Feijóo propone al PP catalán y vasco “reconocer errores” y volcarse en resolver los "problemas ordinarios”

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El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiere reescribir la estrategia de su partido en Euskadi y Cataluña, los dos territorios en los que más ha retrocedido en los últimos años y cuya aportación en escaños conservadores al Congreso de los Diputados roza lo testimonial. Algo que resulta especialmente comprometido en el caso de Barcelona, una circunscripción que aporta 32 diputados a la Cámara Baja pero que en 2019 sólo eligió dos del PP.

En Génova saben que eso tiene que cambiar si Feijóo quiere llegar a la Moncloa. Y quieren aprovechar el viento de cola de las elecciones andaluzas, especialmente la sensación de optimismo que se ha extendido dentro del partido al obtener mayoría absoluta en esa comunidad, un territorio en el que hasta hace poco siempre ganaba el PSOE.

El objetivo es impulsar el partido en Euskadi y Cataluña aplicando la receta política de Feijóo: más pragmatismo ideológico, menos confrontación formal y la vista puesta en identificar correctamente los intereses “de la mayoría”.

El propio líder del PP detalló este viernes en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), en la escuela de verano de la organización regional de su partido, qué deben hacer y qué no para “ensachar” la base social y electoral de la formación. Y aprovechar lo que él mismo describió como el creciente número de ciudadanos catalanes que, asegura, cada vez más lo único que quieren es “vivir en paz, ejercer sus derechos civiles, que se les respete y cumplir las leyes”.

La victoria andaluza, remarcó Feijóo, “arroja muchas enseñanzas”. Entre ellas, subrayó, que “en política no existen maldiciones eternas, y esta reflexión vale para Cataluña”, donde el PP lleva años fracasando en las elecciones. 

Para que el PP catalán mejore sus resultados, detalló su líder nacional, el “modelo ideal” no es el de Isabel Díaz Ayuso, el de Juanma Moreno o “el de Feijóo”. “Es el que permite llegar a la mayoría de los ciudadanos”, sentenció. El de la “política útil, la que conecta con la gente y resuelve sus problemas”. El que él asegura haber utilizado con éxito en Galicia y que ahora acaba de triunfar en Andalucía.

En un revisión implícita de la orientación estratégica del PP en Cataluña en los últimos años, Feijóo propuso a los dirigentes catalanes de su formación que conviertan el partido en una “herramienta democrática útil” para “conectar con el pueblo de Cataluña” “abriendo” y “ensanchando” la formación. “Os aconsejo que trabajéis para tener un PP en Cataluña más fuerte” porque “necesitamos abrir y ensanchar este partido” a las “sensibilidades distintas” que forman la sociedad catalana. El PP, añadió, debe extenderse y contactar con la gente: “Necesitamos más presencia en el territorio, porque si no estás en el territorio no estás en el debate electoral. Necesitamos más contacto con la gente porque es la gente la propietaria de la democracia”. 

La receta para tener éxito en política, explicó a los asistentes, combina ilusión, humildad, trabajo, inteligencia y sensibilidad. “Hay muchas personas en Cataluña que nunca han votado al PP”, admitió. Para cambiar eso, aseguró, es necesario darles “las razones que buscan” y “soluciones útiles” a “los problemas ordinarios y reales de la gente”. Por eso pidió a sus dirigentes que “trabajen en la calle” antes que en las instituciones y en las sedes. Con la “sensibilidad suficiente” para dirigirse a “la gente que nunca te ha votado” y buscar “elementos comunes” para “una mayoría”.

Corregir “lo que haces mal”

Cuando “no te votan” hay que “pensar que hay cosas que tú haces mal”, explicó. “Probablemente no te has explicado bien y no has interpretado correctamente las necesidades de los ciudadanos en el momento concreto y exacto en el que hay que votar”. Aceptar los errores, subrayó, “es fundamental para poder rectificar. Si crees que sólo tú tienes la razón y que la culpa es de los demás, seguirás solo. Si nadie te sigue, tienes un problema”. 

El mensaje de Feijóo a los dirigentes del PP catalán fue muy parecido al que trasladó la víspera a sus correligionarios de Euskadi, con los que compartió la víspera la jornada del jueves, si bien en Getxo (Biskaia) se extendió mucho menos en los detalles estratégicos. Esta comunidad también es terreno hostil para el PP. En las últimas elecciones sólo eligió un diputado conservador de los 18 que representan al País Vasco en el Congreso de los Diputados.

Al igual que en en Cataluña, propuso al PP vasco trabajar para hacer de la formación conservadora “un partido político útil al conjunto de la sociedad vasca, que sea la alternativa ideológica y de gestión” y, sobre todo, “que se dirija a la mayoría”. 

El PP vasco, remarcó, debe explicar a la sociedad que está en Euskadi para “defenderla”, para construir “un proyecto común” que incluya, como en Cataluña, la defensa de la Constitución pero también de la identidad y de la autonomía. 

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“El primer paso ” que debe dar “un partido de Estado es escuchar a la gente y reforzar nuestra presencia en todos los pueblos de Euskadi”, pidió a sus compañeros del PP vasco. “Y tener la humildad de reconocer los errores”, advirtió. 

El PP vasco debe presentarse en sociedad “como una fuerza sólida, con determinación”, pero también “serena”. “Cuando uno tiene las ideas claras no es necesario insultar a nadie ni crispar ni imponer”, remachó. 

El objetivo del PP en Euskadi y Cataluña es recuperar terreno en las elecciones municipales de mayo de 2023 para que sirvan de base al resultado que Feijóo necesita en ambos territorios, pero especialmente en las provincias catalanas, para ganar las generales que tendrán lugar pocos meses después. Esa es la tarea en la que quiere poner a trabajar el partido en las dos comunidades.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quiere reescribir la estrategia de su partido en Euskadi y Cataluña, los dos territorios en los que más ha retrocedido en los últimos años y cuya aportación en escaños conservadores al Congreso de los Diputados roza lo testimonial. Algo que resulta especialmente comprometido en el caso de Barcelona, una circunscripción que aporta 32 diputados a la Cámara Baja pero que en 2019 sólo eligió dos del PP.

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