en 2021, donde en la región gobernada por Isabel Díaz Ayuso siguió cayendo en picado este indicador.

Todo esto llevó a que los años perdidos por muertes prematuras —es decir, años que se habrían vivido si no hubiese aparecido la pandemia— se viesen, por su parte, incrementados. Según los investigadores, en Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León se perdieron cinco años de vida por cada 100 hombres y tres por cada 100 mujeres. "En las Islas Baleares, Extremadura, Galicia, el País Vasco y las Islas Canarias, apenas hubo aumento del número de años perdidos", sentencia el estudio. Por eso ahora, señalan los científicos que lo firman, "corresponde a las autoridades hacer una reflexión profunda para analizar y comparar las políticas de salud pública de las comunidades autónomas y aprender de las que lo hicieron mejor para afrontar futuras pandemias".

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