El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández, rechazó este sábado que el PSOE se convierta en "una asamblea permanente". Democratizar el partido, agregó, no es convertirlo en una "organización más débil" que se base en un "liderazgo más fuerte". Así, sin citarlo expresamente, rechazó las ideas del ex secretario general Pedro Sánchez, al que sus detractores acusan de encabezar un proyecto personalista que busca enfrentar a las bases con los órganos del partido. "No queremos una organización burocratizada y entregada a guardias pretorianas, pero tampoco un partido sin rumbo, sin ideas y sin proyecto, una mera plataforma electoral al servicio de un líder que reclame autonomía y exija confianza", remachó el número uno de la dirección interina.
Fernández fue el encargado de inaugurar el foro que celebra el partido para presentar la ponencia política de su 39º Congreso Federal, bajo el título El futuro comienza con más socialdemocracia. El encuentro servirá para dar a conocer las líneas maestras de un texto que ha coordinado, por encargo de la gestora, el diputado Eduardo Madina, y que entre otras cuestiones propone que el Gobierno negocie las 46 demandas del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, salvo el referéndum. También plantea la necesidad de modificar el artículo 135 de la Constitución, regular un nuevo procedimiento de investidura del presidente del Gobierno y abordar el debate sobre el derecho a "vivir desconectado del trabajo".
En su intervención, el número uno de la dirección provisional recordó que los valores que hicieron del PSOE un "partido grande" fueron el "cambio", la "moderación" y tener "un único discurso en toda España", sin que esto último signifique defender una "España uniforme", sino abogar por un proyecto federal donde "ninguna diferencia sea un problema" salvo si se convierte en un "privilegio" de algunos. "Nosotros llevamos la patria en la cabeza y el corazón, pero no en la entrepierna (...). Ni las identidades ni los vasos de vino hay que llenarlos del todo, hay que dejar que pase el aire entre identidades plurales, duales", resumió Fernández, que fue recibido con una gran ovación del auditorio al comienzo de su intervención.
El líder socialista reivindicó el federalismo como el sistema capaz de "articular la unidad en un país con fortísima pulsiones identitarias", defendió la declaración de Granada [ver en PDF], aprobada por los socialistas en 2013, como una vía para "aminorar la tensión destructiva" que rodea el debate sobre el modelo territorial y destacó la necesidad de reformar la Constitución para "perfeccionar lo que es un muy imperfecto Estado federal". Ese estado federal, prosiguió, debe proteger valores como la igualdad, la diversidad y debe "impulsar la unidad emocional" de España, para que se convierta en una "comunidad unida" donde no haya "cantos a la diferencia y a la exaltación del fragmento".
Fernández también tuvo palabras para el proceso de integración europea en su discurso. Advirtió de que Europa "está parada" y que hay "peligro de renacionalización". Frente a ello, pidió "pasar de la Europa de los estados a la Europa de los ciudadanos", una unión "consciente" de su "fragilidad ante el destino" capaz de defender los intereses de los europeos, decidir políticas de forma común y de "perseverar en un modelo de democracia inseparable de un modelo social". Una Europa, ahondó el presidente de la gestora, que proteja a sus ciudadanos de "avatares imprevisibles" y piense "más en la calidad de vida que en acumular riqueza, más en los derechos humanos que en los derechos de propiedad".
Preparativos del Congreso
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Tras la intervención de Fernández comenzó un panel titulado Una dimensión ética de la globalización, moderado por Eduardo Madina, y donde intervinieron David del Campo —director de cooperación internacional y acción humanitaria de Save the Children—, la catedrática de Filosofía Amelia Valcárcel, Borja Lasheras —director de la oficina en Madrid del Consejo Europeo de relaciones exteriores— y la politóloga Máriam Martínez-Bascuñán. Madina defendió que el texto de la ponencia no es "una tienda de ocurrencias", sino un proyecto político fruto del análisis y de la búsqueda de "consensos internos" en asuntos clave como "la política territorial y la social". "Será un gran documento (...). Una foto fija sin oscilaciones", pronosticó.
Ya por la tarde, a puerta cerrada, habrá tres comisiones: El mundo en nuestro tiempo y la izquierda socialdemócrata en Europa, donde el ponente será Ramón Jáuregui, portavoz de la delegación socialista en el Parlamento Eurpeo; Una izquierda de Gobierno y transformación para el futuro de la sociedad española, con el diputado Ignacio Urquizu; y Un partido de Gobierno que lidera la oposición, una sociedad más justa en una democracia más fuerte, donde participarán el diputado José Andrés Torres Mora y Amelia Valcárcel. La clausura de las jornadas, a cargo de Eduardo Madina y el portavoz de la gestora, Mario Jiménez, comenzará a las 18.00 horas.
El resultado de este foro, junto a la ponencia económica que se debatió en febrero y que coordinó el economista José Carlos Díez, se llevará a la reunión del Comité Federal del próximo 1 de abril, que aprobará la ponencia marco y aprobará el calendario de las primarias. A partir de entonces, los textos del cónclave se debatirán en las agrupaciones y federaciones. Los aspirantes a la Secretaría General —Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López— también podrán plantear sus propias enmiendas en el congreso. Tanto el ex secretario general como el exlehendakari han presentado ya sus propios proyectos políticos. La presidenta de Andalucía, por su parte, presentará oficialmente su candidatura este domingo en un gran acto en Madrid.
El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández, rechazó este sábado que el PSOE se convierta en "una asamblea permanente". Democratizar el partido, agregó, no es convertirlo en una "organización más débil" que se base en un "liderazgo más fuerte". Así, sin citarlo expresamente, rechazó las ideas del ex secretario general Pedro Sánchez, al que sus detractores acusan de encabezar un proyecto personalista que busca enfrentar a las bases con los órganos del partido. "No queremos una organización burocratizada y entregada a guardias pretorianas, pero tampoco un partido sin rumbo, sin ideas y sin proyecto, una mera plataforma electoral al servicio de un líder que reclame autonomía y exija confianza", remachó el número uno de la dirección interina.