El futuro del PP
Feijóo se arruga y traslada la presión a Santamaría y Cospedal
El grueso de los dirigentes conservadores llevan repitiendo desde que Mariano Rajoy dijo que no iba seguir al frente del partido que el favorito, el mejor ubicado en las encuestas internas para hacerse con las riendas era el gallego Alberto Núñez Feijóo. Si se hubiesen apostado dinero, este lunes lo habrían perdido todo. Como también lo habrían perdido cuando aseguraban que Rajoy no iba a dar un portazo tras perder la moción de censura. El rechazo del presidente de la Xunta de Galicia a dar el salto a Madrid –justificado en que su compromiso con los gallegos está por encima de todo– devuelve al principal partido de la oposición a un escenario que ya casi creía superado, al menos en lo que tenía que ver con las candidaturas: al posible enfrentamiento entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. El PP, pues, no abandona el estado de shock en el que entró cuando Pedro Sánchez se hizo con el Gobierno.
"Feijóo tiene miedo y Soraya [Sáenz de Santamaría] dudas", así se resumía este lunes por la mañana, en conversación con infoLibre, un destacado dirigente el panorama. Pablo Casado, el vicesecretario de Comunicación, ya había anunciado que daba un paso al frente, pero el partido seguía esperando a los primeros espadas, a los nombres de los que llevan semanas hablando.
De la secretaria general, María Dolores de Cospedal, se había dejado de hablar en los últimos días porque la idea más extendida era que iba a dedicarse a remar por la candidatura del líder gallego. Pero ahora vuelve de nuevo a primera línea de batalla.
Si no hay sorpresas de última hora, el misterio se desvelará este mismo martes. A las 11.00 horas, ha convocado a la Junta Directiva Regional del PP de Castilla-La Mancha, formación que preside, en un hotel de Toledo.
"Una decisión personal"
El plazo para la presentación de candidaturas culmina el miércoles a las 14.00 horas. Santamaría tampoco tiene, por tanto, mucho tiempo para deshojar la margarita. En los últimos días, sus fieles han intentado animarla para que dé el paso con los argumentos de que ella, pese a haber estado en todos los gobiernos de Rajoy, sí encarna la regeneración, de que está perfectamente preparada para asumir el reto y de que ha llegado la hora de que el PP tenga una mujer al frente. Y España, una presidenta del Gobierno. "Es una decisión tan personal que por mucho que animemos, es ella la que tiene que ir a Génova con los avales", dice un dirigente provincial no dando por cerrado ninguno de los escenarios.
Quienes en el PP eran partidarios de Feijóo tendrán ahora que replantearse su posición y apostar por otro candidato. Para ellos, el presidente de la Xunta era la verdadera regeneración por haber estado lejos de Madrid en los años en los que había que dar explicaciones, desde la sede de Génova o desde la sala de prensa de la Moncloa, de los continuos escándalos de corrupción que afectan al partido. Todo, pese a sus fotos con el contrabandista Marcial Dorado. Unas imágenes de cuya difusión se ha responsabilizado en sectores del PP al entorno de Santamaría, en connivencia con el Centro Nacional del Inteligencia (CNI), del que fue máxima responsable.
"El palo ha sido muy gordo"
"El palo ha sido muy gordo. Dábamos por hecho que Feijóo se presentaba. Ahora, habrá que apostar por el mal menor", resume una de las fuentes que se declaraba "convencida" de que el presidente de la Xunta iba a dar el salto a Madrid.
Como Santamaría, Cospedal tiene enemigos internos. Pero a su favor está el conocer mejor el territorio, el haberlo pisado más, el tener más contactos con las direcciones regionales y provinciales, algo que le ha permitido su cargo en Génova. En contra, tiene todas las críticas que ha cosechado por su acumulación de cargos, las reacciones a los escándalos de corrupción –ella protagonizó el episodio de la "indemnización del diferido" de Bárcenas–. Quienes la defienden dan la vuelta a este último argumento poniendo el énfasis en que mientras Santamaría evitaba los "temas de partido" en las ruedas de prensa posteriores a los consejos de ministros, Cospedal siempre daba la cara por el PP. "Defendamos lo nuestro y a los nuestros", diría en la convención nacional del PP celebrada el pasado abril en Sevilla, cuando el caso del máster de Cifuentes estaba en plena ebullición.
Tras la espantada de Feijóo, Cospedal podría cosechar apoyos en Galicia, Castilla-La Mancha, Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana, entre otras regiones. Hay dirigentes, no obstante, que piden huir de este tipo de planteamientos apuntando a que en un sistema de votación como el actual –primero votan todos los militantes, y en el congreso, los compromisarios– la clave de la primera votación está en las provincias, estructuras más cercanas a los afiliados que los propios barones.
Para cerrar el círculo, hay algo común a Cospedal y Santamaría que no gusta a la militancia: sus continuas guerras de poder. La imagen de ambas en la fiesta del Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid, separadas por una silla y sin dirigirse la palabra levantó ampollas en el partido. "Este congreso puede ser la batalla definitiva y de las guerras se sale con heridas. Por eso muchos barones y dirigentes de Génova insisten en la candidatura única", resume un dirigente regional.
"Guerra de dossieres"
La decisión de Feijóo dejó boquiabierto al PP. Pero ya se había llevado otra sorpresa por la mañana con el anuncio de la candidatura de Pablo Casado. "Yo sí quiero presidir el Partido Popular", arrancó en una clara alusión a que ninguno de los nombres que sonaban en las quinielas se hubiese pronunciado todavía. "No podemos seguir arrastrando los pies durante toda una semana", recalcó.
Casado se presentó como el candidato de la "renovación" y se fijó como objetivo recuperar a los votantes que se han ido a Ciudadanos y a Vox. Pese a estar muy presente la idea de "renovación" en su discurso, Casado no renegó del partido. Así, presumió de haber trabajado junto a José María Aznar y también junto a Mariano Rajoy. Y de estar orgulloso de ello.
"Lo quiero hacer con los principios de siempre que tantas veces me habéis escuchado defender", añadió. Se trata, dijo, de "la libertad", "la unidad de España", "la defensa de la familia, la educación, la sanidad, las pensiones", "la seguridad, la lucha contra el terrorismo y la defensa de las víctimas". Por último dijo que el PP tiene "que recuperar la honestidad y la eficacia en la gestión como seña de identidad para todos los administrados". Un "proyecto ambicioso" para recuperar el Gobierno "cuanto antes".
Casado dio a entender que no piensa integrarse en ninguna otra candidatura de las que puedan llegar. Él, dijo, quiere dar la cara. Y la quiere dar solo. Como ya ha hecho, añadió, en los últimos años en las ruedas de prensa que ha ofrecido en la sede nacional del PP en su función de responsable de Comunicación, donde, subrayó, ha dado la cara "en las peores noches electorales" y también defendiendo "la honorabilidad del partido frente a traidores" a los que él ni siquiera conoce, en alusión a los escándalos de corrupción que han afectado a las siglas conservadoras.
Poco después de que Casado hiciera público el anuncia, el programa Al Rojo Vivo de laSexta avanzaba que la juez Carmen Rodríguez-Medel dictó el pasado viernes una providencia, notificada a las partes ese mismo día, solicitando al Congreso de los Diputados que acredite la condición de parlamentario del vicesecretario de Comunicación del PP después de recibir información de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) sobre el máster en Derecho Autonómico que curso en 2008, el mismo de las presuntas irregularidades cursado por Cifuentes.
Pese a que el dirigente conservador se dijo tranquilo, ya empezaban a surgir las voces en el PP que apuntaban que la posibilidad de ser imputado "no es el mejor cartel de presentación de candidato".
La noticia sorprendió en círculos del PP que se preguntaban si ya ha comenzado "la guerra sucia" para debilitar a los candidatos. La jueza Rodríguez-Medel fue asesora del exministro de Justicia Rafael Catalá, sostienen. Y, en este sentido, destacan que no pasa inadvertido que Catalá es uno de los fieles a la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Las mismas fuentes se preguntaban si la decisión de Feijóo partía del miedo a una "guerra de dossieres", a informaciones que le fuesen a debilitar como candidato o, posteriormente, como líder del partido.
Cuatro candidatos ya confirmados
Casado se convirtió en el segundo dirigente conservador que dio un paso al frente. El sábado, José Ramón García-Hernández, secretario Ejecutivo de Relaciones Internacionales del Partido Popular, anunció, también en Twitter, que quiere liderar el partido.
Como Casado, García-Hernández es diputado por Ávila.
También el exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo dejó claro este lunes, como ya había sugerido, que tiene intención presentar los avales que la semana pasada aseguró estar recogiendo. Y a las 18.00 de la tarde, el exdirigente de Nuevas Generaciones de la Comunitat Valenciana, José Luis Bayo, acudió a Génova para presentar sus avales. "No traigo mochila de nada. Venimos con las manos limpias", dijo a su llegada a la sede nacional del PP. Una de las bases de su programa es la exigencia de primarias en todo el proceso de elección de los líderes del PP.
El proceso
El plazo de presentación de precandidaturas quedó abierto desde este lunes a las 12:00 horas hasta las 14.00 horas del 20 de junio. La Comisión Organizadora proclamará a los precandidatos presentados el día 22 de junio, y convocará la campaña electoral interna desde las 10.00 horas del día siguiente, 23 de junio, hasta las 24 horas del 4 de julio.
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Los afiliados podrán inscribirse para participar en la elección del presidente del PP desde este mismo lunes hasta las 14.00 el 25 de junio y para participar como compromisario en el Congreso hasta el 29 de junio a la misma hora. Todas las asambleas se celebrarán el jueves 5 de julio, desde las 09:30 hasta las 20:30 horas. En estas asambleas se votará en dos urnas. En una, a los precandidatos; en otra, a los compromisarios.
"Si alguno de los precandidatos obtuviese más del 50% del total de los votos válidos emitidos por los afiliados, hubiese logrado una diferencia igual o superior a 15 puntos sobre el resto de precandidatos y hubiera sido el más votado en la mitad de las circunscripciones será proclamado ante el Congreso como candidato único a la presidencia del partido", figura en los estatutos. De lo contrario, van al congreso los dos precandidatos con más votos.
El congreso está previsto para los días 20 y 21 de julio. Se celebrará en Madrid.